Varsovia: "La del Pillo"
11 a.m. Temprano para un Erasmus. Salimos todos a toda leche hacia la parada de tranvía número doce correspondiente a Lumumby para poner rumbo a Lodz Kaliska, la estación central. Tras una cola al borde de lo imposible con el tren que iba a Varsovia a punto de salir y los típicos malentendidos de última hora con las agradables señoritas de las taquillas de billetes (que ninguna hablaba pero ni un mínimo de inglés), pudimos conseguir los billetes.
Luego monta el petate padre para que cada uno pagara su billete (porque pagó muchos la misma persona) y cambio para arriba cambio para abajo, zlotys por el suelo, en fin, el disaster. Pero al final se arregló la cosa con el tiempo límite. Salimos veinte energúmenos corriendo hacia el andén correspondiente por la estación (que tampoco es que haya que hacer un maratón para llegar a los andenes jaja, es pequeña, tendrá como no sé cuántos metros cuadrados, pero vamos que en cinco minutos llegas de la taquilla a cualquier andén).
Así que tras revisar detenida y cuidadosamente los cartelucos de la estación fuimos al andén correcto a coger el tren que nos llevaría a Varsovia en dos horas (supuestamente). La verdad es que una curiosidad de los trenes polacos es que son ridículamente lentos en ciertos tramos. Tramos que no tienen que ser curvos, ni con nieve, ni nada que dificulte el avance a una velocidad aceptable del tren. Quizá por cuadrar horarios o no se sabe por qué (tal vez los que echan carbón son un poco vagos con la pala, vaya usted a saber), pero el caso es que hay rectas que si te bajaras y fueras andando las harías más rápido.
Igual que ciertas paradas inesperadas a mitad de camino entre el origen y ninguna parte. Lo mismitico. Te paran ahí en medio de un descampa'o, que uno no sabe si es una parada programada, si el tren ha pinchado una rueda o si al conductor le ha dado un chungo y ahí se ha queda'o.
Pero bueno finalmente llegamos a Varsovia en condiciones físicas óptimas tras conseguir dividirnos en grupos y meternos en las cabinas estas que tienen los trenes, tipo el tren que va a Hogwarts en Harry Potter, solo que en vez de temibles dementores en los trenes polacos lo que hay son temibles revisores.
Y ojo que sin bromas con ellos eh. Porque claro, nosotros cogimos el billete de estudiante, que sólo sirve el descuento si tienes el carnet de estudiante polaco. Esto es importante.
Los carnets de estudiante internacional como el típico ISIC (ese verde que incluso se parece al polaco) que os hacen en el ayuntamiento de vuestra ciudad a un "módico" precio allí no les importa un huevo. O tienes el carnet de estudiante polaco para tener opción al cincuenta por ciento de descuento sobre el precio normal o pagas el billete normal como todo el mundo.
Eso es así. No intentéis colarla porque no va a colar, ya os lo digo. Lo miran muy cuidadosamente ese tema. Eso sí, lo que sí podéis hacer, que algunos compis la colaron un par de veces, es, si tenéis el carnet de estudiante polaco, pero más de veintiséis años (a los veintiséis dejan de valer los descuentos de estudiante, aunque sigas siendo estudiante) es la estrategia que llamábamos "la del pillo".
Pero Miguel, ¿En qué carajo consiste la jugada conocida como "la del pillo"?
Paciencia, querubines, que vamos a ello.
"La del pillo" es una jugada estratégica que se hizo popular entre los estudiantes Erasmus de Lodz de la promoción 2012/2013 para poder aprovechar promociones de descuento en billetes de trenes sin cumplir necesariamente las condiciones estipuladas para el uso y disfrute de señalado descuento. Consiste en que el poseedor del carné polaco que no cumple las condiciones de estudiante polaco aptas para el descuento (como son tener menos de veintiséis años o no tener la pegatina correspondiente al cuatrimestre activo de estudios en el dorso del carnet), tiene preparado el carnet en la mano cuando llega el revisor.
Entonces entra en juego "la del pillo". Con la ayuda y complicidad de los compañeros de cabina, que tendrán asimismo sus respectivos carnets en la mano, comienza la jugada. Uno cualquiera, que cumpla las condiciones a la perfección, entrega el carnet al revisor, mientras los demás preparan los suyos. En este punto, el revisor chequeará detenidamente el primer carnet, tal vez icluso dos o si es muy riguroso y hay poca gente en el tren incluso tres de los carnets.
Pero cuando lleguen los del fondo, entre los que se encuentra el individuo que no cumple los requisitos, los tres del fondo de la cabina, por ejemplo, tienden el carnet al mismo tiempo hacia el revisor (siempre por el lado de la foto). Aquí, el factor psicológico de angustia, agobio y pereza, hará que un porcentaje bastante alto, hablamos del ochenta por ciento de los casos como mínimo, el revisor haga un desdeñoso gesto con la cabeza, que indicará que podemos guardar los carnets porque no va a ir uno por uno, entendiendo que todos vamos a la misma clase o que simplemente somos de la misma promoción.
De esta forma conseguimos una victoria ante el sistema de control de descuentos para estudiantes.
Eso sí, la estrategia se puede ir a pique si el portador del carnet es de una edad claramente mayor a los veintiséis años con los rasgos físicos que eso conlleva. Pero si va camuflado entre un grupo de jovencitos y sobre todo jovencitas, normalmente colará. Podéis usar también crema hidratante para las arrugas, brillo de ojos para resaltar jovialidad o incluso barra de cacao con purpurina y sabor a frambuesa en los labios. ¡No habrá quien os pare! ¡A por todas!
Espero que estos consejos os sirvan de ayuda en vuestras escapadas Erasmus, ya que el briconsejo es apto para cualquier viaje en tren con descuento para estudiantes (con el billete con descuento, se entiende).
Pero nuestra llegada a Varsovia no iba a estar marcada sólo por esa anécdota en el tren. Qué va...
Os dejo de propina una foto super artística de mí mismo haciendo el gamba en la cabina del tren de camino a Varsovia. Como véis, son cómodos espacios con asientos unos en frente de otros, caben unas cuatro personas normales, cinco de culo pequeño o tres de culo gordo (o pelvis anchas, como prefieren ser llamados). El equipaje, chaquetas y demás podéis dejarlos en las rejillas esas que están sobre las cabezas. Muy bien pensadas porque tienen cierta inclinación hacia atrás (obviamente, si la tuvieran hacia delante se caerían encima de los pasajeros, y sería incómodo). Recomiendo dejar las maletas encima con la correa pasada por una de las rejillas, que también puedes encontrarte que te duermes y algún amigo de lo ajeno pega el tirón a la maleta equivocada. Igual con las chaquetas, tomen nota.
La foto la he titulado en un momento de inspiración trascendental: "Universos Meridianos". El que quiera entender, que entienda.
Hagan juego.
¡Seguiremos informando!
Powodzenia!
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Comentarios (6 comentarios)
Emma Novoa hace 10 años
cómo somos los españoles, debería haber normas y luego aparte normas para españoles jaja
Carles Najasamed hace 10 años
quien coñ... hizo esa del pillo? yo no lo ví...
Silvia Verástegui hace 10 años
A más de uno le han multado por el carné europeo. Cierto, no les importa una mierda.
Euge Lennon hace 10 años
cuanto tiempo tardas al hacer los articulos que hasta te pones las gafas de postureo en los reflejos xd
Alejandro Lopez hace 10 años
Antes sí valía, pero ahora no, solo si eres Polaco! está claro que un país que recibirá groso modo a unos 2000 estudiantes al año, si no más, no va dejar que cuando los amigos y demás vayan a visitarles también paguen las míseras tarifas que pagan los estudiantes de allí. Y OJO! si eres estudiante con tu carné pero por cosas del destino ya tienes 26 tacos.... NO TE VALE DE NADA!! Bye bye juventud, bye bye descuentos. A currar, perro!
David Esteve Martí hace 10 años
La del pillo la quiero ver este finde.