Un (casi) fin de semana en familia

Aquí estamos. Llegué el viernes por por la tarde (22/09/17), después de un retraso del avión de casi una hora. El avión llevaba retraso y no era demasiado cómodo, pero para un vuelo de ida de Beauvais-Tilléavec de Ryanair por algo más de 55 euros, tampoco esperaba grandes lujos. Para un viaje así de corto, tampoco importaba mucho. En Francia hacía buen tiempo, en Polonia llovía a cántaros. ¿Me llevé una decepción? Realmente no, sabía que el tiempo aquí era así, una incógnita, y que actualmente el tiempo es como en Inglaterra en pleno mes de octubre. En el aeropuerto Warsaw-Modlin, puedes elegir: autobús o taxi. En autobús, si no te has estudiado el trayecto de arriba a abajo, puedes olvidarte. En taxi, parece que es una estafa, así que es mejor que te olvides también. Entre mis padres y mi hermano, llevábamos 4 maletas, por lo que un peso de 20 kg, así que había que meterlas en algún lado. Aquí entra en acción la salvadora: ¡UBER! Después de esperar 10 minutos en el parking, llegó nuestro chófer en su Octavia negro, que nos dejó muy lejos de la antigua ciudad en el apartamento que encontramos en AirBnB, después de 30 o 40 minutos de viaje.

Pudimos pasar un pequeño fin de semana en familia, comiendo en restaurantes italianos y tailandeses (probaré los platos polacos más tarde) y descubriendo la antigua ciudad callejeando. En ese momento, no conocía nada de la ciudad, de su historia, ni de sus tradiciones. Paseamos mirando al cielo, observando la belleza de este lugar. La antigua ciudad es un lugar muy colorido, es increíble saber que ha sido reconstruida exactamente igual después de haber sido destruida por las bombas de la Segunda Guerra Mundial. Hoy en día es un lugar indispensable, sobre todo para los turistas franceses que estamos aquí. Plazas, columnas, palacios, parques...

Este fin de semana hemos descubierto la misión que tengo los próximos meses: visitarla.

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