MC Dólar en Varsovia

Nos quedamos antes con Józef Pilsudski. El caso es que después del rato de cháchara con el simpático Coreano ya sí que sí pusimos rumbo urgente a un lugar donde saciar nuestra gazuza (para los de la LOGSE: hambre, apetito). Y pateamos y pateamos lo que no está escrito para terminar en un lugar que nunca recomiendo y siempre critico. En una gran cadena de poca calidad.

En la archifamosa cadena de restaurantes de comida rápida basura Mc Donald's. Pero por lo menos los precios en Polonia distan algo bastante de los de España. Que algún experto en comida rápida y en especial en McDonald's me corrija si me equivoco, pero creo que nunca ha estado en España una hamburguesa con queso a cincuenta céntimos de euro. 

Ese era el precio que nos encontramos en la capital polaca. ¿Una extraña promoción? ¿Tal vez un designio del destino para que termináramos comiendo allí porque si lo hubiéramos hecho en otro sitio algo atroz habría ocurrido de alguna macabra manera?

Nunca lo sabremos. El caso es que en la imagen que ilustra el post podéis ver de lo que hablo. Muchos nos decantamos por dejarnos unos cuantos zlotys a cambio de unas cuantas de esas burguers megabaratas a dos zlotys. A cincuenta céntimos de euros al cambio. Demasiado barato para rechazarlo.

Pero es que en Polonia en general y Varsovia en particular, si alguna vez viajáis allí o estáis de Erasmus ya sabréis que no es extraño que esto suceda. Incluso en grandes cadenas como esta la comida suele ser bastante más barata que en España o en otras ciudades europeas. Así que podréis coger unos kilitos de más tranquilamente mientras vuestra cartera se queda vacía pero más lentamente.

Vamos que no os tenéis que privar de nada. Y eso hicimos nosotros. Además después de la super pateada que nos habíamos pegado para llegar al centro desde el maldito Botánico, que estaba en dirección contraria (ya os he contado la desventura de la guía que no tenía ni idea y las discusiones con algunos que sí tenían más idea incluso sin haber estado antes den Varsovia), pues después de esa pateada incluso sabía bien la hamburguesa que te ponían por cincuenta céntimos.

Y eso que sabemos que por ese precio y en esos sitios lo más que te van a poner es un trozo de carne-plástico con vaya usted a saber cuántos estabilizantes y químicos y un pan mustio con verduras dentro más mustias que decoran con ketchup y mostaza para disimular que es un trozo de comida prácticamente neutro (insaboro, si lo preferís). 

El caso es que allí saciamos el apetito de manera rápida y barata. Que como solución de emergencia si la agenda viajera es apretada pues no está mal. Y más si el grupo en el que váis es de veinte personas, que en un restaurante se puede hacer muy largo y luego os podéis llevar sorpesas con la cuenta.

Eso sumando también los líos de quién paga qué, quién ha comido cuánto y cuánto le corresponde pagar y bla bla bla. 

Porque hay una diferencia sustancial entre viajar con gente a la que consideras tus amigos, en cuyo caso no hay problema, todos piden de manera aproximadamente equivalente y luego se reparte lo que cueste la cuenta y en paz. Hoy por ti mañana por mí. Abajo dejo una foto de propina del McDonald's en el que terminamos comiendo, al lado de unas agradables obras en el centro de Varsovia jeje. 

Pero cuando viajas en un grupo grande en el que puede que no conozcas a la mayoría de la gente, el tema es: "si yo no he comido de eso no voy a poner la parte que corresponde a eso, que ni lo he probado". Lo que suele ocurrir en estos grupos grandes es que siempre hay gente que se aprovecha de la situación (como siempre en todos los aspectos de la vida, hermanitos). Así que llegarán los "listillos" y pedirán el plato más caro, la bebida más cara, y el postre más caro. Luego pretenderán que la cuenta se divida a partes iguales entre toda la mesa, proque obviamente saldrán ganando. 

Y ahí viene el problema, cuando una chica, por ejemplo (porque suele ocurrir con chica que suelen comer menos), que se ha comido una ensalada y un vaso de agua, tiene que poner diez euros. Cuando el otro coleguita se ha hinchado a comer costillas con salsa barbacoa, patatas fritas, dos cervezas, un brownie de chocolate de postre y un café carajillo corto descafeinado con sacarina y un vaso de hielo aparte con un chorrito de Marie Brizard del de la botella transparente con etiqueta azul que el resto no le gusta.

Y pretende que todos paguen igual porque "venga, que estamos en grupo y así es menos lío". Me revienta este tipo de gente, ya lo digo. 

Así que otro consejito de viajes Erasmus. Hacedlos en grupos reducidos. Dicen que dos son compañía y tres multitud. Bueno en los viajes de Erasmus yo diría que dos es demasiado íntimo, tres puede estar bien, pero si tuviera que elegir un número óptimo de personas para las escapadas Erasmus y tener gente con distintos gustos y características o incluso que se complementen de alguna manera, pondría como número mágico el seis. Uno arriba uno abajo aceptable.

Y por ser completamente equitativos, tres chicos y tres chicas, a ser posible algunos de distintas nacionalidades harían un grupo lo suficientemente heterogéneo como para ser divertido, no tan grande como para tener problemas a la hora de encontrar sitio en restaurantes y eventos varios, ni demasiado pequeño como para que llegue a haber una dictadura por algún miembro un poco mandón. 

Lo suyo es eso, lo malo es también que siendo seis puede que se de el caso de que tres quieran hacer una cosa y otros tres otra, y que no haya alguien que decida finalmente. En este caso no hay problema, se puede tomar una decisión común o incluso dividir el grupo en tres y tres. Así que diría que seis es el número óptimo para marcarse viajes Erasmus guapos guapos. Aunque por supuesto que siendo dos o tres se puede también pasar y muy bien, como ya veréis con las escapadas que hice yo a lo largo del año. 

En fin que la felicidad no es real si no es compartida, como bien aprendimos de esa maravillosa obra cinematográfica "Into the Wild", o "Hacia Rutas Salvajes", dirigida épicamente por Sean Penn. Una maravilla audiovisual y de un guión muy bien adaptado de la novela de Jon Krakauer por el propio Sean Penn. Más intensidad y belleza se le suma si además tenemos en cuenta que está basada en hechos reales. No dejen de verla señores.

Hasta aquí las recomendaciones de hoy, mañana más y mejor.

Hasta entonces,

Seguiremos informando,

Powodzenia!

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