Iglesia de Santa María de la Antigua

Otro de los monumentos conocidos y visitados en mi estancia en la ciudad de Valladolid, fue sin duda la Iglesia de Santa María de la Antigua, pese a que ya he dicho alguna que otra vez que no me convencen los monumentos religiosos, siempre hay cabida para obras de arte que te dejan asombrada como es el caso.

Dónde poder encontrarlo:

Se encuentra en pleno centro de la ciudad, a menos de cinco minutos a pie desde la Catedral de Valladolid, la Estatua de Cervantes o el Museo Catedralicio. A unos diez minutos, encontraríamos el Teatro Calderón y la Iglesia de Veracruz, encontrando a más o menos la misma distancia, a la Universidad de Valladolid.

Lo cierto, es que, de nuevo, lo mejor en este caso es aparcar el coche lejos de la zona, donde lo tengamos plenamente a resguardo de la zona azul y naranja, para ahorrarnos precios y sorpresas indeseadas que siempre pueden terminar llegando pese a que le pongamos todas nuestras buenas intenciones.

Por ello, de nuevo mi recomendación será ir andando, porque además, de esta manera, observaremos más profundamente lo más tradicional e intrínseco de la ciudad, agradándonos con las vistas siempre placenteras y completándonos con ese toque de historia y cultura que siempre te dan los monumentos, esculturas y demás sitios interesantes que visitar en la ciudad (de la que en no mucho tiempo haré un artículo más completo sobre la experiencia en todos sus puntos).

El autobús igual es una buena decisión de nuevo para evitar preocupaciones e historias, y la verdad que allí funciona a la perfección, con numerosos por las calles más importantes del municipio y con una velocidad y eficacia que siempre alegran.

Qué tiene de interesante el monumento:

Lo denomino monumento pese a ser una Iglesia, porque tan solo a primera vista, ya podremos darnos cuenta de que no se trata de una simple Iglesia más normaly corriente, sino que tiene un encanto especial que hace que se congreguen cada día, cientos de personas a sus alrededores y adentros para visitarla, analizarla, o simplemente disfrutarla de fondo con una sensación de organización, tradición y belleza, que pocos edificios de estas características me han llegado a transmitir a lo largo de mi vida.

En primer lugar, todo lo que rodea al mismo es pura belleza y os enumeraré las razones de mi afirmación:

1. La muralla de uno de sus lados: para ser exacta, justo a la izquierda de la Iglesia cuando miramos dejándola detrás de nuestra espalda; muralla, que por cierto es lo suficientemente amplia y firme como para seguirla, gozarla y poder sentir lo que fue Valladolid en la antigua época de guerras y reconquistas. No sé si a los demás, pero ver una muralla en nuestros días me trae buenas sensaciones en cuanto a que se respeta la historia y se tiene un hueco en ella en nuestros días.
2. Contraste: porque, si a la izquierda hay una muralla antigua de siglos de antiguedad, a la derecha si solo miras por ese lado, verás una ciudad que puede parecerte incluso moderna. Con buena carretera, casas en buen estado, y, en general, todo lo propicio para que parezcan dos épocas o ciudades totalmente diferentes.
3. Zona verde: si a todo lo anterior, le añadimos una buena zona verde, como la que predomina en el colorido del municipio a lo largo de sus calles, avenidas, y principales, zonas, tendremos esa sensación de sentirnos liberados y con unas vibraciones positivas, que sin duda tendremos cuando no encontrmos justo en la plaza o cerca del monumento.
4. Casas tradicionales: no podían faltar las casas de poco tamaño, con fachadas antiguas pero no descuidadas y con ese toque tradicional que siempre se agradece.

Pero, ya centrándome en los que sería rigurosamente el monumento en sí; por fuera llama la atención su aspecto como si de un antiguo castillo encantado se tratara, tanto por el hecho de sus decenas de picos punzantes finales en multitud de distintos puntos de la Iglesia, como por lo distinto del mismo con respecto a otros edificios similares, con un toque gris y blanco que varía a nuestros propios ojos dependiendo de la distancia con la que observemos el mismo y el sol o día que haga en concreto.

Partes de la Iglesia:

En primer lugar, su torre es reconocida por todos los vecinos de la ciudad, como emblema del mismo, por su origen histórico e importante. Situada a los pies del edificio en su cara más hacia la zona moderna de la ciudad (por contra de la otra zona opuesta que da a la ya mencionada muralla de Valladolid), tiene una altura contundente como para ser vista desde muchos metros de distancia, con una capilla bautismal en lo más alto de la misma y que podremos visitar más adelante una vez pasemos a sus adentros.

Por otro lado, su pórtico, con numerosos (más de una docena en total) arcos de medio punto, dejan otra imagen que se te queda grabada en la retina por su belleza y perfecta sintonía con las otras partes del edificio.

Ya sobre la iglesia en sí, dispone de tres naves distintas, con sus bóvedas correspondientes, que nos dan prueba clara de todo lo que ha pasado la misma a lo largo de los años. Con una fachada con numerosas vidrieras y con esos techos muy altos que normalmente encontramos en edificios característicos; lo que más nos puede llegar a sorprender de la "Antigua", son las muchas obras de arte que iremos viendo a medida que recorremos sus estancias y pasillos.

Por supuesto, la Iglesia no podía faltar a su importancia y emblema con la Semana Santa, siendo localización de la salidad de un paso muy conocido como el de "la Sangre de Nuestro Señor Jesucristo", lo cual hace de la Iglesia de la Antigua, algo todo mucho más especial.

Algo más que añadir:

Sorprende ver tanta gente que pasa a diario por el edificio, no solo curiosos por el hecho de ser un monumento bello y característico de la ciudad, sino porque gran parte de los mismos se quedan a rezar, confesarse o simplemente a orar unas plegarias, que, a día de hoy, siempre la dejan a una un poco en el aire porque no se lo espera para nada.

Una vez salimos de allí, otros puntos turísticos característicos de la zona son sin duda la Catedral de la ciudad, el museo catedralicio, la Puerta de la Magdalena o el Pasaje Gutiérrez. No es zona de pubs y discotecas, pero sí de algunos bares con encanto, que merecen ser explorados. Acertaremos en aquellos en los que veamos un tráfico suficiente, sin esa apariencia de estar ahí tan solo por estar bien situados en cuanto a "geo-estrategia".

Son varios los hoteles y hostales de la zona, y también las tiendas de todo tipo como las de ropa, que nunca pueden fallar en un buen centro de ciudad que se precie. Por último, mencionar que, durante las épocas en las que hace mejor tiempo climatológico en la ciudad, no es nada raro observar que justo en la plaza de la Iglesia, se congregan algunos que otros artistas para realizar diversas actividades y espectáculos para ganar algo de dinero. Ello hace atraer a numerosas personas curiosas de los mismos, que disfrutan de las vistas y lo agradable del día, ayudando a personas que realmente lo necesitan.

En cuanto a la comida, lo cierto es que me quedo con otras zonas para comer de manera más completa y económica, que, por supuesto explicaré en el artículo correspondiente sobre la ciudad de Valladolid en los próximos días.