Un día en las Fallas

Las Fallas las tengo en mi mente muy claramente, pero a veces me pierdo entre sus cinco días y me confundo (no, eso fue durante la primera noche, eso nos pasó durante la nit de foc, no, esos juegos no eran en Aragón, sino en Alameda) pero lo importante es que me acuerdo de casi todo lo que sucedió. Pero un día lo tengo muy claro. No estoy segura si era el segundo o el penúltimo día de las Fallas, pero tengo los mejores recuerdos. Empezamos el día a los Torres de Quart (que hasta hoy estoy confundiendo con los Torres de Serrano, pero no, eran los Torres de Quart) donde quedamos con nuestro grupo de teatro. Algunos llegaron por allí, otros nos dijeron que iban a llegar un poco más tarde. Creo que no hay mejor manera de empezar tu día que admirar la vista desde los Torres de Quart. Desde allí puedes ver toda la ciudad de Valencia y darte cuenta de que es más grande que lo que pensabas o lo que te imaginabas. Desde allí puedes buscar tu casa y, cuando no la encuentres, buscas tu barrio o intentas de tener un mínimo de orientación. Podría quedarme en los Torres de Quart toda la mañana -y, pues, casi lo hizimos. 

Luego, fuimos a un barrio, donde nuestro amigo y compañero de teatro, Fran, tocaba en la orquestra de una falla, con unos amigos suyos. Ya le habíamos visto y escuchado tocar la tuba, pero era algo muy diferente verle participar en un acto -o mejor una fiesta tan importante- durante las Fallas. Pasamos nuestro día acompañándole y su banda, bailando y disfrutando del sol de Valencia. Había canciones más rápidas y otras un poco más tranquilas, pero todas en el mismo estilo de fiesta y pasarlo bien era lo único que nos podía suceder. Entonces, ese día lo pasamos juntos: como el día anterior y como el día siguiente. Pero ese día concreto tenía algo muy diferente y muy especial: vimos a nuestro amigo tocar la tuba y expresarse por su música. Así, todos podían disfrutar de su talento, aunque nosotros ya lo conocíamos bien. Cantamos -aunque eran canciones sin palabras, entonces solo cantábamos tipo "lalala" en voz muy alta, bailamos en un círculo grande alrededor de la orquestra de la Falla, sacamos muchas fotos, grabamos vídeos y reímos mucho. Una vez más, lo más importante fue que estábamos todos juntos!



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