¿Por Qué Odio la Comida Basura? (II)

Nos habíamos quedado en la conversación una vez pidiendo ya mi menú FAIL. 

[...]

-¿Perdón?

-Sí, mmm (miré el cartel y no sé en qué estado de obnubilación entré para decir) un menú Doble Cheese Bacon, con fanta de limón, por favor.

-¿Mediano o grande? -escupió la mujer con cara de asco (no estoy siendo insultante. Bueno no del todo, aquella mujer tenía cara de tener asco, dando así asco a su vez. No se puede atender así a la gente... pero en fin.).

-Mediano.

-6,95€

[Tendí un billete de 10€, pensando que por lo mismo tendría un más que generoso y buen menú del día con bebida primero y segundo en cualquier chino, más vale que sacien mi apetito -pensé...]

Cuál fue mi asombro al contemplar a cámara lenta cómo un tío grasiento con una tirita en la cara tapando a saber qué atrocidad arrojaba con furia una hamburguesilla mierdosa fea de pequeña al fondo de un microondas envuelta en el mismo papel que envuelven el King Ahorro. Luego la rancia encargada puso cuatro patatas frías (que no fritas, aunque también) en una bolsita, de tamaño sospechosamente parecido a las del King Ahorro (o sea pequeñas), habría que medir la diferencia, y un vaso mediano de refresco.

Después de eso, cogió la hamburguesilla mierdosa fea de pequeña calentada en el microondas con el pan más mustio que la lechuga que llevaba y la tiró sobre la bandeja, justo antes de empujarla hacia mí sin siquiera mirarme.

Miré hacia atrás. No había nadie. Era para mí.

-Perdona, te he pedido un menú.

-Eso es el menú.

-¡¿Esto?! -exclamé observando aquel "menú de 6,95€" como si fuera la mierda más grande jamás cagada.

-Sí -respondió ignoránodme.

-Vale. ¿Me das ketchup? ¿y servilletas? -me ahorré el por favor y le hablé con el mismo asco que sentía ante aquel feroz ataque a mi dignidad como ser humano que necesita comer para sobrevivir y paga a cambio de cierto servicio y del sustento en sí.

-¿Qué? -me dijo arqueando las cejas y luciendo su cara de asco e indiferencia.

-Que si me das ketchup y servilletas. Son esas cosas que se usan para limpiarse. O a lo mejor es que no entran en los 6,95€ que he pagado por esta p***a mierda.

-Señor eso es lo que me ha pedido.

-Esto lo que es es una p***a mierda asquerosa que no vale ni dos miserables euros. Ni siquiera me habéis puesto la hamburguesa, que por cierto debería ser más grande según recuerdo, en la jodida cajita que ponéis las hamburguesas de los menús. ¿Qué maldito engaño es este? ¡QUIERO MI JODIDA CAJITA HOS**A, PONME LA P***A CAJITA METRO Y MEDIO DE SACO DE MI***A! -no me atreví a decir.

-Pues vale.

[me tiró dos sobres de ketchup y tres servilletas]

Resignado, me senté en uno de esos asientos que parecen confortables pero que son plastiquete duro, "de qué me sorprendo, otro maldito engaño" pensé.

Así que mientras me comía aquel mal chiste en forma de sucedáneo de comida, renegando contra el sistema, tuve un jodido pensamiento sobre el relativismo económico. [NOTA: Hablar de él en un futuro] Empecé a pensar en cómo podía haber gastado aquellos 6,95€ y haber comido mucho mejor. Incluso llegué a pensar que haber pedido dos menús King Ahorro habría sido de sobra más factible. Pero me contuve y fui a echarle un trago a mi fanta...]

-¡¿Pero qué coño?! -era Coca-Cola. La cara-asco se había equivocado. Monté en cólera y mis piernas, las cuales notaba calientes, gordas y robustas, tensas y preparadas para patear mobiliario del local, fueron pisando con pie de elefante hacia la barra.

-Esto es Coca-Cola.

-¿Perdon? -contestó.

-QUE ESTO ES CO-CA-CO-LA. ¿ENTIENDES MI IDIOMA? -"¿qué qué perdón perdón?" -me burlé - ¿ES QUE NO ME EXPLICO CON CLARIDAD?

-Sí, pero me ha pedido Coca-Cola.

-¡¿Pero qué c****es dices?!

-Le he puesto lo que me ha pedido, además ha bebido, no puedo cambiársela.

El brazo me temblaba. Cogí la Coca-Cola, la aplasté en mi mano y derramé lo que quedó sobre el mostrador. Salpicándome también la cara y la camiseta, en una escena de película-comedia juvenil típica americana de cine independiente, de las que ahora se llevan mucho.

Volví a mi mesa, devoré con una ira demoníaca aquella broma y salí de allí furioso. Cagándome en el Burguer y en cómo han ido degenerando hasta servir menús que no son menús con patatas frías y blandas y cobrando 6,95€ por un servicio y un producto de pésima calidad.

Para lo único que vale es para pedir un King Ahorro para llevar y tener la suerte de que te pongan más de un sobre de ketchup y alguna servilleta.

Así que esto os puede servir de ejemplo de lo mal que lo vais a pasar si decidís acudir a un restaurante de esta categoría.

Aunque ya lo decía Aladín "medidas desesperadas, requieren soluciones desesperadas". Procurad que esta sea una de esas soluciones y no un hábito al que os acostumbreis.

***NOTA ACLARATORIA: Nótese el tono ficticio y la hipérbole como figura retórica e ingrediente principal de este post apocalíptico, negativo y catastrofista. El autor en ningún caso se hace responsable de los pensamientos o actos que realiza durante su ficción como personaje de sí mismo. Pueden ir en paz.

Seguiremos informando, Powodzenia!

Y recordad que si coméis en estos sitios, lo haréis sin mi bendición y bajo vuestra propia responsabilidad. Jajaja ¡Buen provecho!

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