La vuelta en Valencia, Día 2.

El segundo día en Valencia me levanté bastante pronto por la mañana. Hablé con Lisa y quedamos por el centro para tomar un café. Nos sentamos en una cafetería y el camarero nos preguntó de donde eramos. Cuando le respondimos, nos preguntó: "Y qué hacen una alemana y una griega juntas en Valencia?" Nosotras sonreímos. Ya sabíamos que cualquier respuesta no podía explicar que lo que habíamos vivido juntas había sobrepasado nacionalidades, estereótipos y distancias. "Es que somos muy amigas" le dijo Lisa.

Esos días hacía frío sobre todo por la noche, pero por la mañana había sol y así podíamos disfrutar de nuestro café fuera! Lisa me contaba que en Alemania hacía mucho frío y que echaba de menos al sol y al cielo de Valencia. Para mi el caso no era lo mismo, que en Atenas normalmente el tiempo es bastante bueno, pero igual el color del cielo de Valencia no parece a ninguno otro! Tomamos un café juntas y hablamos de nuestras vidas en nuestros países, después del erasmus. Era curioso que la ciudad de Valencia todavía nos parecía muy familiar y que todavía teníamos los mismos sentimientos por sus calles, sus sitios y sus personas. La vuelta en tu ciudad de erasmus no parece a ningún viaje -porque nunca se considera como la “ida” a un lugar, sino como “la vuelta”. No solo en tu ciudad de erasmus, sino en toda tu vida por ahí: tus sitios preferidos, tus amigos y también vuestras historias...

Al medio día, fuimos a encontrar a Fran que nos contó también sus noticias. Caminamos un poco por el centro y todo parecía como si estuvieramos de erasmus otra vez. Dentro de poco, yo cogí el metro para ir hasta la oficina de mis prácticas, cerca de Avenida del Cid. Fui casi a la hora que iban a cerrar. Ahí vi a la socióloga de la ONG, que ya conocía y estaba muy alegre a verla. Los demás que estaban en la oficina no les conocía, pero ella me presentó a ellos también. Les había traido unos chocolates griegos -no podía traer algo más grande, porque tenía el limite del peso, como siempre durante los viajes en avión. Desgraciadamente, el abogado con quien trabajaba, no estaba en la oficina, porque tenía una entrevista de asilo y luego no volvió. Sin embargo, vi al otro abogado del departamento jurídico y hablamos un poco de la situación en Grecia y mi universidad, pero también en Valencia y la televisión pública (una historia que también parecía mucho en la de nuestra propia televisión pública, pero nacional). Les dije que iba a volver el lunes por la mañana para ver a mi jefe también. Luego volví a la casa de Yani y preparé algo para comer.

Por la tarde, quedamos todos en el parque -así vi también a Giulia, Michele, Dorothea y Claudia. Fuimos todos por el centro para tomar un café. Fuimos a Starbucks que ya estaban decorados de manera festiva y ponían canciones de Navidad. Luego fuimos a hacer la compra para preparar la cena. Compramos cosas para una cena típica española y fuimos a la casa de Fran para cocinar. Preparamos una tortilla de patatas y unos bocadillos con jamón y queso. Bebimos vino y cerveza y fue como nuestras cenas de Escena Erasmus del año anterior: pensábamos mucho en los que faltaban y ya hablábamos de nuestro próximo viaje, en Valencia o en otro lugar. Después de la cena, nos sentamos hablando hasta tarde y ya era la hora que iba a llegar Christophe. Christophe se quedaría en la casa de Fran, entonces Fran, Claudia y yo fuimos a esperarle en la estación del metro Turia, que está lo más cercano de la casa de Fran. Dentro de poco, mi amigo Luxemburgués apareció: tan alto, como siempre, y con su sonrisa característica que mostraba su personalidad. Fue increíble verle y abrazarle de nuevo. Después de verle y hablar con él, yo volví a la casa de Yani, porque ya era tarde y nadie iba a hacer el mismo camino conmigo, entonces prefería estar en casa antes la media noche para no caminar sola. Los demás esperaban a Christophe en la casa de Fran para sorprender a Cristophe! Así pasó mi segundo día en Valencia, con buenos amigos, como siempre...