Sobre un Erasmus en Tampere (Finlandia)

Antes de empezar, me declaro culpable ante cualquier tinte melancólico que deje entrever en este post, es lo malo de escribir esto en mayo, una vez el avión ya ha aterrizado, una vez puesto el punto y final a la aventura. Si vas a Finlandia, en cuanto a alojamiento, opta de cabeza por una residencia universitaria, (y en cualquier otro país), en Tampere, la agencia TOAS te lo facilitará. A parte de ser lo más económico, y de contar con excelentes condiciones, no puedes imaginar la familia que acabas construyendo a lo largo de los meses, y al final, es lo más bonito que te traes en la maleta al acabar tu experiencia. "When a place become home, friends become family".

Salir a vivir fuera puede ser algo confuso al principio, cocinar, el idioma, puesto que aunque accedamos a la beca con inglés la lengua oficial puede ser otra y más en un país cómo Finlandia, veréis que las primeras palabras en finés os pueden dar hasta susto, pero os confieso una cosa, he sobrevivido casi diez meses sin saber absolutamente nada de finés, casi todo el mundo entiende inglés al menos en Tampere, y además si les respondes con un "Kiitos", gracias, o les saludas con un "Moi" les parecerás de lo más tierno, pueden preguntarselo al conserje de mi residencia, un hombre de 70 años por lo menos, que chaporreaba un poco de finglés (el spanglish en Finlandia) y podía contarme su vida en cuanto le saludaba con un Moi, eso sí, solía imaginarme lo que me estaba contando, la gente mayor no se maneja tan bien con el inglés.

En cuanto a comida, en los supermercados puedes encontrar casi todo, un poco más caro de lo habitual en España. Pero el festín para todo estudiante Erasmus de Tampere está en las Universidades, por 2,60€ tienes un menú con ensalada, plato principal, bebida y pan (además con la tarjeta universitaria puedes ir a cualquier universidad a comer, vaya, que acabas yendo a la que tienes más cerca independientemente de si es la tuya o no). 

¿Ocio en Finlandia? En Invierno, visitar Laponia es un must. Y la fiesta no es algo que te de tiempo a echar de menos en Tampere, además, tiene variedad (para gustos, los colores...). Ranta es una discoteca con una planta de reggaeton en la que te sientes como en casa, a finales del semestre sonaba incluso "Lo malo", pero si lo tuyo es la electrónica tienes Roska, una discoteca estilo underground, en España no había visto nada así, llena de graffities pero con rollazo. ¡ATENCIÓN! Aquí viene la parte en la que hablo del alcohol y es importante a la hora de coger el avión: seguro que tienes tiempo para coger algo en el dutty free si no quieres sobrevivir cada fiesta a cerveza o vender un par de riñones para comprar algo en Alko (la licorería de Finlandia). Como última opción, pide algo a cada persona que viaje a Tallín pero no es recomendable comprarlo en Finlandia. Productos como la leche tienen menos diferencia en cuanto al precio (80 céntimos el litro), pero con los precios del alcohol a mí me escocían los ojos (poco menos de 7€ el litro de vino más barato).

No se me escapa, hemos venido a estudiar. La cantidad de trabajo en Finlandia depende de cada carrera, y de la nota que quieras sacar, claro. En mi caso estudio Periodismo, nos pedían leer artículos y redactar ensayos prácticamente cada semana, acumulando algunos incluso para final de periodo. En España estamos acostumbrados a apretar pilas en época de exámenes pero aquí, no nos lo podíamos permitir. Eso sí, había pocos exámenes, evaluaban basándose en ensayos, prácticas, exposiciones y todo tipo de pruebas con tal de omitirlos. En el último exámen que hice la profesora dijo explícitamente "No quería que os durmierais en clase, por eso decidí hacer exámen. Pero los exámenes están anticuados así que no será una prueba difícil". Sí señores, a esta maravillosa gente no les gustan los exámenes, se han dado cuenta que lo de estudiar semanas para vomitar temario en dos horas es ineficaz y poco saludable. En el caso de la Universidad de Tampere, un punto distintivo respecto a las universidades españolas es que el curso está dividido en cuatro períodos (y no en dos semestres). Cada período tiene distintas asignaturas, te evalúan al final de cada periódo y a por el siguiente. 

Antes de acabar, os tengo que hablar del frío. Sí, queridos, viajáis a Finlandia. Alcanzamos los -26ºC en febrero en Tampere. Pero os lo prometo, NO ES PARA TANTO. Con buena ropa térmica y un abrigo preparado para ello os aseguro que sobreviviréis, eso sí, a veces duele la cara (y no precisamente por ser tan guapos, pero a partir de -10ºC te das cuenta de que era verdad lo de que no estás hecho de piedra). Recuerdo conversaciones con una amiga de la residencia, en septiembre, nos asustaba pensar en ese tipo de temperaturas, literalmente, asustaba. En España con -3ºC vas envuelta hasta arriba, imaginarte rozar los -30ºC aterraba a cualquiera. Pero sobrevivimos, eso sí, con esas temperaturas pasabas poco tiempo en la calle y los edificios tienen tanta calefacción que parece que has vuelto a Madrid.

Y ahora, en lo personal, Tampere tiene unos lagos preciosos. En invierno se hielan completamente dejando pasar sobre ellos incluso coches y máquinas, no puedes volver sin haber pasado una tarde patinando sobre ellos (nunca había patinado sobre hielo y la tarde terminó sin incidentes, no tienes excusa). Los atardeceres en los lagos casi justifican que las auroras boreales se vean difuminadas en Tampere (si las quieres ver bien deberías viajar hacia el norte). Pero los atardeceres, ¡qué atardeceres!. 

Por último, un pequeño consejo: aprovecha cada día de buen tiempo para hacer cualquier cosa al aire libre. En invierno apetece menos pero hay aventuras que merecen la pena, y si no, siempre nos quedará Netflix.