OTRO DÍA EN USTI

Hoy os voy a contar uno de los mejores días que he pasado en lo que llevo de Erasmus.

Por suerte y desgracia a la vez, me ha tocado un grupo Erasmus con bastante gente española. La verdad es una suerte porque todas las cosas de la universidad y otras dificultades que te puedan surgir, es más fácil entenderlas y solucionarlas entre gente de tu misma lengua  que ir a hablar con alguien o pedir algo a alguien que no te entiende todo lo que dices.

Si a ti te sucede lo mismo, te recomiendo que entables amistad con otra gente que no hable tu mismo idioma, al final todos somos personas que venimos en las mismas condiciones y que aunque el nivel de inglés varíe según las personas, todos tenemos las mismas ganas de conocer otras culturas y otras personas.

Todo comenzó un miércoles a la noche. Obviamente las noches son el mejor lugar para hacer amigos y amigas que no hablan castellano, todos están mucho más sueltos y te sientes con más confianza para cometer errores. Al regresar a la residencia hablando con mucha de la gente turca que está aquí acabamos planificando una cena española para el día siguiente, yo no sabía ni dónde meterme cuando me di cuenta de todo lo que teníamos que cocinar.

Llegó el día y durante toda la mañana y la tarde los turcos estuvieron muy interesados en lo que les íbamos a dar de cenar. Yo tenía unos chorizos riquísimos pero ellos no comen carne de cerdo por lo que el menú estaba bastante restringido. Decidimos hacerles tortilla española, pero éramos bastantes para hacer solo una tortilla. Empezamos a cocinar todos los españoles en la misma cocina, cuatro hornillos para cinco tortillas, podéis imaginaros el caos. Finalmente, y tras tres horas en la cocina, las tortillas estaban listas. Una tortilla de atún, una tortilla de espinacas, una tortilla normal, una tortilla con queso y una tortilla con champiñones fue el menú que le presentamos a los turcos. Obviamente con pan para acompañar. Fue todo un éxito y lo mejor de todo que en la cena surgieron temas muy interesantes de los que nunca preguntarías a una persona si no tienes confianza.

Tras el éxito y con todo acabado, llegaron las dos mejores propuestas de la noche: una pachanga de baloncesto y una cena turca. La pachanga de baloncesto fue un auténtico éxito, toda la gente de la residencia animando a las chicas desde las ventanas, cánticos finlandeses, turcos, españoles…  y finalmente acabaron ganando las chicas (era obvio, ellos eran un poco mantas, pero lo intentaron). Resultado final:  32-17 Os dejo una foto.

Pero todavía faltaba la cena turca. La verdad teníamos bastante miedo de lo que nos iban a cocinar, su comida suele ser bastante fuerte o diferente más bien. Por si acaso nos íbamos a quedar con hambre hicimos una pota de pasta, ya que ese día íbamos a salir y no se puede salir con el estómago vacío…

El menú turco estaba realmente delicioso, era una especie de guiso con patatas, guisantes, cebolla, zanahoria… con arroz blanco. Además también nos hicieron una ensalada fresquita con pepino, tomate natural y otras frutas que estaba delicioso. Lo peor de todo fue una bebida que ellos llaman ayram, se trata de yogur natural con sal… SÍ, CON SAL. Obviamente le tuvimos que decir que cuando nosotros le echamos sal al yogur es porque nos lo confundimos con el azúcar. Estaba realmente malo, pero con el resto de la comida lo arreglaron.

Para acabar el día salimos todos juntos de fiesta y lo pasamos estupendamente, como siempre.

Lo que quiero explicar con todo esto y el consejo que quiero dar a la gente que venga de Erasmus, es que por mucha vergüenza que tengas o por mucho reparo que te dé hablar con la gente, necesitas empezar por una pequeña cosa para que luego todo vaya fluyendo. Aquí , por ejemplo, tenemos el caso de una chica Erasmus que solo aparece en el grupo del Facebook y va a clase pero está todo el día encerrada en la habitación porque tiene vergüenza a relacionarse y que no la entiendan. Nunca hagas eso, vive el Erasmus.