La Universidad Pablo de Olavide: campus americano

Es hora de dar razones por las que la UPO no es simplemente una universidad como otra cualquiera; y sí una de esas que te calan por siempre y jamás.

Nota: si parezco exagerado en algunos momentos, tened en cuenta que la fórmula de mi personas es = 90% ironía + 10% hipérbole. Nunca sabréis totalmente la verdad si no estáis allí y por ello esto simplemente es una opinión personal que viene de vivencias y mi optimismo exacerbado.

La primera razón por la que la Pablo de Olavide es “level up” es:

1º- Campus americano: o eso venden todos absolutamente todos los vídeos y artículos que describen a esta universidad. Lo que viene a significar cuando hablamos de campus americano es que se acaba el hecho de que con respecto a cada facultad, la colocamos en un sitio distinto; lejos de las demás y con poca interconexión. Se busca por tanto que haya una conexión clara entre todas ellas, y no simplemente física, sino también de colaboración entre las instituciones, profesores e incluso los alumnos.

Todo ello hace que no sea fácil ir una mañana a la UPO y vértela vacía. En cambio, con sus más de 11.000 alumnos entre todas las titulaciones que se ofrecen (que como se puede llegar a imaginar no son pocas); hará que un día allí sea entretenido. Conocer gente no es difícil y la diversidad es llamativa en cuanto pisas la universidad. Multitud de Erasmus así lo confirman, con un toque extranjero que la hace más joven.

El hecho de que la Pablo de Olavide esté formada como el mítico campus americano hace que por consecuencia para ir de un edificio a otro no tengas más que andar unos segundos o como mucho de una punta a otra unos cinco minutos; es decir nada (que no os pueda la flojera que os veo). Como veis, de momento, todo precioso.

Antes de que se me olvide, cuando os imagináis ese tipo campus americano de las películas en las que se ve una gran entrada principal y a partir de ahí un gran complejo con todo dentro; exacto la Upo lo es también.

Pero no todo va a ser bueno en estos artículos y por supuesto iré diciendo también las desventajas de cada punto, en este caso, el estilo americano de su campus. Eso sí; a mi me gusta ordenar bien las cosas y en primer lugar soltar todo lo bueno, para luego recordando lo bueno, ver la cara negativa del asunto. Por ello pienso en una estructura en la que primero colgaré todos los puntos buenos y luego como digo; vendrán los malos, para que cada uno se lleve la parte que más le guste.

Aunque ahora que me lo replanteo, estas son las típicas cosas que uno empieza con todas sus ganas, optimismo y fuerza; y luego se da cuenta de que se puede ir de número de artículos en cuanto a longitud y de que quizás vaya siendo hora de ir todo recortándolo un poco (bastante).

La cosa está en que adelantarme de esta manera tampoco tiene demasiado sentido y por ello yo mismo en estos primeros artículos no voy a tirar piedras sobre mi propio tejado (expresión que por cierto usaré seguramente en multitud de artículos en adelante, asi qué iros acostumbrando compañeros Erasmus, viajeros o lo que podáis ser).

Siento que me estoy ya explayando demasiado y es por eso mismo que lo mejor es terminar de una manera rápida y contundente. ¿Cuál es esa manera de la que hablo? Pues exacto, dando una conclusión final sobre el tema del que a priori he venido a hablar, pero es que esto de estudiar derecho y ciencias políticas, me ha hecho que me explaye sobremanera a veces (lo siento jajajajaja).

¿Conclusión?

Has visto mil películas de universidades americanas y lo único que lo diferencia es el número de alumnos, que no existen taquillas, las clases más pequeñas y en general todo su tamaño. Es decir, que no se parece absolutamente en nada, exacto. Pero no me digáis que el nombre no queda bonito.

Vamos, vamos, vamos, vamos, vamos, vamoooss, vamooooooossssssssssssss gente seguimos aprendiendo, seguimos mejorando.

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