1x04 Goodbye Sevilla!

Hace meses que no cuento nada y es que el verano de 2011 fue bastante movidito, para bien.

Jamás habia sacado tanto jugo a un verano, no hubo momento para el descanso, exceptuando las semanas previas a mi partida a Umea.

Pero volvamos al principio...

El último examen de mi diplomatura en Magisterio fue el 8 de Julio de 2011, algo tarde para lo que suelen ser los cursos académicos y eso hizo que mi verano fuera aun más corto. Las celebraciones de fin de exámenes duraron dos días.... tanto desfasar en fiestas me hicieron polvo y para más inri apenas tendría tiempo para descansar. Un par de días después visitaba Guadalcanal, un pueblo en la Sierra Norte de Sevilla donde vive un buen amigo para despedirme de él, y no porque me fuera a ir un año de Erasmus a Umea, sino porque en unos días estaría en Nueva York durante tres semanas, había obtenido plaza para las Becas MEC.

Empecé un blog en Erasmusu sobre mi estancia en Nueva York, pero esa ciudad no me dejó tiempo para detenerme en el blog, y aunque empecé con buen pie el diario, quedó algo abandonado y decidí borrarlo, no me gustan las cosas a medias.

Pero me gustaría dejar constancia de Nueva York aunque sea en este blog, aunque quede un poco lejos de Umea.

Nueva York era una de mis grandes metas en cuanto a mis expectativas de visitas, y por fin conseguí tacharla de esa lista imaginaria.

Todo lo que pensaba de Nueva York lo fue, y mejor, aunque mi primera noche la pasara a la interperie y conociera de primera mano las miserias de quienes menos tienen en Nueva York. de esa noche corroboré que es mucho peor ser pobre en la gran ciudad, que en el campo, como bien diría Federico García Lorca tras su vuelta de Nueva York.

Pero esa experiencia no eclipsó lo que iban a ser las siguientes tres semanas, pues a parte de visitar todo aquello que podais imaginar de Nueva York (museos, la arquitectura, perderme por Central Park, comer comida basura... ) y hacer una visita express a Washington, Philadelphia, Baltimore y Niagara Falls, conocí a gente verdaderamente increible en Nueva York.

Formábamos un grupo de 11: Alexis, Raquel, Javi, Carlos, David, Ángel, María Andujar, Esther, Andrés y María.

Cada uno de un punto de la geografía española, desde la aldea de David a la cosmopolita Madrid de Carlos, sólo Alexis y Raquel que eran pareja vivían en la misma ciudad.

También he de decir algo triste pero cierto, el ser un grupo tan geográfiamente heterogéneo, hace más complicado mantener la amistad.

Pero la gran sorpresa de Nueva York fue María, y es que no podía imaginarme cómo es posible querer a una persona en tan poco tiempo hasta que me pasó con ella. Conectamos casi desde el primer momento, y después... paso lo que tenía que pasar, me gustaría llamarlo destino.

La vuelta a España fue algo dramática, no queríamos que se acabara nuestra estancia en Nueva York, como era de esperar. En particular, tanto María como yo, que ya sabíamos desde el principio que lo nuestro debía empezar y acabar en Nueva York (la amistad por supuesto que no), teníamos ganas de más, pero no podía ser, vivimos a 400 km de distancia y en unas semanas se convertirían en 4000 km.

Volví a España, nostálgico, Umea estaba a la vuelta de la esquina pero seguía pensando en Nueva York y en María... así que decidimos que antes de que me fuera a la fría Umea, teníamos que despedirnos bien, no en el recibidor de la residencia YMCA WestSide. Volví a hacer la maleta y pasé 7 horas y media de autobús para volverla a ver.

Pasé unos maravillosos días con ella y esa fue la despedida oficial de lo nuestro, aunque no quisiéramos. Durante los días siguientes seguimos en contacto diario mediante llamadas y chats, seguimos en ese quiero y no puedo. Pero no había solución, era nuevamente el destino.

Y llegó el día, tenia que mirar al futuro más cercano, eran finales de Agosto y el 27 partiría a Suecia para pasar allí los siguientes 9 meses de mi vida.