Mis comienzos en la ULPGC

Mis comienzos en la ULPGC

En ésta sección les voy a contar como ha sido mí día a día en la universidad de Las Palmas de Gran Canaria desde que empecé y porqué tome la decisión de entrar, las cosas buenas y las dificultades en la carrera que estoy ahora mismo estudiando donde me falta por completar casi un curso,  el  Grado en Ingeniería Eléctrica. Es una experiencia propia y no tiene por qué ser iguales a todos.

Siempre me ha gustado el saber de dónde vienen las cosas y que las originan. De hecho mis padres me dicen que cuando era pequeño rompía con un martillo los coches de Scalextric para ver lo que tenían dentro y me acuerdo de ello.

 Resulta que estaba acabando las prácticas de mis anteriores estudios, un ciclo superior de instalaciones electrotécnicas en I.E.S. San Cristóbal, dónde tuve un buen profesor que le decíamos Santana por sus dos apellidos iguales. Un buen profesor que dando clase y explicando las cosas en campo sentía lo que daba y sabía transmitirlo a sus alumnos. Si eres estudiante ya sabes a que me refiero. Pues bien, él era ingeniero industrial, y repetidamente nos preguntaba en clase que por qué cuándo termináramos el curso, después de las prácticas, no nos metíamos a estudiar ingeniería eléctrica, pues del ciclo superior ya teníamos una buena base para seguir ampliando los estudios. Pues como comentaba antes, mientras estaba haciendo las prácticas de empresa estuve replanteándome el entrar a la universidad, ya que la parte práctica si la tenía pero el miedo mío era que el bachillerato que había cogido no era el bachillerato de ciencias, sino el bachillerato de sociales.

Esto me hacía darle vueltas mucho a la cabeza ya que era importante acceder a esta carrera con una buena base de matemáticas de ciencias como en las asignaturas de física, química, matemáticas aplicadas a la ciencia para poder llegar a entender el primer año de carrera.

A todo esto, antes de hacer las prácticas yo estaba trabajando en una empresa a media jornada por las tardes y así podía compaginar el trabajo con los estudios, por lo que conocí a una persona en esa empresa que también era ingeniero, pero que no ejercía,  me planteó la misma pregunta que el profesor. Esto me llevó junto con los comentarios del profesor  a que  cuando dejé el trabajo y empecé las prácticas empezara a pensar en ello. ¿Todo casualidad no? Si algo pasa es por algo quiere que pase, pienso yo.

Durante las prácticas aprendí mucho sobre la distribución de energía y el mantenimiento de las líneas. Me levantaba cada mañana con ganas de aprender nuevas cosas, ya que me tocó en una empresa que se dedicaba a ello. La distribución y transporte de energía me gustaba y los trabajos que se realizaban era como una aventura dónde cada día te podías encontrar algo diferente. Lógicamente cuando existía riesgo no me dejaban tocar nada, pero también se aprende mirando las cosas.

Pues me dejo de rollos y voy al grano. Después de pensar en si entrar por mis capacidades matemáticas por falta de base, decidí entrar y me lo tomé como el reto de mi vida. Parecerá exagerado y lo que quieras, pero me lo planteé de esa manera. Sabía que iba a ser difícil desde el principio, pero sabía también que la parte práctica ya la tenía y que aún conservo.

Después de las prácticas, conseguí un nuevo trabajo a media jornada e hice la matrícula del primer año, donde aquí en la universidad de Las Palmas, te obligan a coger todas las asignaturas el primer año. Entré a la universidad en octubre cuando las clases ya había empezado porque la matrícula la solicité en septiembre, ya que no me había decidido antes a entrar y entré como un mes más tarde.

Primer año

Mi primer día de clase, emocionado por mi nuevo reto y conociendo a gente nueva. Fue sentarme en la silla de la clase donde tocaba Física I, y el profesor empezar a explicar cosas, si, cosas, porque yo no sabía que era aquello. Yo veía símbolos, números, letras, divisiones, algún símbolo que parecía una serpiente, que si triángulos… ¡una auténtica locura! El colmo fue que a media clase, yo apuntando cosas en la libreta que no tenía ningún sentido para mí, el profesor para ver si todos estábamos entendiendo la lección, puso un problema en la pizarra y dijo que alguien saliera pizarra, que dejaba cinco minutos para intentar hacer el problema. ¿A quién le dijo que saliera a la pizarra? Pues a mí, se acerco por el pasillo, y me dijo: ¿Puede usted salir a la pizarra? Nunca he dicho que no a este tipo de preguntas, ¿pero siempre hay una primera vez para todo no? Pues mi respuesta fue: Hoy es mi primer día de clase y veo esto por primera vez. El profesor me miró, me dijo que me tenía que poner al día y el problema lo hizo él en la pizarra. Este profesor, si no el mejor, uno de los mejores profesores que te encontrarás en la universidad. Aunque me costó aprobar las dos asignaturas que daba, Fisica I y Fisica II, he de decir que aprendí mucho con él y sus clases son magistrales, su apellido es Arnedo.

Ya puedes imaginar todas las demás asignaturas, el primer año tenía las asignaturas de Física I, Física II, Cálculo I, Cálculo II, Ciencias de los Materiales, Álgebra,  Informática, Expresión Gráfica, Economía y Empresa y Química. Pues fue un fracaso mi primer año. No me enteraba de nada de las clases sólo me enteraba de ciencias de materiales que fue lo único que aprobé ese año. Iba a clase desanimado porque no entendía nada, no sabía derivar, integrar, despejar fórmulas enormes, ecuaciones diferenciales que yo me preguntaba que eso era de locos. En fin, un auténtico desastre. Llego el final de ese año y pensé si podría seguir ahí, si eso no era muy grande para mí, teniendo en cuenta que seguía trabajando y que las mañanas las tenía perdidas sin poder sentarme bien a mirar que era cada cosa. No me rendí, tenía que hacerlo. A pesar de los comentarios que escuchaba de “tú estás loco, como te vas a meter si hacer el bachillerato de ciencias” y comentarios por el estilo de amigos y gente a la que le comentaba lo que hacía, no me rendí. Era el reto, así que seguí con la carrera hacia adelante, pero ese año, la universidad sí me dejaba coger las asignaturas que quisiera y también el cambio de matrícula de dedicación completa a dedicación parcial, donde cogí sólo cinco asignaturas.

Segundo año

El segundo año fue dónde me empezó a ir bien la cosa. Cogí de segundo una asignatura que me gustaba que fue Automatismos y Control y cogiendo las del primer año las asignaturas de  Física I, Expresión Gráfica e Informática. Huía de las asignaturas puramente matemáticas porque pensaba que ya me las sacaría de esa manera, combinando asignaturas que me gustaban con asignaturas que eran verdaderos puros. Este año me quedó, como no, otra vez Física I y las demás asignaturas las aprobé. Acabé el año y decidí apuntarme en clases particulares para saber de dónde venían las cosas en el comienzo del curso siguiente. Otra vez, escogí matrícula parcial.

Tercer año

El tercer año, cogí la misma estrategia que en el segundo, cogiendo asignaturas que me gustaban e ir aprobando las demás por separado, las de matemáticas potentes. Esta vez cogí de las fuertes Álgebra donde me tocó un profesor llamado Luis que me explicó bastante bien las cosas y de dónde salían cada una de ellas. Le tuve que comentar mi situación con respecto al bachillerato que había cogido y me recomendó que pasara por sus tutorías, donde cualquier duda que tuviera me la resolvía. Al final, con muchas horas de estudio y dedicación, aprobé Álgebra incluso con buena nota. Junto con Álgebra escogí Química, Teoría de Circuitos, Fabricación y Producción, Gestión de Proyectos, Economía y Empresas y Patrimonio Industrial, dos asignaturas de tercero. Ese año sólo me quedo Teoría de Circuitos, y no porque no entendiera el temario, era por las matemáticas de nuevo, los números complejos no los había visto en mi vida, y aquello para mí era una locura, y claro, para entender los números complejos tenía que haber aprobado Cálculo I, que aún la tenía pendiente.

Pero de pronto, al año siguiente en verano,  la universidad tuvo un problema con el nombre de la carrera que yo estaba haciendo, que al principio de llamaba Grado en Ingeniería Industrial, donde luego al tercer año me especializaba en la especialidad que yo quería, que era electricidad, pues tuvieron el problema por el nombre porque no reunía las competencias con el mismo título de otras universidades españolas. Pues hubo que cambiar el nombre directamente por la especialidad que ibas a hacer, pero la carrera y asignaturas sigue siendo la misma (cosa que no me explico). Esto llevó a un reinicio del número de convocatorias gastadas y también el pago de las asignaturas de doble matriculación. Esto me afectó positivamente porque así ya no tenía que pagar las asignaturas fuertes de matemáticas a precio de segunda matriculación. Lo que no me gustó es que también se creó una normativa de permanencia en la universidad, donde te obliga a aprobar un mínimo de créditos si quieres seguir en la carrera. De hecho mucha gente se fue de la universidad por este tema, además del problema económico al que se enfrentaban, y todos en igualdad de condiciones sin mirar que hay gente trabajadora que tiene que pagarse los estudios (por una parte una injusticia que se miren a todos por igual, teniendo en cuenta el trabajo). También esta nueva norma de permanencia, te obligaba a coger las asignaturas de años anteriores, por lo que mi estrategia aquí ya no la pude aplicar más. Me tocó escoger ya las asignaturas fuertes todas juntas, seguir en clases particulares y dedicarle mucho tiempo para coger el ritmo.  Ese año cogí Física I, Física II, Cálculo I, Cálculo II y Teoría de Circuitos. Gracias al profesor de Calculo I que tuve, que junto con Arnedo deberían ponerlos en lo más alto de la enseñanza como buenos profesores que son, el profesor Sarmiento. Gracias a él entendí como se deriva, como se integra, mejor que él, nadie en su campo. Además de buen profesor, buena persona que se para y que vió claramente mis lagunas. Ese año aprobé todo menos Fisica II. Vaya por dios. Me quedaba una de primero.

Cuarto año

Para el siguiente año, ya era hora de empezar con la dedicación a tiempo completo, de tirarme a la piscina, me caía capaz de comerme el mundo por salirme el año anterior casi perfecto y vencer todos los miedos que tenía, así que escogí la dedicación a tiempo completo, 48 créditos como mínimo donde tenía que aprobar el 40% como mínimo para poder seguir en la carrera. Ya eran de golpe más asignaturas más de las habituales a las que estaba acostumbrado. Ya era hora de estar al nivel de la universidad. Ese año cogí Ingeniería térmica, Máquinas y Mecanismos, Medioambiente I, Medioambiente II, Estadística de la Ingeniería, Física II, Física III y Máquinas Eléctricas. Este año aprobé todo menos Máquinas Eléctricas, Medioambiente I y Física III. Y ahora, en la actualidad, ya tengo Medioambiente I aprobada junto con Máquinas Eléctricas.

Quinto año

En la actualidad tengo asignaturas de tercero y una se cuarto que ya he aprobado, y a ver como termino este año, ya que me he hinchado a coger asignaturas y el año que viene, si todo sale bien, quizás esté en Italia de Erasmus, donde nunca pensé que podía llegar y finalizar todo lo que son asignaturas y quedarme para otro año las prácticas y el proyecto.

Uno de los consejos que doy es que nunca hay que rendirse y que aunque las cosas se pongan difíciles, esta carrera es una “carrera de fondo”, lo importante es acabar.

También me enorgullece enormemente estudiar este tipo de materia y entender las cosas y saber que tienen un nombre, y que no ocurren por suerte como se suele decir. Con paciencia todo llega, y con el apoyo de la familia, novia y compañeros de batalla todo sale. Y gracias a eso.

 Seguiré añadiéndo en esta sección a medida que vaya acabando el curso.

¡¡¡Un saludo!!!! Ánimo a todos los estudiantes y en especial a los ingenieros!