Universidad de Lyon 2: la vida en la universidad

Universidad de Lyon 2: la vida en la universidad hasta ahora

Universidad de Lyon 2: la vida en la universidad

Me he pasado mucho tiempo hablando de las cosas que he estado haciendo aquí, en Lyon. Algunas de esas cosas eran muy emocionantes, pero otras no eran tan interesantes. Sin embargo, no he dicho nada hasta ahora de una cosa en relación con la vida universitaria que desempeña un papel muy importante en mi vida como estudiante Erasmus, pese a que solo tenga clases los jueves. He hablado de las cosas a las que te puedes apuntar por ser estudiante pero nunca he hablado de cómo es el día a día aquí.

Ahora estoy a mitad del primer semestre de la Universidad de Lyon 2. Así que allá vamos, ¿qué pienso al respecto? He de decir que no es para tanto, además me gustan la mayoría de mis clases.

La primera clase que tengo del día es la de Lengua Francesa, pero aunque empiece a las ocho de la mañana tengo que levantarme a las seis de la mañana y me cuesta mucho, pese a eso me gusta mucho la clase y no me parece que sea muy difícil. Di una clase como esta en mis estudios de nivel avanzado en Inglaterra, así que no encontré que la terminología fuera difícil de entender al principio, pero ahora se está poniendo un poco más complicado. Hasta ahora solo he hecho un examen, que en su día creía que estaba suspenso porque no tuve mucho tiempo para estudiar antes del examen. Sin embargo, pese a que me faltaran la mayoría de los detalles aprobé con un dieciséis sobre veinte, pero contando con los tres puntos de más que me ponían por ser estudiante Erasmus, ¡así que no está nada mal! Ahora voy con más confianza para los demás exámenes, no puedo decir lo mismo si hablamos de los otros tipos de controles que he hecho, como la exposición para Historia de la Prensa.

Unas semanas antes tuve que hacer una exposición sobre la prensa satírica en grupo para nota para mi segunda clase, Historia de la Prensa. En mi grupo estaba con otras cuatro chicas, me tocó trabajar mucho. Me leí dos libros más aparte del libro de clase porque en ese solo encontré una línea sobre la prensa satírica. Por suerte me ayudaron más esos dos. Le pasé a las demás la investigación que hice sobre el tema y se lo dejé a las chicas para que lo juntaran para la presentación, todo porque pensaba que sería lo mejor ya que mi francés no es de lo mejor que hay. Entregamos la presentación bastante tarde el miércoles por la noche, y el jueves por la mañana a las diez ya la teníamos de vuelta. ¡La profesora nos dijo que era la peor exposición sobre la prensa satírica que había visto jamás!

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Fue bastante breve y concisa, pero parece que fue demasiado breve y concisa porque cada persona tuvo que hablar durante cinco minutos y supuestamente nuestra presentación tenía que durar veinticinco minutos, aunque en realidad la exposición entera duró una hora y diez minutos.

"Vaya... " pensé. Podría pasarme el día preocupada y así arruinarme el día o podría hacer la exposición y ya está, porque tan solo tenía que aprobar el año entero sin importar que notas sacara. Así que decidí no pensar más en lo que había pasado en clase.

He de confesar que Historia de la Prensa es la clase que menos me gusta. Es como estar en el colegio. En clase somos como unas cuarenta personas, y a la mayoría de estas no le importa nada de lo que dice la profesora. Un día, la profesora se hartó de la clase y echó a una chica de clase porque hablaba mucho con los amigos. Ahora tenemos otra profesora. El trabajo de clase no ha cambiado nada, y me da la impresión de que la profesora lee los apuntes del libro de la asignatura, porque tiene como unas ciento veinte páginas y ya me lo he leído y he cogido apuntes del libro porque me dijeron que habría un examen pronto, pero creo que es mentira. Es por esto que las clases se me hacen un poco aburridas.

Me gusta mucho la asignatura de Literatura Francesa y he de decir que con total seguridad esta clase es de las cosas más difíciles que he hecho porque es difícil entender la poesía y más aún si está en un idioma extranjero, cada día acababa aprendiendo una palabra nueva. Me apunté a clase pensando que me darían cinco créditos, pero cuando me dieron el contrato pedagógico me di cuenta de que valía diez porque para la clase de trabajos tutelados había que hacer un examen oral, que era a la que yo iba, y había que hacer un examen escrito para las clases magistrales, que no pensaba que fueran obligatorias para aprobar los trabajos tutelados.

Busqué a qué hora eran las clases magistrales y vi que eran los viernes a las diez. Durante los dos años que llevo en la universidad jamás antes había tenido clase un viernes, ¡era algo totalmente nuevo para mi! Pero bueno, ¡ya me imaginaba que eso de tener fines de semana de tres días no me iba a durar para siempre!

La última clase del día era la de Lenguas y Culturas del Mundo. Me gusta mucho el tema, pero por desgracia no puedo decir lo mismo sobre la forma que tiene el profesor de dar la clase. Las clases se imparten en un aula muy grande, parece como un aula de clases magistrales en la que los alumnos se esconden detrás de las pantallas de sus portátiles. Esta es la única clase que tengo con mis amigos anglófonos y todos hemos admitido que en algún momento hemos tenido dificultades a la hora de seguir al profesor. Por eso muchas veces intentamos sentarnos detrás de los que tienen portátiles, sin embargo esta idea nos solía salir mal porque al cabo de un rato dejábamos de prestar atención a clase, además podíamos ver en un montón de pantallas cómo juegan al solitario, ¡así es imposible copiarse de los apuntes de los demás!

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El inconveniente de tener todas las clases el jueves es que para antes de Navidad tendré al menos tres exámenes en lugar de tenerlos en enero, ¡será difícil pero tengo que afrontar las consecuencias! ¡Pero después de hacerlos al menos podré volver a casa de vacaciones!

Los jueves son bastante duros y agotadores. A veces me cuesta dormirme temprano los miércoles, ¡a no ser que por la noche no haya Internet! Es un poco deprimente ir por las mañanas a clase cuando aún está oscuro y volver cuando también está oscuro, pero tan solo quedan tres semanas hasta que llegue Navidad, así que puede que en enero cambien las cosas.

El tranvía T2 siempre es una pesadilla porque al ser la línea principal para ir al campus de Bron, está siempre abarrotado de gente. Por suerte yo me subo en Perrache y ahí aún puede que tengas suerte de encontrar algún sitio libre. Después de pasar Perrache es imposible subirse al tranvía, sobre todo en la parada de Grange Blanche que coincide con la línea de metro D, que tiene las paradas de metro más cercanas al campus. Si tienes suerte por la tarde, puede que te encuentres con algún tranvía vacío, no tendrás que pelearte con la gente que ha comprado demasiadas cosas en el IKEA, cuya parada está al lado de la universidad.

En general, no está tan mal, pero bueno, creo que será buena idea ir empezando a estudiar para los exámenes así que estaré bastante ocupada estas semanas. Y ahora me voy a dormir, ¡que levantarme a las seis no va a ser fácil!


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