Universidad de Lyon 2: cómo pasar a ser estudiante

La matriculación en las clases

Antes de que eligiese Lyon como destino para mi año de Erasmus, nos avisaron de que la administración francesa es bastante complicada. No creo que sea algo con lo que no pueda lidiar, pero porque me gusta pensar que no hay nada imposible para mi.

Aunque pudiera con todo, se me acabó haciendo bastante difícil. Pude con ello pero me impresionó la cantidad de papeles y de administración que había que hacer antes de poder si quiera descansar un poco.

En vez de que me matricularan directamente en las clases que había elegido para el Acuerdo de Aprendizaje, había que ponerse a buscar por toda la universidad unos tablones de anuncios con las listas de las clases. En ellas encontraremos tanto los TD (Trabajos Tutelados) como las CM (Clases Magistrales), con el aula, la hora y el profesor. Suelen haber varias clases iguales de TD en diferentes días o a diferentes horas, por lo que si no queremos coger una clase a las ocho de la mañana podemos elegir otra más tarde.

Primero hay que elegir una sesión y después se va a la clase y hay que pedirle al profesor que firme los papeles necesarios para el contrato pedagógico.

Andar por ahí paseándose por la universidad no era muy práctico, sobre todo por el campus Porte des Alpes, porque era enorme y parecía un laberinto. Tengo cuarenta minutos para coger el autobús y el tranvía T2, y por primera vez me acabé agobiando. Al principio me resultó un poco difícil sin contar con la ayuda de nadie más, pero al final uno acaba acostumbrándose al funcionamiento de una universidad francesa.

Universidad de Lyon 2: cómo pasar a ser estudiante

Costaba mucho organizarse el horario y resolver los problemas que surgían, como el de que te coincidan clases. Sin embargo, el hecho de poder organizarte tú mismo el horario tiene sus ventajas. Gracias a las opciones que dan los TD, podemos elegir las clases a la hora que nos venga mejor.

A la semana siguiente volví al campus Porte des Alpes para asegurarme de que los detalles estuvieran bien (fue una buena idea, porque me había equivocado). Me hice un horario con seis días de fin de semana. El único día que tenía clases era el jueves. El horario se tendría que quedar así:

08:00-09:45: Lengua Francesa

10:00-11:45: Historia de la Prensa

12:00-13:45: Literatura Francófona

14:00-15:45: Lenguas y Culturas del Mundo

16:00-17:45: Historia Antigua

Eran casi diez horas de clase y tendría que levantarme a las seis de la mañana para poder llegar a las ocho a la primera hora de clase. Cuando llegó el primer jueves de clase, me tocaba probar qué tal me iba con mi creación. Me duché la noche de antes para poder pasar más tiempo en la cama. Las primeras dos horas fueron las más fáciles, pero en general, como la mayoría de gente me había dicho ya, ese día era agotador. La noche de antes me hice un sándwich para el almuerzo pero se me olvidó cogerlo por la mañana, así que tuve que comprarme cuatro chocolatinas para pasar el día.

Después de la segunda clase, la de Historia de la Prensa, me alegré de que todo fuera bien. Me daba tiempo a llegar a las clases y no eran tan difíciles de seguir. Sin embargo, llegó la hora de Literatura Francófona y me perdí, así que tuve que pedirle ayuda a una chica que conocía y que estaba esperando para entrar a otra clase. Decidió que le gustaría hacer Literatura Francófona conmigo, pero por desgracia nos encontramos con que la clase estaba ya completa. Tan solo habían diez plazas para estudiantes extranjeros. La chica que me acompañaba tenía un gran nivel y quería ir a esa clase, se ofendería mucho si no la aceptaban. ¡Pero una hora y cuarenta y cinco minutos antes ni si quiera pretendía hacer Literatura Francófona! A ella la aceptaron y yo tuve que buscarme otra. No estaba muy contenta, y eso es decir poco.

Fuente

La última clase del día era la de Historia Antigua. Ya iba muy cansada, y al final me di cuenta de que esa clase no estaba hecha para mi, era demasiado difícil. Aunque me interesaba mucho la historia, la última vez que di historia fue cuando tenía dieciséis años. Además, teníamos que hacer dos exposiciones orales delante de toda la clase que contaban para nota. No se mucho sobre el temario y soy bastante tímida, así que no volveré la semana que viene.

Por suerte tan solo tenía que hacer 40 créditos entre los dos semestres, así que serían veinte cada semestre. Podía no seguir con la clase de historia si reemplazaba la Literatura Francófona. Me di cuenta de que la Literatura Francesa la daban a la misma hora y el mismo día. Me encanta esa clase. He hecho amigas nuevas y los textos son fáciles de entender. Fui a la clase y hay muchas plazas, así que al final de la clase la profesora me firmó el papel naranja para la matrícula.

Mi horario ahora es este:

08:00-09:45: Lengua Francesa

10:00-11:45: Historia de la Prensa

12:00-13:45: Literatura Francesa

14:00-15:45: Lenguas y Culturas del Mundo

Aunque el día siga siendo algo agotador, me gusta el hecho de tener seis días después para descansar. No tengo ninguna excusa ahora para no hacer los deberes. No puedo salir por la noche o ir a las fiestas de Erasmus, ¡pero eso no me supone ningún problema!

Ahora me toca organizarme el tiempo libre...


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