Papeleo erasmus.

Sí, lo sé. Sé que esto no es ninguna curiosidad sobre Aarhus ni nada parecido, pero el caso es que he estado recopilando preguntas que gente que tiene pensado irse de erasmus me hace bastante frecuentemente y entre todas ellas, una de las mayores preocupaciones de los estudiantes es siempre el papeleo antes del erasmus. 

Todo el mundo ha oído hablar sobre el lío que se monta al preparar el erasmus. Y es que seamos sinceros, dudo mucho que alguien no acabe desquiciado al rellenar todos los papeles del erasmus, y personalmente eso, junto a la escasa información y ayuda recibida por parte de mi universidad, es claramente lo que peor del erasmus he llevado antes, durante y después de volver de Dinamarca. Pero bueno, no estoy escribiendo esto para hablaros sobre mi vuelta (bastante deprimente después de los maravillosos días que pasé allí), sino para quejarme. Para quejarme del papeleo del erasmus.

En la Universidad Complutense tardaron más de dos meses en confirmar las plazas erasmus. Las primeras semanas parecía que el plazo de espera era interminable, pero con el tiempo nos acostumbramos a esperar sin recargar la página principal del correo eléctronico como si estuviésemos esperando las notas finales de la asignatura más difícil del curso.

Y por fin, cuando ya casi nos habíamos olvidado de los destinos que habíamos pedido, llegaron las esperadas listas con los destinos que nos habían tocado. Entonces tuvimos solamente un par de días para decidir si queríamos aceptar o rechazar la plaza que nos habían ofrecido mediante un documento oficial (el primer documento oficial de todos los que habría después). Lo curioso es que solo nos diesen un par de días para aceptar cuando ellos habían tardado meses en concedernos la plaza, pero esto es la universidad, así que a eso hay que acostumbrarse.

Un mes después, justo cuando debíamos empezar a informarnos sobre los diferentes programas que ofertaba nuestra universidad de destino, la universidad nos asignó a nuestra tutora erasmus. Mi consejo es que si tenéis dudas, no os confiéis  pensando que vuestra tutora o tutor erasmus os las va a solucionar, porque aunque haya una pequeña parte de tutores cualificados, la mayoría no tienen ni idea de nada, o al menos esa es la experiencia que saco de los tutores erasmus que hay en mi facultad. 

La sorpresa para mis compañeras y para mí (Alicia y Celia que sufrieron el estrés y los enfados constantes conmigo) llegó cuando conseguimos concretar una hora de tutoría con ella (misión casi imposible teniendo en cuenta que no nos daba ninguna facilidad para verla y solo nos ofrecía tutorías entre las siete y las ocho de la tarde mientras nosotras estábamos trabajando) y, después de haber alterado nuestros horarios de trabajo por asistir a la tutoría, tras hacerle preguntas básicas sobre el destino, lo único que hizo fue ofrecernos los teléfonos de alumnas que habían estado en nuestro destino el año anterior, afirmando que ''las personas que ya han estado allí sabrán más sobre vuestro destino que yo''. Y sí, en eso tenía razón, porque ella, por no saber, casi no sabía ni a qué ciudad nos íbamos.

Así que no, no hagáis listas con preguntas que os surjan sobre programas, alojamientos, bancos, convalidaciones etc pensando que vuestra tutora os las va a responder, porque lo más probable y lo general (aunque siempre haya excepciones) es que no lo haga, esquive todas las respuestas o incluso haga algo incorrecto que os acabe perjudicando (sí, hablo por mi propia experiencia). Eso nos pasó a nosotras, que tuvimos que buscarnos la vida como pudimos sin ni siquiera tener referencias anteriores en nuestro curso.

Os recomiendo que, además de, por supuesto, pedir los números de las personas que han estado en vuestro destino en años anteriores, leáis blogs, busquéis páginas de facebook y si realmente necesitáis ayuda acudáis al Vicedecano de Relaciones Internacionales de la facultad -o busquéis al equivalente en las vuestras en caso de que no tengáis-, la única persona alrededor del tema erasmus que sabrá resolver hasta la duda más extraña que podáis tener.

El caso es que después de eso llegaron los papeles para aceptar el curso de la universidad de Aarhus y el papeleo para aceptar la residencia a la que íbamos y enfrentarnos al mayor pago que hicimos, de unos 1500€ de fianza sin ni siquiera haber llegado. Esto, si lo comparamos a todo lo que venía después, no era nada.

Y es que rellenar el Learning Agreement, algo que debería ser super sencillo y básico, fue un caos porque nuestra tutora era incapaz de contestar a ninguna de nuestras dudas (de hecho fue ella quien hizo algo mal y tuvieron que arreglar su destrozo). A cualquiera a quien le cuento que en mi universidad pierden papeles o los rellenan mal le parece increíble y no se lo puede creer, pero lo cierto es que aquí es una realidad.

Después de eso se acabó, al menos hasta que volvimos y nos enteramos de que teníamos que pedir otro documento si no queríamos que en nuestro expediente apareciese que nuestras notas convalidadas eran de cincos por temás de convalidaciones. Ya estábamos hartas, pero eso era lo que tocaba.

Por eso, cuando entregamos ese último documento, podríamos haber hecho una fiesta claramente para celebrar que no teníamos que hacer nada más y que por fin éramos completamente libres.

Ahora solo me queda deciros que tengáis mucha, mucha, mucha paciencia, que igual que parece un proceso interminable al principio, todo pasa, y que siempre tenéis que pensar en la gran experiencia que viene después.