Erasmus en la Universidad de Burdeos

Os voy a contar mi experiencia en la Universidad Michel de Montaigne, conocida también como Université Bordeaux 3. Allí tuve la ocasión de estudiar durante mi Erasmus en Burdeos, en el año académico 2014/2015.

Todo empezó el 4 de septiembre de 2014

Mi experiencia en la Universidad Michel de Montaigne empezó con las jornadas de bienvenida para los estudiantes internacionales, que tuvo lugar la mañana del 4 de septiembre en el anfiteatro 700, el aula magna más grande de toda la universidad. Era mi segundo día en Burdeos, compartí el inicio de esta aventura con Giulia, una amiga que vino conmigo de la misma facultad de Milán y con quien pasé todo el primer semestre. Antes del inicio de la reunión, esperando a ser llamados por los profesores, nos habíamos unido a otros estudiantes internacionales en la placita que hay entre el edificio administrativo y el edificio de acogida. Aquí os muestro una foto de este maravilloso momento, en el que todavía me quedaba todo por descubrir:

Ocasiones como estas son fundamentales para empezar a forjar las primeras amistades. En la foto de abajo, una panorámica del aula magna antes de que se llenara:

Durante este evento, un profesor y otros empleados que se ocupan conjuntamente de los estudiantes internacionales nos explicaron con detalle todos los procedimientos burocráticos que tendríamos que realizar en los siguientes días (matrículas de las asignaturas, entrega de varios documentos, etc. ) y nos dieron algunas informaciones útiles sobre la ciudad. Mi consejo para todos los futuros estudiantes Erasmus: aunque esta parte pueda parecer un poco aburrida, prestad atención a todo lo que os explican y evitaréis depender de los demás. En cualquier caso, después de estas dos horas dedicadas a la explicación de todas las informaciones necesarias, todo empezó a ser más divertido. Al final de la reunión, a mediodía, nos esperaba un rico almuerzo a la salida del aula magna; fue un momento precioso en el que tuve la oportunidad de hacer amistad con otros estudiantes (todavía recuerdo haber conocido a un grupito de japonesas muy simpáticas con el que estuve en contacto durante todo el primer semestre).

Durante las dos primeras semanas de septiembre, antes del inicio de las clases, todos los estudiantes Erasmus tuvimos dificultades para establecer un horario semanal de las asignaturas de la universidad. Fue sobre todo complicado entender exactamente cómo realizar todos los procedimientos para matricularnos en las asignaturas, hacer todo con el ordenador, y recibir las instrucciones en un idioma diferente al nuestro lo hacía todo más difícil.

Las clases y los exámenes

Durante los dos semestres de mi Erasmus, tuve exámenes de las siguientes asignaturas: Literatura Francesa, Literatura Francesa Medieval, Historia de la Lengua Francesa, Laboratorio de Lengua Inglesa, Historia Contemporánea, Relaciones Internacionales, Literaturas Comparadas, Geografía de Países Angloparlantes y Márketing Internacional. Salvo alguna excepción, me gustaron mucho todas las asignaturas, en especial las cinco últimas de la lista. Tengo que admitir que al principio fue difícil adaptarse a un sistema completamente diferente al que estoy acostumbrado; como ya he dejado entrever, tuve muchas dificultades para entender exactamente cómo tenía que hacerse una "dissertation". Este tipo de examen escrito lo pedían en casi todas las asignaturas y consistía en analizar un texto (una extracción de un romance, un documento histórico, etc. ), partiendo de la formulación de una "problemática" y respondiendo a esta con un texto de dos o tres párrafos. Un tipo de escrito que tiene que seguir unos esquemas más bien rígidos.

Aun así, no os asustéis, muchas veces para los Erasmus hay otro tipo de exámenes más fáciles. Casi siempre solo tuve que hacer disertaciones simplemente para practicar, mientras que para los franceses era un verdadero examen.

Casi todas las asignaturas estaban subdivididas en dos partes llamadas "cours magistral" (clase teórica) y "travail dirigé" (clase práctica). Lo primero consistía en la típica clase universitaria que se da en un aula grande y en la que el profesor explicaba mientras los estudiantes tomaban apuntes; el segundo eran clases más bien prácticas impartidas en aulas pequeñas con no más de 20 asientos. Durante mi estancia encontré profesores muy simpáticos y atentos. Todavía recuerdo al simpatiquísimo profesor de Fonética Inglesa que, después de la última clase antes de las vacaciones de Navidad, nos invitó a mí y mi amiga italiana a comer un trozo de tarta en una reunión organizada por el club de estudiantes ingleses.

La organización universitaria y el campus

A la Universidad Michel de Montaigne se puede llegar fácilmente desde la parada Montaigne Montesquieu con la línea B del tranvía, que está justo delante del Accueil, el edificio que tiene los puntos de información y otras oficinas administrativas.

La universidad tiene muchos edificios, casi todos denominados con una letra del abecedario, que tienen muchísimas aulas de diferentes tipos (aula de informática, sala de proyecciones, aula magna, aulas de laboratorio, club para estudiantes, bibliotecas, comedores y muchos más servicios dedicados a los estudiantes). Al ser estudiante Erasmus, tuve oportunidad de asistir a varias asignaturas pertenecientes a diferentes facultades y así explorar todas las estructuras de la universidad. Como ya he dicho, el aula más grande es el anfiteatro 700, aula magna en la que se dan algunas clases y donde se desarrollan los eventos importantes, como la jornada de bienvenida para los estudiantes internacionales.

Antes de empezar a describir algunas de las instalaciones a las que solía ir durante mi Erasmus, aquí os enseño una foto del precioso campus universitario.

El Pôle Mobilité International

En el primer piso del Accueil podéis encontrar la Pôle Mobilité International, la oficina que se encarga de todos los procedimientos burocráticos que los estudiantes internacionales tienen que realizar durante su período de movilidad (procedimientos como la admisión en cursos universitarios o la recepción de las notas de los exámenes realizados). Para cualquier duda o ayuda de cualquier tipo, podéis recurrir al personal de esta oficina, son siempre muy simpáticos y atentos. Yo, por ejemplo, tengo que agradecerle a uno de los empleados de esta oficina haber encontrado una casa preciosa después de tres largas semanas de búsqueda. Otro consejo útil: tened en cuenta siempre los horarios de apertura y los días de cierre.

Las bibliotecas

La universidad cuenta con varias bibliotecas que poseen una amplia gama de materiales, desde de literatura hasta de geografía, economía y lenguas extranjeras. La biblioteca a la que tuve ocasión de ir durante mi Erasmus es la de Letras, la más grande de la universidad. Está dividida en tres plantas y contiene un amplio catálogo de libros. También dispone de muchas áreas de lectura. Aquí una panorámica de la biblioteca (si encontráis esta foto en Wikipedia, que quede claro que el autor de la foto soy yo).

Fuente

Para aquellos que quieran quedarse a estudiar hasta tarde, no hay ningún problema: la biblioteca cierra a las 19:30. En la siguiente foto, inmortalicé un bonito recuerdo de una tarde de viernes transcurrida en la biblioteca estudiando Literatura Francesa antes de pasar una de las mejores noches con mis amigos.

Eran las 18:30 y, como podéis ver en la foto, la biblioteca estaba casi vacía. ¡La atmósfera perfecta para estudiar sin distracciones! El único sitio ocupado que podéis ver era el mío.

La planta baja del edificio alberga la biblioteca de Derecho y Economía; si necesitáis imprimir algo, aquí podéis encontrar impresoras fáciles de utilizar y siempre disponibles.

La sala de ordenadores

Si os encontráis en la universidad y necesitáis utilizar un ordenador con conexión a internet, aunque sea solo para conectaros a Facebook o para escuchar una canción en Youtube (evidentemente con los auriculares para no molestar a nadie), os aconsejo ir a la sala de ordenadores que está en el primer piso del edificio K. Aquí podréis encontrar ordenadores de última generación que podréis utilizar para lo que queráis. Pasé muchas de mis tardes aquí, aunque fuese solo para un breve momento de relax tras la pausa de la comida.

El comedor

Si sois estudiantes de la Universidad Michel de Montaigne, tenéis varias posibilidades para escoger el sitio donde comer. De los restaurantes a los que fui o que vi personalmente, el mejor es el comedor universitario situado al lado de la Universidad Bordeaux 4, conocido como "resto universitaire". Iba todos los días, y quizás sea uno de los más frecuentados por todos los estudiantes. El restaurante está organizado en dos plantas (las cocinas, las cajas y los mostradores donde poder pedir la comida están en la planta de abajo) y cuenta también con mesas y sillas en el exterior. Los precios son bajísimos y la comida es de buena calidad: si te presentas en la caja con la tarjeta universitaria, un plato único compuesto de primero, segundo y guarnición cuesta solo 3'20 €; además, existe la posibilidad de coger gratuitamente algo de picar como pan o grissini. Recuerdo que había también una opción que incluía un menú fijo por no más de 3 €. Si queréis tomar un café, un cruasán o un zumo, en la entrada del comedor hay un bar que hace esquina y que abre todo el día. La hora más frecuentada era entre las 12:30 y las 13:00. Si queréis evitar interminables colas de espera, os aconsejo comer fuera de esta franja horaria.

Las actividades deportivas

Los estudiantes de la universidad tienen la posibilidad de participar en un amplio número de actividades deportivas como fútbol, musculación, yoga, surf (realizado en la preciosa costa del Océano Atlántico)... Para participar, se necesita rellenar un formulario de inscripción y presentar una foto tamaño carnet y la fotocopia del DNI. Para obtener más información, podéis ir al edificio del deporte universitario, situado junto al edificio del Accueil. Yo me apunté a musculación; habría tenido la oportunidad de ir al gimnasio tres veces por semana por solo 20 euros y válido por todo el año. Sin embargo, dedicándome al estudio y al ocio, nunca pude disfrutar de esta oportunidad.

Si os gusta el fútbol sala y el fútbol 11, podéis disfrutar de los campos de la universidad, a los que se puede llegar desde la parada "François Bordes" con la línea B del tranvía, sin tener que reservar. Basta con tener un equipo y empezar a jugar (siempre que el campo no esté ya ocupado). Una tarde de octubre, Alex, un amigo canadiense, y yo tuvimos la oportunidad de jugar un partido en un campo de fútbol 11 gracias a la invitación de un amigo italiano que conocimos allí. Jugamos con estudiantes franceses de la facultad de Ciencias Motoras. Alex jugó genial, y les llamó tanto la atención que lo llamaron para jugar en su equipo en el torneo universitario. ¡Quizás vosotros tengáis también su suerte! Aquí una foto hecha durante una tarde en la que un amigo y yo fuimos a ver un partido para animarlo:

Conclusiones

En general, puedo decir que estoy satisfecho con esta experiencia.