La universidad de Belgrano

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La universidad de Belgrano es la universidad en la que cursé durante el intercambio en Buenos Aires. En esta capital existen un montón de universidades, y ésta, al menos para mí, que estuve en ella y creo que tengo potestad para hablar de ello, no me gustó en absoluto, y las razones ya os las voy a ir contando a lo largo de este blog y también podéis verlo en mi experiencia en el intercambio.

Pues bien, la universidad de Belgrano es una alta torre situada en el barrio que la da nombre, nombre de uno de los generales argentinos más importantes en su proceso de independencia. El barrio es uno de los más seguros de la ciudad, yo vivía en él para estar cerca de la universidad y puedo asegurar que verdaderamente lo es.

La universidad, como iba diciendo, es una enorme torre de unos veinte pisos donde se encuentra todo, las clases, oficinas, despachos, etc. El caso es que a diferencia de la más conocida UBA, que es la universidad pública, la Universidad de Buenos Aires, ésta es privada y por tanto, al menos desde mi punto de vista, la educación se resentía bastante de ello, puesto que yo siempre había estado en la pública y me impresiona bastante esta clase de universidad, pues todo es muy distinto, demasiado distinto. Por otra parte, muchos dicen que la UBA está demasiado politizada, o que en muchas ocasiones hay muchos parones en las clases porque los profesores no asisten, o porque hay manifestaciones por falta de calefacción… pero mucha gente de allí dicen que eso es exagerado; yo la verdad es que no sé si esta realidad es tanto así, pero mucha gente lo comenta, aunque los que están dentro dicen que no es así. En cualquier caso, por lo menos es gratuita, no como la española.

Respecto a esta universidad, lo que a mí me dio la impresión, es de que lo que más deseaban es que pagaras; ya contaré los problemas que tuve nada más empezar con ellos, que se supone que te buscaban un piso, etc. cuando todo era más caro que en ningún sitio. Por ejemplo en lo que se refiere a la cafetería todo era carísimo, al igual que la agencia de viajes del sótano, la librería que tenían de ellos y sobre todo las fotocopias, que era un auténtico engaño, cada una valía un peso, que al cambio serían unos 20 céntimos, así que imaginaros si tienes que imprimir algún trabajo final de una asignatura o bien alguna urgencia, porque ya no te digo si la querías en color… además de las colas que siempre se formaban en ellas. Pero eso sí, todavía era peor en la fotocopiadora de enfrente donde te solían dejar las fotocopias, porque todo estaba desordenadísimo y los chicos que trabajaban allí no se enteraban de prácticamente nada.

En cuanto a la asesora de las asignaturas, eran tres, que se portaron en este caso bastante mejor, puesto que no me opusieron ningún tipo de problema en las asignaturas elegidas ni nada de nada, aunque eso sí, claro está, de las cinco asignaturas que tenía elegidas tuve que cambiar dos, y aunque la asesora de mi universidad de origen, de Salamanca, no gozaba de muy buena fama con otros amigos míos que fueron a Italia, etc. y les complicó mucho todo, conmigo siempre se portó bien, aunque la mujer la verdad es que sí que imponía mucho respeto.

Respecto a lo que a la universidad se refiere, como ya os he contado, todo se me antojaba muy extraño, como por ejemplo un caso concreto que os voy a contar a continuación: la tarjeta de fichar. Esto es sin ninguna duda lo más raro de todo lo relacionado con la universidad de Belgrano, y es que cada día al ir a clase debíamos pasar una tarjeta para que se sepa que habíamos estado en clase, y nuevamente al salir; además, si tenías alguna clase por las tardes, es decir, a partir de la 1, tenías que pasarla de nuevo, siempre antes de que se hiciera y cuarto, tanto por las tardes como por las mañanas, sino ya contaba como que esa hora no habías estado.

Esto desde luego se me hizo muy pero que muy curioso, sobre todo porque en Salamanca nunca me habían tenido con ningún tipo de control en la universidad, y si quieres vas y sino no. Además, el total de las asistencias tenía que ser mayor del 75% para que contara para poder presentarte al examen, y es que ellos daban bastante importancia al acudir a clase según parecía, aunque después no lo tenían en cuenta.

Y lo importante es: ¿cuál es la trampa que se puede hacer? Pues como es lógico siempre podías dar tu tarjeta a alguien para que te la pasara, como solía hacer yo cada vez que me marchaba de viaje, que era muy a menudo. Por eso, siempre tienes que tener buenos amigos en la facultad. Por otra parte, también podías pasar por estas maquinitas simplemente tu número de alumno y con eso era suficiente, así que al menos cuando se te olvidaba podías marcarlo o incluso decir a alguien que te lo marcara, porque sobre todo por las mañanas que empezaba las clases a las ocho siempre se pegaban las sabanas.

Por otro lado, siempre había que tener cuidado, pues cada cuatrimestre durante un par de veces un hombre pasaba para pasar lista y como hubieras pasado la tarjeta, tu o alguien y no te encontrabas en clase… ibas a tener problemas. En la primera ocasión que lo haces creo que simplemente te dan un pequeño toque de atención, lo cual podéis aprovechar, pero como una vez ya te hubieran calado… es malo que pases las tar5jeta si no vas a estar, porque creo que pueden hablar hasta incluso de una expulsión, y no creo que fueran a ser indulgentes por ser estudiantes de intercambio, así que si es la universidad a la que tenéis que ir tenéis que tener esto bastante en cuenta. Otras universidades como la Católica que está en Puerto Madero, la cual me contó una chica española que también tenían que pasar asistencia y ellos incluso rezaban cada día, algo un poco raro, pero claro, por eso es la Católica.

En cuanto a mis asignaturas, la verdad es que no me resultó nada complicado sacarlas; yo estudio historia en Salamanca, y aunque aquí en esta universidad no había historia, hice algunas asignaturas afines que me resultaban más o menos parecidas en las troncales, y algo diferentes en lo que a las optativas se refiere. Sobre la manera de llevar las clases, la verdad es que no hablaba con demasiada gente, porque la mayoría era bastante estirada, hijos de gente adinerada… en todo el cuatrimestre no ví a absolutamente nadie aparte de mí ir con chándal a clase, lo cual ya me resultaba impactante, aunque eso no quita de que hiciera algunas grandes amistades.

En lo que se refiere a los exámenes y todo ese tipo de cosas, tienen una manera de hacer las cosas que también me pareció realmente extraña. Ellos sólo tienen asignaturas cuatrimestrales, anuales no; bueno hasta ahí todo bien, pero es que resulta que a pesar de ser solo cuatrimestrales tienen unos parciales que son obligatorios de aprobar a mitad del mismo. Pero bueno, todo tendría sentido en el caso de que liberarían de la materia de la que te habías examinado… pero resulta que no era así, así que muy raro todo, porque además no valía para nada puesto que ni hacía media con el examen final, ni lo tenían en cuenta ni un poco. Pero bueno, era obligatorio ir y aprobarlo. Luego de todas formas algunos profesores te liberaban de una parte de materia en caso de haber hecho algún trabajo que hubieran mandado a lo largo del año, etc, asi que al menos si que algunos se portaban, o te dejaban elegir el tipo de examen que querías.

En uno de los parciales, que tenía un martes, me fui de viaje con mis amigas españolas a Puerto Madryn, apenas me había mirado nada más que el lunes a la vuelta, y aun así aprobé, aunque tuvo mucho que ver que otra chica de clase me pasó sus apuntes (yo no tenía ni idea de nada, pues apenas iba a clase encima), que era de tipo test, o como decían ellos de multiple choice o que copié como un autentico loco. Digamos que todo tuvo que ver.

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En otra ocasión, hice un trabajo que tenía que entregar un lunes después de viajar con los amigos que vinieron a verme de España, tuve que hacer muerto de pena porque acababan de irse, en solo dos o tres horas, y saqué diez, nada más y nada menos. Aunque mira, los otros dos trabajos después saque menos dedicándolos muchísimo más tiempo. Muy raro todo vamos.

El resto de asignaturas eran algo más fácil, o más bien me gustaban más. Historia Argentina actual era muy complicada, pues tenía un millón de nombres y de cosas de las que no había escuchado hablar nunca. Otras como historia del mundo actual me encantó, el profesor es de los mejores que he tenido en la vida y aprendí muchísimo, me gustó tanto que hasta tengo al profesor en el facebook y puedo seguir sus movimientos y sus cosas, pues publica cosas interesantísimas.

Otro de ellos, era bastante amable y se portaba muy bien conmigo, aunque no creo que supiera mucho, al menos no daba esa impresión.

Pero bueno, le hice un trabajo bastante bueno como examen final, que era la posibilidad que nos daba en vez de hacer el examen normal, con una breve entrevista, así que quedé verdaderamente contento, pues me puso muy buena nota, al igual que en prácticamente todas las asignaturas, pues me ha servido mucho para aumentar la media de la universidad además de la experiencia, por lo que puedo decir que no puedo pedir nada más, porque encima la asesora de mi universidad a la vuelta se portó genial conmigo, a pesar de que con todo el mundo era muy borde, seguramente porque ella es especialista en Historia de América y la gustaría ver a gente que apostaba por el intercambio a este tipo de países, a pesar de que tuvo que trabajar mucho, porque en vez de por créditos allí se contaba por horas semanales y tuvo que andar contando y contando, pero eso a mí tampoco es que me importara.

El caso es que me llego a subir la nota en una asignatura y en las que me habían puesto un diez me las hizo matrículas de honor, y eso lo he notado mucho este año al hacer la nueva matrícula, pues con la subida de tasas se ponía por las nubes, y eso que solo me faltan muy pocas asignaturas.

Pasando al tema de los exámenes finales, lo más interesante de todo es que son exámenes orales. Esto es algo que al principio me daba mucho miedo, pero que a la vez me planteaba un reto para mí, puesto que lo de hablar no s eme daba demasiado bien, pero es lo que había.

El primero de ellos fue el peor, y me llevé un verdadero chasco. Se supone que para un examen oral debía haber dos profesores para ello, y no solo uno, pero a mi me lo tomo solo uno. Y es que eso no fue lo peor de todo. Cuando la otra profesora llegó, yo fui el segundo en entrar, como vio que nos iba mal, decidió hacérselo al resto de manera escrita, y eso me pareció muy injusto, porque las preguntas fueron facilísimas mientras a mi me preguntaron cosas del tipo de cuantos diputados obtuvo el partido peronista en las elecciones de no se qué año, que como es lógico no sabía, y dudo que lo supiera algún argentino de los que allí estaban. A pesar de hacerlo bastante mal a mi entender, no me puso mala nota, y esa es la que me subió mi asesora a la vuelta, por lo que me salió bastante bien la jugada, aunque siempre pensaré que podía haber estado mucho mejor.

Las otras me fueron muy bien, en especial la asignatura de mundo actual, sobre la guerra fría, las guerras con Israel, el conflicto con Iraq, Irán, Afganistán… me encantó. Además, tenía como un espíritu de revanchismo después de lo que me había pasado en la anterior. Lo peor de estos exámenes, que se me había olvidado decirlo, era que tenías que esperar fuera hasta ser llamado, y en este caso, fui el último. Y desde las 7. 30 que teníamos que estar allí para presentarnos todos al profesor, hasta las 2 de la tarde que entré… se hacía muy mal, porque la espera era interminable, te morías de nervios, preguntabas al anterior que lo habían preguntado, … vamos que fatal. Pero este me fue genial. El profesor quedó impresionado, aunque ya saqué la buena nota en el parcial a pesar de que no tenía validez para este momento. Me preguntó por las guerras, fui contando, incluso saqué un atlas para valerme de mapas a la hora de la explicación. Fue rodado y estuve realmente a gusto, mientras que la vez anterior el hombre además fue muy borde conmigo. Pero así estando a gusto es como si estuviera con ellos tomando un café.

En lo que se refiere a las notas me fue muy bien, aunque ya os he dicho que no es una universidad que me gustara, pero bueno. Si alguien de vosotros vais a Buenos Aires capital Federal ya sabéis como es un poco la universidad y el funcionamiento, sobre todo en el caso de que seáis de Salamanca, porque es la única universidad de Argentina con la que tienen intercambio, aunque hay en muchos otros países.


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Comentarios (1 comentarios)

  • flag- Alejandra Ordóñez hace 2 años

    Hola! Voy en el siguiente curso a la Universidad de Belgrano y hay algunas dudas que no consigo aclarar como por ejemplo en que fechas comienza las clases y cuanto dura el periodo lectivo si yo me voy solo un cuatrimestre.

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