Holiday Club Caribia
Finlandia es el país del mundo con más saunas por habitante, un dato bastante curioso que sabemos casi todos los que nos hemos relacionado o hemos estado relacionándonos con la cultura finlandesa.
Para cualquier estudiante de Erasmus, realizar una visita a una sauna finlandesa es una experiencia que hay que vivir sí o sí, sea en el momento que sea. Yo tuve varias experiencias en saunas durante mi estancia en Finlandia, y la primera de ellas fue en una especie de resort con hotel llamado Holiday Club Caribia.
Este lugar se encuentra cerca de los pisos de la residencia de la Student Village, por lo que para llegar desde cualquier otro lugar lo más lógico sería coger un autobús correspondiente desde Kauppatori.
El sitio se encuentra en mitad de una zona comercial, hay un supermercado y algunas otras tiendas que supongo que estarán ahí para ser utilizadas por los estudiantes de la Student Village y las demás personas que vivan por allí, supongo.
Mis amigos y yo nos decidimos a venir a este sitio porque nos enteramos de que hacían un muy buen descuento a todos los estudiantes que llevasen con ellos la tarjeta de estudiante de la ESN. Por lo tanto, el precio final que hay que pagar por estar un día entero en el SPA con el descuento es de 7 euros, bastante menos que lo que cuesta la visita sin ningún tipo de descuento.
Una vez dentro, nos pusieron la típica pulsera de color que nos identificaba y nos asignaron una determinada taquilla en el vestuario, donde nos separamos chicos y chicas y nos cambiamos de ropa por ropa de baño.
Antes de todo decir que es muy recomendable llevar chanclas, ya que aunque no es obligatorio viene bien para evitar resbalarse en las duchas. Para las piscinas del spa nadie lleva chanclas, pero para desplazarse por los lugares lo normal es llevarlas. Otra cosa que no es obligatorio llevar es gorro de baño, lo cual se agradece bastante en cuanto a comodidad.
Lo primero que hicimos todos juntos es probar las piscinas que hay una vez que sales de los vestuarios. Es un enorme complejo con piscinas de diferente tipo y con diferentes temperaturas. Y toboganes, muchos toboganes pensados para niños y no tan niños como nosotros. La verdad es que al final es bastante divertido pasarse el día en toboganes y piscinas. Además, también hay muchas zonas con hidromasajes, cascadas y demás cosas relajantes.
Pero no sólo hay piscinas en el interior, también hay conectada una piscina exterior con el agua climatizada, lo que aporta una sensación de contraste de temperaturas muy relajante. Incluso fuera de esta piscina exterior hay un tanque de agua helada para poder notar aún mejor este contraste. Yo no fui demasiado valiente y no conseguí meter el cuerpo entero, pero lo normal es ver a todas las personas que se están bañando por ahí hacerlo.
Pero, la verdad, yo por lo menos, una vez que estás una hora en las piscinas te acabas cansando bastante de estar tanto rato en el agua. Y es aquí donde entran en juego las saunas del SPA.
Estas saunas se encuentran en la zona de vestuarios, por lo que están segregadas por sexos, ya que para entrar en ellas es obligatorio entrar completamente desnudos, sin toalla ni bañador.
Hay dos tipos de saunas: la sauna tradicional seca y una sauna de vapor, o sea, húmeda.
A la primera que entramos los chicos fue a la sauna tradicional. Lo primero que me sorprendió nada más entrar es que dentro había una familia. Era un padre finés con su hijo de unos 7 años y un niño más pequeño aún que supongo que tendría unos 2 años como mucho. Fue un poco chocante darse cuenta de la tradición tan grande que tienen en Finlandia con la suana de esa manera, porque la verdad, en España me parecería impensable ver a un padre con su hijo prácticamente bebé metido en una sauna a más de 90 grados. Y aguantaron bastante ahí dentro metidos todos.
Nosotros, como novatos que éramos, no nos atrevíamos a echar demasiada agua a la caldera para aumentar la temperatura de la sauna, y la mantuvimos a una temperatura que más o menos era agradable para todos. Sin embargo, llegó un momento en el que entró un hombre finés que parecía todo un experto en el mundo de las saunas, porque muy decidido cogió el cubo de agua y empezó a echar agua a la caldera practicamente cada 15 segundos. Esto hizo que mi amigo y yo, en ese momento sufriésemos mucho, porque la temperatura de la sauna aumentó muchísimo en 2 minutos y se empezaba a hacer difícil hasta respirar.
A pesar de que fue bastante duro, mereció mucho la pena aguantar ahí dentro con ese hombre que parecía que no sentía nada de lo curtido que estaba en el calor de las saunas, porque después el cuerpo se te queda como si estuvieses levitando.
A parte de esta sauna, también estaba la sauna de vapor que he mencionado. Esta en comparación con la otra parecía un juego de niños, porque no se notaba practicamente en nada la temperatura. Era una habitación muy oscura y con mucho vapor que hacía que fuese imposible ver a más de dos metros de distancia.
Después de estar yendo y saliendo de las saunas y dándose los baños y las duchas correspondientes, entra mucho hambre. Pero está todo pensado, porque fuera de los vestuarios, nada más salir, hay un par de restaurantes de comida rápida. Hay un Hessburger, la cadena típica de hamburguesas de allí en Finlandia, un sitio de pizzas y un Subway creo recordar.
El precio de la comida es el normal, el que hay en cualquier restaurante de la ciudad, pero puedo grantizar que después de la sauna la comida entra muchísimo mejor.