Viviendo en la colina

Durante mis días viviendo en Turku estuve alojado en una residencia llamada Retrodorm. Se trata de un complejo formado por tres edificios. Dos de ellos, los princpipales, tinene 5 plantas en las cuales se encuentran catorce habitaciones (más o menos dependiendo del piso). El otro edificio es más pequeño, el cual esta reservado únicamente para el género femenino.

El Retrodorm, junto a la Student Village, es una de las empresas asociadas a la universidad de Turku que se encargan del alojamiento de estudiantes universitarios de intercambio que llegan cada año a la ciudad. Los cuales no son pocos, y aunque la mayoría de ellos se encuentran en la Student Village, el Retrodorm también se encarga de recoger a un buen número de ellos.

La colina del Retrodorm 

El emplazamiento para la residencia es lo mejor que tiene. Se encuentra situado en un sitio inmejorable, el cual es una colina situada en medio de un bosquecillo, por lo que la sensación de inmersión en un paraje natural finlandés se hace mayor. Y estar en un entorno de naturaleza siempre alegra, sobre todo si llegas de una ciudad grandes. Los primeros días recuerdo que es lo que más gratamente me sorprendió, porque además de tener la suerte de que hizo un sol espléndido, era tal y como me lo había imaginado para vivir durante esos meses. Aunque, como muchas cosas en la vida, todo acaba teniendo una parte negativa con el paso de los días. Y es que, el estar situado el lugar en una colina hace que tengas unas vistas maravillosas y sea un lugar de entorno tranquilo, pero hay que acordarse de que cada día habrá que bajar y después subir esa colina para llegar a tu habitación. Colina cuya pendiente es bastante pronunciada, cabe decir.

El primer día

Cuando llegué el primer día me acompañó mi tutora, la cual había recogido las llaves de mi habitación esa mañana. Me avisó de lo que me esperaba subir, pero no me imaginé que fuese a acabar tan harto de subir esa colina cada día, auqnue se le acaba cogiendo cariño. 

Las instalaciones por fuera me parecieron algo antiguas, pero no podía pedir mucho, ya que por 280 euros al mes es la opción más barata de alojamiento para estudiantes en Turku. Aun así se le veía un toqué curioso. Entrando me contó que los edificios habían sido en el pasados habitaciones de una enfermería, lo cual quieras que no acaba dando para hacer bromas de fantasmas con los amigos de tu piso.

Subimos al tercer piso, el que sería el mío, y entramos en él. Ahí estaban los que serían mis futuros amigos en la cocina hablando entre ellos de lo típico para conocerse durante los primeros días. Me enseñó lo basico del piso, lo que es la cocina, las duchas (que son comunes y hay sólo dos) y mi habitación. No hay mucho que enseñar. La habitación dispone de un armario, un escritorio pequeño y una cama que se nota que perteneción a una enfermería, ya que conserva la estructura. El baño es privado, lo cual quieras que no se agradece mucho, ya que cualquiera puede esperar 10 minutos para ducharse, pero hay cosas para las que a veces no puedes aguantar o simplemente necesitas intimidad (todos acabamos mal de la tripa alguna vez).

Después de dejar el equipaje mi tutora me acompañó a un pequeño establecimiento que hay a los pies de la colina para comprar productos básicos con los que poder aguantar al menos durante un par de días. Es un sitio mas caro de lo que son los supermercados normales, por lo que ese fue el día en el que más compré allí.

Volví a subir la colina ya yo sólo, fui a mí piso y tomé una de las decisiones más determinantes de mi estancia en Turku: elegir sitio en la nevera. A día de hoy creo que elegí el peor posible por cuestiones de espacio. Luego me senté con mis compañeros de piso a presentarme y a conocernos en lo que sería nuestra aventura en común.

Vida social

Este es otro de los aspectos por lo que más destaca Retrodorm, y es que, al estar conviviendo con 14 estudiantes de intercambio más, el intercambio cultural es brutal. Acabas conociendo las tradiciones y las palabras básicas de la mitad de los países de Europa. Incluso de países extraeuropeos, ya que llegué a compartir piso con gente de Sudáfrica, Vietnam, Korea, México... Es una verdadera pasada. 

Según mi experiencia personal, a pesar de lo complicado que puede resultar a veces vivir tantas personas en un mismo piso en cuanto a temas como las duchas, la cocina o que película ver en la tele, no hubo ningún conflicto destacable más allá del de "chicos, dejad ya la xBox que queremos ver una película" (si, teníamos una xBox en el piso).

Con el tema de las fiestas más de lo mismo. Hay 5 pisos en cada bloque, si te lo montas bien y haces amigos, cada día puedes unirte a fiestas de cualquier persona. Se supone que a partir de las 00:00h no se puede hacer ruido, pero es una norma que no se cumple demasiado (a veces llegando la gente incluso a pasarse). Hubo torneos de beer pong organizados por la gente de los bloques a los que venían incluso personas de otras residencias; muchas veces la gente organiza fiestas en sus pisos a los que igualmente invita a gente de todas partes. Un día un sofá de uno de lso pisos apareció por la mañana en el ascensor, así que se puede uno hacer a la idea de la magnitud que pueden llegar a alacanzar las fiestas en los pisos.

Facilidades y consejos útiles

El Retrodorm se encuentra aproximadamente a 20 minutos andanado del centro de Turku. Es una distancia muy corta, es posible ir andando a la universidada cada mñana sin problemas, aunque la vuelta se suele hacer bastante cuesta arriba (nunca mejor dicho). De todas formas, está bien conectado por varias líneas de autobús que por desgracia no te dejan en la puerta del bloque, obligándote a subir la colina diariamente. 

El supermercado más cercano es el K-City Market, un sitio en el que se venden productos de muy buena calidad a un precio aceptable del cual hablo en otra entrada de este blog. La otra opción es el pequeño establecimiento a los pies de la colina del primer día, pero no es recomendable, salvo emergencias, debido a su elevado precio.

Es importante tener en cuenta que la alarma de incendios es muy sensible, así que cuidado con lo que se cocina, ya que un poco de humo es suficiente para probocar que la alarma salte y que el conserje tenga que subir para ver que nadie se ha quemado vivo. No te multan ni nada. Tampoco te regañan, de hecho ni te preguntan qué ha pasado. Muy típico de allí. Como anécdota contar que yo tuve el dudoso honor de probocar la primera alarma del curso en Retrodorm.

Por lo que si te multan es cuando te dejas las llaves dentro de la habitación con el pestillo echado. Si ocurre hay que llamar a la empresa para que llegue una persona con una de repuesto a abrirte, por lo cual te cobran a final de mes. Y bastante. Va desde los 50 a los 80 euros dependiendo de la hora del día en el que ocurra tal infortunio.

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