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Un post para chicas

Como soy una chica, es normal que me gusten mucho el maquillaje y los cosméticos, pero mi novio dice que soy una exagerada con todo eso, lo cual no sé si es bueno o malo. Creo que adorar los cosméticos es tanto una afición como una necesidad, aunque en mi caso es más como una adicción. Mi piel es muy sensible y tiene muchas imperfecciones, por lo que uso maquillaje a diario, no porque lo necesite, sino porque te aporta esa seguridad extra que viene tan bien. Mi historia con el maquillaje se remonta a mis años de instituto. De pequeña, la persona a la que más admiraba era mi madre, y ella siempre se maquillaba antes de ir a trabajar. Tenía muchos productos de maquillaje y a mí me llamaban mucho la atención y quería probarlos. Pero no fue hasta mi época en el instituto cuando decidí maquillarme todos los días. Había una chica en mi clase que se maquillaba a diario, pero siempre llevaba unos colores tan llamativos y brillantes que más que en el instituto, parecía que estaba en una discoteca. También estaban estas dos chicas, Magda y Anda, que acababan de descubrir las bases de maquillaje y se ponían una tan oscura que parecía que llevaban una máscara, mientras que el cuello se les veía blanquísimo. Me acuerdo que mi profesor de inglés siempre les decía que la base era demasiado oscura para su piel.

Tampoco es que eligiera maquillarme, más bien fue una obligación. Tuve problemas de acné durante casi todos mis años de instituto y lo pasé bastante mal. Durante tres años de instituto no me maquillaba. Yo tenía un estilo bastante masculino y no me interesaban especialmente la moda o el maquillaje. Cuando estaba en el último año cambié de actitud y empecé a darle más importancia a mi aspecto, me fui volviendo más femenina con el tiempo. Comencé a usar base de maquillaje y máscara de pestañas, lo que me gustaba mucho porque me permitía ocultar las imperfecciones de mi piel. Por supuesto, también yo me ponía un tono más oscuro del que debía, porque hace casi 10 años no teníamos ni idea de cómo encontrar tu tono de base, ni de hacer contouring, ni de nada. Todas esas cosas son muy recientes, ahora es muy sencillo ver cualquier vídeo en YouTube para aprender a maquillarte. Además, tampoco había tanta información ni anuncios de maquillaje. No sabía cuál era la diferencia entre las distintas marcas, me limité a usar una base que tenía mi madre.

Pasaron los años y en la universidad me volví una de las «chicas guapas», siempre a la última y con el maquillaje perfecto. Dedicaba el tiempo a aprender más sobre productos y ropa y empecé a ver lo que quedaba bien y lo que no en mí. También comencé a invertir en productos y pronto me di cuenta de que tenía mucho entre lo que elegir. De hecho gran parte de mi dinero desde entonces lo he destinado a comprar maquillaje. Para mí la moda es algo crucial, casi todo mi dinero del Erasmus lo gasté en ropa y maquillaje y el resto en viajar. Sí, estoy obsesionada con comprar cosas incluso si apenas las uso. Siempre estoy leyendo reseñas de productos, buscando novedades y yendo a la tienda Gratis.

En Rumanía tengo mi sitio favorito para comprar maquillaje, pero como ahora voy a pasar más de un año en Turquía, tengo Gratis. Encontré la tienda por casualidad. Nunca había oído hablar de ella porque no es internacional, solo está en Turquía. Cuando llegué a Trebisonda el pasado julio, una de mis primeras excursiones fue, por supuesto, al centro comercial, el Varlibas, cerca de mi casa aquí. Estaba mirando qué tiendas había cuando vi una que solo vendía maquillaje y cosméticos y pensé «esto tengo que verlo». Una vez dentro me quedé prendad de la variedad de marcas y productos que había. Marcas como Maybelline, L'Oreal, Rimmel London, Dirty Works, etc., y cosméticos como Himalaya, Neutrogena, Garnier... Bueno, de todo, que tampoco voy a escribir todos los nombres. En la tienda de mi país es complicado encontrar tanta variedad, quizás por eso Gratis es mi tienda de maquillaje favorita aquí en Turquía.

Tienen rivales, otra tienda muy parecida que se llama Watson, pero a mí me gusta más Gratis. Cada vez que voy a comprar algo, por ejemplo, imaginad que solo necesito discos de algodón, pues acabo gastándome 100 TL (35 euros). Voy demasiado. De hecho, fui ayer a por unas cuantas cosas que necesitaba tras limpiar la casa, así que hice algunas fotos para que las vierais vosotros. Quiero decir, vosotras. Si alguna vez venís a Turquía no vayáis a Sephora o a tiendas que podéis encontrar en cualquier parte, id a Gratis y os prometo que no os arrepentiréis.