En tierra de Araucarias, Chile.

Mi intercambio en Chile duró nada más y nada menos que 6 meses, desde febrero hasta julio, tiempo NO suficiente para poder conocer un país tan largo(¡¡¡4300 kilómetros!!!).

En concreto viví en Temuco, una ciudad reciente, en una región que se llama La Araucanía (debido a la gran cantidad de araucarias milenarias en esa zona, vamos, una zona verde nativa). Además es una población en la que los mapuches luchan por sus derechos, indígenas que han sido desplazados cuando los colonos españoles llegaron para quitarle las tierras. Hoy en día se reivindican pidiendo de nuevo lo que era suyo, simplemente sus tierras y orgullo. 

Llegué en pleno verano y el tiempo acompañaba para poder ir a las playas abiertas al océano Pacífico, y pero me sorprendí de lo HELADA que estaba; así que mis planes se tornaron a visitar montañas, lagos y senderos perdidos entre tanta naturaleza.

Entrado el invierno, (junio y julio) en esta preciosa Región no paraba de llover, algo que en cierto aspecto incomodaba un poco ya que daban ganas de estar en casa al lado de la chimenea y comer empanadillas de pino (carne, con aceitunas y huevos, RIQUÍSIMAS).

Algo que también recordaré, y créanme que merece la pena, son las cervezas. Debido a tradiciones alemanas que llegaron hace siglos al país y a la calidad del agua, las cervezas son casi tan buenas como el famoso vino chileno. 

Al final de mi intercambio, pude visitar el norte de Chile, y es sorprendente la diferencia tan drástica de un lugar tan húmedo a un desierto donde la probabilidad de vida es prácticamente cero. El desierto de Atacama, el más seco y árido del mundo, con una variedad de atracciones como el desierto de la Sal( donde anteriormente habia minas de las que se extraía sal); géiseres expulsando vapor de agua debido al calor de la tierra; una cordillera de volcanes que casi la vista no alcanzaba; y lo mejor de todo, ver un manto de estrellas jamás visto en otro lugar, llegando a diferenciar con claridad la Vía Láctea. 

Fue un viaje espectacular, y como dije anteriormente... muy corto. Pocos meses para poder haber conocido todo el pais, desde la frontera con Perú hasta Tierra de Fuego. Me fui con un buen sabor de boca, con la música de cumbia y rock en mis oídos, personas en el alma  y mil experiencias guardadas en la mochila.