Pyynikki

Pyynikki es un paraje muy especial situado en Tampere (ciudad de Finlandia). Se puede acceder con un bus que vaya del centro de Tampere a Pyynikki, con taxi o caminando. Si decides ir a pie desde el centro de la ciudad, llegarás a la reserva en 20 minutos o media hora como mucho. En invierno debes tener cuidado cuando vayas caminando porque hay días que hace viento y las carreteras están heladas.

Cuando llegues a Pyynikki, tienes que desviarte de la carretera principal y coger un sendero para adentrarte en el bosque y, desde ahí, subir la colina. La naturaleza es muy bonita y la conforman, sobre todo, frondosos y verdes pinos, así como animalitos, como esquiroles y pajarillos. Es habitual toparse con finlandeses que van paseando con su perro o hacen 'footing' por la zona. Para llegar a la cima de la montaña hay que subir unas escaleras, lo cual resulta una ardua tarea. De hecho, los fineses bromean al respecto diciendo que "la Selección de hockey sobre hielo de Finlandia entrena todos los días subiendo estas escaleras".

Una vez alcanzada la cima, verás la famosa atalaya de Pyynikki, que es una sencilla torre de vigilancia hecha de piedra. Esta fortificación tiene una larga historia, ya que es la sucesora de una torre de madera del siglo XIX, que también se usaba para vigilar. A principios del siglo XX, la atalaya se restauró y adquirió la apariencia que tiene en la actualidad.

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En la entrada de la torre hay una cafetería que está abierta todo el día, los siete días de la semana. El local es bastante pequeño y a veces se forman larguísimas colas, por eso es mejor ir a una hora razonable para no tener que esperar mucho. En la torre hay un ascensor, desde el cual puedes subir a la parte superior. Se ofrecen descuentos a los estudiantes para subir al ascensor.

La torre de Pyynikki está regentada por la misma familia desde hace 20 años o más. Es famosa por sus especiales donuts, que en finlandés se denominan 'munkkis' y se les conoce por ser "los mejores donuts de Finlandia". La gente suele acompañar los 'munkkis' con café o té. En la cafetería también hacen 'munkkis' personalizados para clientes que siguen un régimen especial, como una dieta sin lactosa o gluten. Por lo tanto, puedes pedírselos sin problemas.

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También puedes comprar café molido, ya que los dueños utilizan una peculiar mezcla que es muy poco habitual. En verano puedes disfrutar de unos deliciosos helados en la terraza del bar. En el centro de Tampere, cerca de la estación de autobuses, hay una tienda donde venden 'munkkis' por un módico precio. De todos modos, gozar de estas delicias en la atalaya de Pyynikki no tiene parangón.

En lo alto de la torre hay una pequeña zona desde la cual puedes contemplar los alrededores y si no hay niebla, una gran parte de Tampere. Las vistas son espectaculares. Te recomiendo que vayas tanto en verano como en invierno para vivir este dualismo finlandés en todo su esplendor. En verano, los lagos son de un azul cristalino, que combina a la perfección con el verde de los bosques que los rodean. En invierno, cuando nieva, los lagos están congelados y los imponentes pinos están coronados por elegantes copos de nieve.

Tras visitar la torre, puedes ir a pasear por las inmediaciones. Por ejemplo, puedes ir por uno de los senderos y vagar por el bosque, o bien bajar la montaña hasta llegar al lago y descansar en la orilla. También puedes ir a alguna de las hermosas playas que están cerca del lago, aunque es mejor nadar en verano. Incluso puedes montar una barbacoa o un pícnic. Además, puedes asistir a las obras que de vez en cuando representan en un teatro al aire libre.

En ocasiones es posible alquilar una barca en el Ayuntamiento de Tampere y dar un paseo por el lago. De todos modos, es mejor preguntarlo primero a las autoridades locales para saber si es legal.