Tere, Tallinn!

 En primer lugar, recomiendo que no hagan demasiado caso a algunas experiencias  anteriores sobre Tallinn, pues es tal la negatividad que desprenden que el aspecto objetivo de dichos comentarios queda un poco en duda.

 Tallinn es una ciudad de un tamaño perfecto, ni demasiado grande ni demasiado pequeña. Ofrece ventajas como el transporte público gratuito para residentes y una situación geográfica privilegiada en el mar Báltico, a apenas dos horas en ferry de Helsinki y a medio camino entre Estocolmo y San Petersburgo. Queda Igualmente cerca de las otras capitales bálticas, con las que está conectada con autobuses de diferentes compañías (Luxexpress, Ecolines, etc). 

 Una de las maravillas de Tallinn es su belleza arquitectónica. Y no solo en la Ciudad Antigua, como se indica en opiniones previas.  No todo se limita a "edificios soviéticos que se caen". Posee otras zonas de interés arquitectónico,  tales como Kalamaja, Kadriorg, Telliskivi o Rocca al Mare, donde se encuentra el Vabaõhumuuseum (Museo al aire libre). 

 Por "increíble" que parezca, Tallinn no es una ciudad insegura. Para nada. De hecho, diría que es bastante segura como para volver a casa andando en medio de la noche. Todo  depende de la zona. Hay zonas más inseguras, como Kopli. Pero en general, es una ciudad donde se puede vivir tranquilamente. No te sentirás acosada/o. Lo único que hay que evitar es estar cerca de los sintecho. Aunque no hay tantos como otros indican, es mejor evitarlos.

 En cuanto al clima... Sí, no es el mejor del mundo. Hace frío y hay pocas horas de sol en invierno. Pero todo es recompensado cuando observas la estampa de los techos de la ciudad nevados o de los atardeceres a las 12 de la noche en junio. Por cierto, nunca he visto unos atardeceres tan bonitos como en Tallinn. 

 En resumidas cuentas, recomiendo completamente Tallinn como destino, tanto por la  belleza natural como la arquitectónica y cultural.

Como dirían los estonios: "Ilus on maa".