Split
Hola chicos, lo prometido es deuda, voy a hablaros de Split. Spalato (en italiano) es la segunda ciudad más grande de Croacia y un lugar fabuloso para ver cómo se vive realmente en Dalmacia. Ajena al turismo masivo y siempre animada, esta ciudad equilibra perfectamente tradición y modernidad. Os encontraréis con el Palacio de Diocleciano (Patrimonio Mundial por la Unesco y uno de los monumentos romanos más impresionantes del mundo) y veréis docenas de bares, restaurantes y tiendas hasta la bandera entre las antiguas y evocadoras murallas donde la vida de Split viene desarrollándose desde hace miles de años.
El extraordinario marco de Split y la exuberante naturaleza lo convierten en una de las ciudades más exquisitas del mundo y no exagero. Las espectaculares montañas costeras constituyen el telón de fondo perfecto a las aguas turquesas del Adriático, que veréis mejor desde cualquier ferry que entre o salga de la ciudad.
Principalmente se suele considerar a Split como un centro de transporte marítimo a las concurridas islas vecinas (y de hecho, lo es), pero la ciudad ha mejorado mucho, se ha renovado el antiguo Riva (paseo litoral) y se han sustituido los viejos bloques de hormigón del paseo por nuevas y lustrosas planchas de mármol. Aunque dicha transformación no haya gustado a todo el mundo, el nuevo Riva es una preciosidad. La creciente demanda turística ha obligado al ayuntamiento de Split a plantearse la ampliación de la red de transporte metropolitano, y se habla de que en un futuro próximo la estación de autobuses, actualmente en un lugar muy práctico, tal vez se traslade a las afueras para poder ampliar el puerto y construir hoteles de lujo.
Split se hizo famosa cuando el emperador romano Diocleciano (245-313), célebre por perseguir a los primeros cristianos, se hizo construir su palacio para retirarse entre los años 295 y 305. Tras su fallecimiento, los gobernantes romanos siguieron utilizando el magnífico palacio de piedra como lugar de descanso. Imaginaros si tiene siglos de poderío.
Las terminales de los autobuses, trenes y ferries se hallan todas en el lado oriental del puerto, a un corto paseo del casco antiguo. Obala Hrvatskog Narodnog Preporoda -o Riva (paseo litoral)- es el mejor punto de referencia del centro de Split. Casi todos los grandes hoteles y los mejores restaurantes, locales nocturnos y playas se hallan al este del puerto, por las bahías de Bacvice, Firule, Zenta y Trstenik. La boscosa montaña de Marjan domina la punta occidental de la ciudad y tiene muchas playas a sus pies.
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Venga Ale, pero hablanos ya, dinos, si lo estás deseando pilluelo. ¿Cómo es el palacio Dioclesiano? ¿Qué te parecio? ¿Dónde está?
Pues está de cara al puerto, este palacio es una de las ruinas romanas más deslumbrantes que existen y el lugar donde dedicaréis la mayor parte del tiempo, agghhh (Homer Simpson face). Sin ser exactamente ni un palacio ni un museo, este conjunto arquitectónico es el corazón latiente de la ciudad, y sus laberínticas calles están llenas de gente, bares, tiendas y restaurantes. Entre las callejas descubriréis pasajes y patios, algunos desiertos e inquietantes, y otros vibrando con la música de los bares y los cafés, mientras los vecinos tienden la colada sin tapujos, los niños juegan a fútbol entre los muros históricos y las abuelitas curiosean por las ventanas. Es un lugar entrañable.
Aunque la estructura original se modificó en la Edad Media, las reformas le han añadido encanto. El palacio se construyó en reluciente piedra blanca, extraída en la isla de Braí, y tardaron 10 años en concluirlo. Diocleciano no reparó en gastos, e hizo importar mármol de Italia y Grecia, y columnas y esfinges de Egipto. Se trata de una fortaleza militar, una residencia imperial y una ciudad amurallada.
Cada muro tiene una puerta que lleva el nombre de un metal: al norte está la puerta de Oro, al sur la de Bronce, al este la de Plata y al oeste la de Hierro. Desde la puerta oriental a la occidental hay una calle recta (Kresimirova; o Decumanus), que separa la residencia imperial en el lado meridional, con sus salones de gala y templos, del lado septentrional, en su día destinado a los soldados y criados. La puerta de Bronce, en el muro meridional, conduce de la casa cuartel al mar. La puerta de Bronce y la de Oro tienen delante emblemas de la ciudad: esculturas de Meštrović del literato erudito Marko Marulic y del obispo medieval Grgur Ninski.
Dentro de los límites del palacio hay 220 edificios en los que residen unos tres mil vecinos y además albergan tiendas, cafés y restaurantes. Al principio y al final de la calle hay pequeños rótulos con lo que se puede encontrar: bares, cafés, restaurantes, tiendas y museos. Dicha señalización facilita la movilidad por el recinto, aunque lo mejor es perderse por el palacio ya que es lo suficiente pequeño para encontrar la salida sin dificultad. En cualquier caso os recomiendo entrar al palacio y olvidarse de los nombres de las calles.
Para pasar un buen rato, basta con unirse a los lugareños en la playa para jugar al deporte dálmata por antonomasia, el picigin. Las reglas son sencillas: estar de pie en la playa con el agua hasta las rodillas o cintura y "batear" con la palma de la mano y lo más rápido posible una pelota pequeña (similar a una de squash) a otros jugadores. La pelota no puede caer ni tocar el agua. Y es fundamental lanzarse al agua las veces que sean necesarias. Echarle huevos y ganarles en su terrero es un auténtico gustazo. Hay un partido especial en Nochevieja para quien tenga el mayor valor planetario.
No todo es el palacio, Split también tiene un museo de arqueología que queda al norte del centro urbano, este museo bien merece el paseo. Se centra en la época romana y los primeros cristianos, con exposiciones dedicadas a las esculturas funerarias y a las excavaciones de Salona. Reúne interesantes relieves de figuras mitológicas ilirias, joyas, cerámicas y monedas.
¿Y que más se puede hacer en Split? Pues la playa más popular es Bačvice (galardonada con Bandera Azul) y está bien para nadar y disfrutar de un ambiente animado, y donde se verá a mucha gente jugando al picigin. Hay duchas y vestuarios en ambas puntas de la playa. En las noches de verano, Bačvice tiene un bar muy popular y se convierte en una zona de ocio nocturno. Otra posibilidad es seguir hacia el oeste, pasada la galería Mestrovič, hasta la más tranquila cala de Kasjuni.
Desde la galería Mestrovič es posible subir hasta lo alto de la montaña de Marjan. Hay que tomar Tonca Petrasova Marovica por el lado occidental de la galería y subir las escaleras hasta Put Meja. Una vez allí, se debe girar a la izquierda y seguir a pie hacia el oeste hasta Put Meja. El sendero parte desde el lado occidental de este edificio. Otra opción sería empezar la excursión más cerca del centro, desde la escalera que está a menos de 100 m al oeste del Buffet Fife, en Dražanac. La montaña de Marjan cuenta con senderos que atraviesan el bosque, miradores y antiguas capillas.
Os voy a proponer un juego para los motivados senderistas, os recomiendo un itinerario o camino que comenzaría desde el Palacio Diocleciano y os servirá para ver todo lo clave. Hay que empezar el recorrido desde delante del palacio, frente a la imponente estatua de Gregorio de Nin, el obispo de Croacia que luchó por el derecho de utilizar el croata antiguo en los servicios eclesiásticos. Esculpida por Ivan Meštrović, es una de las imágenes emblemáticas de Split. Observar que el dedo gordo de su pie izquierdo reluce más que el resto: cuenta la leyenda que quien frote el dedo volverá algún día a Split. Quien recuerde lo del dedo de la buena suerte, sabrá que sí, que los croatas son mucho de frotar dedos.
Al oeste de la estatua se erige la torre del vértice del palacio, muy bien conservada. Entre la estatua y la torre se hallan los restos de la iglesia prerrománica de San Benedicto, con la capilla de Arnir, que lo podéis considerar el siguiente punto de la ruta. Desde el cristal protector se ve un fragmento del altar y el sarcófago del mismo esculpido por el maestro del Renacimiento temprano, Juraj Dalmatinac.
La estatua se halla justo delante de la puerta de Oro (check point gente), antaño origen de la carretera que iba a Solin. A partir de los fragmentos que se conservan, uno podrá imaginar las estatuas, columnas y arcos que en su día decoraban la puerta. Se puede girar a la izquierda en Papaliceva y en el n° 5 se encuentra el palacio papal (check point), con un patio, una logia y una escalera exterior. Construido por Dalmatinac para uno de los numerosos nobles que vivieron en el palacio en la Edad Media, está considerado una bella muestra de estilo gótico tardío; la ornamentada puerta de entrada revela el rango de sus primeros moradores.
El exterior del palacio conserva mejor su aspecto original que el interior, que ha sido totalmente reformado para acoger el Museo de la Ciudad. Las explicaciones están en croata. El museo consta de tres pisos, con dibujos, blasones heráldicos, armas, ect.
De vuelta a Dioklecijanova, si giráis a la izquierda veréis el peristilo, el ceremonioso atrio de entrada a las estancias imperiales, y está tres escalones por debajo del nivel de las calles circundantes. El lado más largo se encuentra alineado con seis columnas de granito, unidas por arcos y decoradas con un friso de piedra. El lado sur del peristilo está cercado por el Protiron (check point), la entrada a las estancias imperiales. En la plaza uno puede sentarse en las históricas piedras y ver a la gente pasar; además este popular lugar de encuentro tiene un café al aire libre.
Hay que girar a la derecha (oeste) y entrar en la calle estrecha de Kraj Sveti Ivana que conduce a lo que solía ser la zona de ceremonias y culto del palacio. Aunque los dos templos que en su día flanqueaban las calles hace mucho tiempo que desaparecieron, veréis fragmentos de columnas y piedras dispersas. Al final de la calle se halla el templo de Júpiter (check point), más tarde convertido en baptisterio. Antaño el templo contaba con un pórtico sostenido por columnas. La esfinge decapitada de granito negro que custodia la entrada fue importada de Egipto cuando se estaba construyendo el templo.
De vuelta al peristilo, se deben subir las escaleras orientales hasta la catedral de San Dominius (check point) originariamente construida como el mausoleo de Diocleciano. La forma octogonal original, rodeada por 24 columnas, ha sido conservada casi totalmente. El interior abovedado está cercado por dos filas de columnas corintias y un friso que muestra al emperador Diocleciano y a su esposa, Prisca.
Si se cruza el altar y se siguen los rótulos se llegará al sagrario, que atesora relicarios, iconos, trajes eclesiásticos, manuscritos iluminados y documentos en alfabeto glagolítico. En el mismo edificio, el románico campanario se construyó hace varios siglos y se reconstruyó en 1908, tras su desplome. Hay que fijarse en los dos leones que reposan junto a la entrada del campanario y en la esfinge egipcia de granito negro que hay en la pared de la derecha. Al sur del mausoleo se hallan los restos de los baños romanos, un edificio romano con un mosaico y los vestigios de un comedor imperial en diferentes fases de conservación.
Justo a la izquierda de la catedral, unos enormes escalones que bajan y atraviesan la siguiente sala hasta entrar en el vestibulo (check point), la parte mejor conservada de la residencia imperial. La planta baja está coronada por una cúpula revestida de mosaico y mármol, pero el centro de la cúpula ha desaparecido. Actualmente los sótanos están ocupados por tenderete que venden recuerdos y artesanías. A la izquierda se halla la entrada a las vacías salas del sotano. Y con ello llegamos al fin del circuito al salir por la puerta sur. Agotado me he quedado.
Voy a descansar un poco los dedos, gente. Un abrazo.
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Comentarios (2 comentarios)
Jose Antonio Traves Candón hace 10 años
La única ciudad que me sonaba tras la capital; ahora voy entendiendo porqué
l k hace 10 años
Es una de las más importantes de Croacia, sin duda.