Sofia: la ciudad de los contrastes

Sofia es una ciudad pequeña en plena transición entre una infraestructura post-socialista y una mentalidad pro-europea. Es una ciudad de contrastes, donde el frío del duro invierno, la pobreza palpable en cada una de sus agujereadas calles y su vida joven y nocturna hacen de esta ciudad un lugar muy especial.

No solo hay que destacar que Bulgaria es un destino muy económico para los españoles, donde la tasa mensual para la residencia cuesta 40€, o donde un menú del día en un restaurante céntrico unos 5€. Bulgaria es mucho más que precios económicos y chicas guapas con tiernos pómulos y chicos fuertes y atractivos. Bulgaria es una explosión de naturaleza, estés donde estés habrá alguna sombra de un árbol que te arrope. Además, es también un mundo idóneo para los amantes de los productos lácteos, donde los amantes de la carne y los vegetarianos podrán disfrutar de sus platos típicos ya que la gastronomía búlgara es la más variada que he visto hasta ahora.

Bulgaria también es miseria, pensiones muy bajas, sueldos miserables, y conocer esta realidad también es importante, pues nos ayuda a entender la realidad social del país. Sin embargo, no dejamos de estar en una capital europea, con impuestos bajos que atraen a grandes multinacionales y donde puedes encontrar un trabajo con español en uno de los miles de call-centers y vivir más que holgadamente. Bulgaria es un país que empieza a despegar sin dejar atrás toda la huella de su pasado. La nueva Sofía nace de escombros y grietas, se europeiza, avanza, y se convierte en un espacio multicultural, donde no solo tendrás la oportunidad de asistir a eventos culturales e intercambios de idiomas, sino también al cine, ya que todas las peliculas son en versión original. No será raro oír por su céntrica calle Vitosha o por su barrio de Sredets español, y por supuesto, inglés.

El búlgaro es una lengua dura pero tan bella, que no te impidirá lo más mínimo intentar aprender por lo menos el alfabeto. Aunque en realidad, esto es lo mínimo que deberás hacer, ya que, ¡los letreros suelen estar en búlgaro, es decir, en caracteres cirílicos!

El transporte de Sofía no funciona especialmente mal, y es muy económico. Por 12€ al mes podrás disfrutar de la tarjeta de estudiante que te permitirá usar el metro, autobuses y su desarrollado sistema de tranvías. Con el tranvía puedes llegar a los barrios más lejanos y pobres, pero también, si coges el 10 desde la plaza Slaveikov (donde se venden libros de todo tipo, incluso en español) еn dirección a Hladílnika, puedes acabar pasando por mitad de un parque que más que un parque se asemeja a un bosque por su densidad.

Sin ninguna duda, la naturaleza palpable, la cantidad de árboles y de parques inmensos, su mezcla de ciudad cosmopolita en construcción de una nueva identidad, su pasado tan palpable, sus infraestructuras, y sus atractivos precios, no van a defraudarte. Hace frío, eso sí, pero solo son dos meses. ¡Todo pasa! Y al fin al cabo, ver una ciudad tan peculiar cubierta de una capa blanca es sin duda una de las mejores vistas que vayas a tener. Sus enormes parques cubiertos, su Catedral Aleksander Nevski con las cúpulas blanquecinas, los copos de nieve a través de la ventana... Una experiencia indescriptible.

No lo dudes dos veces, ven a Sofía, aprende un poco de búlgaro, o mucho, como yo, prueba una buena shopska salata, un mish-mash... Acabarás el año echándole sirene a cada cosa que cocines. Abrígate mucho, sorpréndete de que tanta gente hable español, comprende una mentalidad distinta y un país con tantos problemas sociales. Créeme, acabarás apreciando muchísimo más lo bueno que tenemos en España, y acabarás echando muchísimo de menos la gastronomía, los precios... Incluso el robusto carácter. También acabarás añorando "el sí" de los búlgaros, ya que dicen "da" (sí), mientras te niegan con la cabeza...

Acabarás leyendo algo de Hristo Bótev, por qué no, también tendrás la oportunidad de viajar por los balcanes en autobús a precios muy buenos, e incluso podrás ir a Grecia a la playa. Pero no hace falta salirse mucho, pues Bulgaria, con su atractivo y con su miseria palpante, te absorverá toda tu atención y encanto.

Saludos de una tortuga perdida en Bulgaria