Porto Covo
Porto Covo pertence al distrito de Sines, en el Alentejo de Portugal.
Es un bonito lugar para ir tanto en pareja, com en familia o con amigos, pero no os olvideis del GPS porque es completamente imposible llegar sin él. No hay ni una placa que indique su nombre hasta que estás justo en la entrada de la ciudad.
El camino no es demasiado bueno, tiene zonas con carreteras malas llenas de curvas y mal asfaltadas donde debes ir a 30 km/ hora, pero si tienes la suerte de no ser quien conduce, al contrario que yo, es un bonito camino para ir observando el paisaje.
A mi la verdad que se me hizo un poco largo. Fui con mi novio el verano pasado para celebrar nuestro segundo aniversario. Como no teníamos mucho dinero y estábamos en Albufeira, en el Algarbe de Portugal, buscamos un sitio bonito y no muy lejos donde pudiésemos quedarnos unos díias sin gastar mucho dinero en gasolina ni en alojamiento.
Así que mis tios nos recomendaron Porto Covo, donde ya habían estado hacía un tiempo con sus dos niños pequeñitos.
Nos informamos sobre los alojamientos antes de salir de casa y vimos que lo más común es quedarse en el camping; Aunque hay dos campings, el más conocido es el que está junto a la calle principal.
El pueblo en sí no es muy grande, es básicamente una calle principal que llega a una placita, donde están los puestecillos y los restaurantes, y siguiendo de frente llegamos a una playa. Ahora eso sí, tiene una variedad de playas preciosas, y muy diferentes a lo que yo estaba acostumbrada en el Algarve.
Hicimos una reserva del camping por teléfono unos días antes y nos dijeron que no era necesario, que simplemente debíamos llegar antes de las 12, porque al ser la hora de salida es cuando se quedan huecos libres. Todo esto, claro, porque nosotros íbamos con tienda de campaña en plan mismo de camping. Pero también hay unas casitas para alquilar dentro del camping monísimas a buen precio, pero como ya os he dicho, nosotros íbamos en plan ahorro, así que a dormir en el suelo jeje.
Contando que llevábamos GPS y que salimos a buena hora, tardamos más de lo que esperábamos y mi novio sólo quería que yo corriera más con el coche para llegar antes de las doce, pero el camino era malo y cada vez que empezaba a correr un poco el coche me daba un bote en un bache o en un hoyo en el suelo, así que seguimos yendo a mi ritmo.
Llegamos a la entrada del pueblo justo a las 12 y poco, el camping se encuentra fácilmente, así que entramos y fuimos a preguntar cómo funcionaba el tema.
Nos dieron una plaquita para colgar en la tienda con nuestro número y una especie de carnet de identificación que debíamos enseñar cada vez que entrásemos.
Volvimos al coche a por nuestras cosas y nos dispusimos a montar la tienda, metimos dentro nuestras colchonetas, abrimos nuestros sacos de dormir y lo dejamos todo organizado antes de ir a buscar un lugar para comer.
Nos llevamos la cámara de fotos, que por cierto era chulísima, ya que me la había prestado mi tio y él es fotógrafo.
Yo quería comparar precios de los diferentes restaurantes, ya que no tenía mucha hambre y quería ahorrar, pero mi novio se moría de hambre, así que nos sentamso en el primer restaurante que vimos con buena cara. Fue un poco caro, aunque lo normal para este tipo de pueblo tan turístico, si no recuerdo mal pagamos unos 13 euros por persona, aunque comimos bastante bien y el plato era muy grande. Estaba bien en referencia calidad-precio, pero como os digo es que no llevábamos mucho dinero.
Después de comer, ya contentos con el estómago lleno yo quería pasear y ver playas, pero mi novio tenía mucho sueño, ya que él trabaja de noche y no había dormido casi nada, además el pobre llevaba 14 días trabajando seguidos para poder tener un par de días de vacaciones e irnos juntos de viaje.
Así que volvimos al camping y dormimos una siestecita. Seguía siendo temprano, ya que habíamos comido sobre la una, así que teníamso toda la tarde para ver playas como yo quería.
Nos llevamso la cámara y nos dedicamos a ver playa tras playa, pero desde arriba de los acantilados, no llegamos a bajar hasta el día siguiente por la mañana.
Hacía mucho aire y acabe con un dolor de oidos horrible, pero aun así fue una tarde bonita.
Ya nos había dado tiempo a pasear por las calles del pueblo y ver todos los barcitos, así que esta vez para cenar elegimos una pizería con una pinta y variedad increible, donde además nos regalaron el cortapizas. Nos la llevamos al camping para comérnosla dentro de la tienda calentitos, porque a diferencia del Algarve, el Alentejo es un lugar bastante fresquito en las noches de verano.
Al día siguiente nos levantamos bastante temprano porque con la luz y los pájaros cantanto era díficil dormir más.
Fuimos a comprar fiambre, pan, unas patatitas y unas bebidas para hacer bocadillos y comer en la playa.
Habíamso visto ya varias playas el día anterior que nos gustaban, pero ese día encontramso una donde sólo había una persona y parecía difícil llegar. Después de varias vueltas alrededor de la playa desde los acantilados decidimos preguntarle al hombre que estaba en ella cómo había bajado porque no conseguíamso llegar. El señor, muy amable nos explicó el camino, que sí que era díficl sí. Había que escalar una pared de piedras y después bajar por una zona de piedras empianadas, y yo no soy muy buena en esas cosas, menos mal que mi novio estaba allí para cargar con todos los bultos y así yo podía dedicarme a agarrarme bién para no caerme jajaja.
Conseguimos bajar y la playa era maravillosa, una de las más bonitas que he visto nunca, y por su dificultad para llegar, prácticamente desierta.
Pasamso el día muy tranquilos, sólo llegó una familia más. Esto hace que sea un lugar también propenso al topless, incluso hay alguna playas nudista.
Volvimos al camping cuando empezó a hacer fresco para tomar una ducha antes de que fuese de noche, que no estábamos muy seguros de cómo eran los baños del camping. Pero la verdad que estaban muy bien, separado en hombres y mujeres, claro, pero con agua caliente incluida, al contrario que muchos campings, también tenía muchos lavabos con espejos y enchues para el secador, plancha y demás, muchos báters sólos con su puerta y también báters con lavabo dentro en otro lado, no había muchas duchas y yo en el de chicas tuve que esperar cola varias veces, pero la gente suele ser rápida y no hay que esperar demasiado. Normalmente la gente se viste dentro de la misma ducha, pero también las hay que se visten allí en medio sin vergüenza ninguna jajaja.
Lo que si tienes que llevarte de casa es el rollo de papel higiénico claro, y un cuchillito siempre vienen bien en un camping, también unas pinzas para tender tu ropita que siempre hay alguna cuerda por allí.
Una vez duchados salimos a pasear que todavía era temprano. Ya habíamos visto por la mañana unas minibarbacosa graciosísimas, muy apañadas para el camping. Lo bueno de este pueblo es que está muy preparado para las necesidades que te pueden surgir estando alojados en el campig, como tiendas de chinos con linterna, con pilas, con sacos de dormir, colchonetas...y en este caso estas minibarbacoas las había en muchas tiendas, con bolsas pequeñitas de carbón.
Decidimos comprar la barbacoa con la rejilla esta que se pone encima, todo por unos 5 euros o así me parece, pero no compramos carbón porque habíamos visto una bolsa con restos dentro del camping en la zona grande de barbacos.
Pasamos por una carnicería abierta y compramos algunas cositas para la cena, que nos salió mucho más barato que si hubiésemos cenado en la calle.
Volvimos al camping y cenamos estupendamente en nuestra minibarbacoa, aunque nos faltaba un lugar donde poder apoyar la rejilla para que no se quemase demasiado la carne, pero salió todo muy rico.
Al tercer día ya teníamos que irnos porque mi novio trabajaba esa noche, la idea era pasar un ratito en la playa y volver temprano a Albufeira para que el descansara antes de ir a trabajar. Pero tuvimos mala suerte y esa mañana amaneció con un tiempo horrible, mucho frío (para ser verano, claro), y casi llovía, así que nos quedamos en la tienda de campaña hasta casi las doce, que nos pusimos a recoger, porque si abandonas el camping un minuto después de las doce te cobran un día más. No es que lo hana con mala leche, sino que no se paga nada hasta que te vas, así que si no sales antes de las doce, consideran que te vas a quedar un día más y ya lo suman a la cuenta.
Así que lo recogimos todo, pasamos por la recepción para dejar los carnés y lo metimos todo en el coche.
Como no hacía día de playa, fuimos a dar una vuelta con el coche para ver desde arriba de los acantilados las playas que no habíamos visto, como la nudista, donde sólo había tios viejos denusdos jajaja.
Y al fondo, pudimos ver también la isla de Pesegueiro, que se puede visitar en barquito.
Después de esto, volvimos a casita.
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