La Feria de Abril, la fiesta que ilumina Sevilla

Para los que no lo sepan, una feria es una fiesta taurina durante la cual tienen lugar numerosos espectáculos de tauromaquia. Entre ellos encontraréis las carreras de recortadores y las corridas landesas así como las polémicas corridas de toros. Especialmente practicadas en España y Portugal, pero también al sur de Francia y en América Latina, estas corridas de toros van acompañadas de múltiples festejos. Así que, poco importa si estamos a favor o en contra de estas prácticas porque, ¡la feria es mucho más que eso!

Cada año tiene lugar en Sevilla una de las ferias más conocidas de España: la famosa «Feria de Abril». Lo que antes era una simple feria de ganado, hoy es una cita indispensable para los sevillanos. Eso sí, estas fiestas pueden convertirse en un "infierno" para los turistas que no las conozcan bien... Así que aquí os dejo algunas cosas que hay que saber antes de precipitarse en Andalucía durante la legendaria feria.

En primer lugar, durante la semana de feria los precios de los alojamientos se disparan. Todo el mundo busca una habitación de hotel o alquilar un apartamento durante este periodo. De esta forma, la demanda es muy alta y todo se vuelve más caro. En consecuencia, visitar Sevilla en esta época del año no es la elección más económica.

Durante la feria también seréis testigos de un aumento espectacular del número de turistas. Si buscáis tranquilidad para descansar lejos del alboroto, ¡no lo conseguiréis! La ciudad está en total ebullición tanto de día como de noche. Por esa razón, los sitios turísticos están más concurridos y las colas son más largas. Tendréis que armaros de paciencia.

Después, hay que saber que la feria no sería nada sin su legendario «campo de feria», llamado «Real de la Feria». La ciudad entera va allí cada noche durante esa semana. Se trata de un inmenso espacio de 90 hectáreas montado cada año especialmente para la ocasión. Allí encontraréis mas de 1000 «casetas», esas gigantescas tiendas de tela alquiladas por familias ricas o empresas para mostrar el alcance de su poder. En esos puestos, los invitados degustan platos tradicionales, beben vino regional y bailan sevillanas hasta el final de la noche. No obstante, esas casetas son privadas y están vigiladas: para un turista es imposible entrar, a no ser que te inviten. Debido a esta organización, muchos piensan que esta fiesta está, ante todo, reservada para la gente de allí y que descuida muchísimo a los extranjeros.

Sin embargo, existen casetas públicas que pertenecen al ayuntamiento pero que se llenan a una velocidad desmedida. Hay que llegar de los primeros si quieres tener la suerte de entrar.

Por último, deberíais saber que si no os convence el ambiente del Campo os resultará difícil encontrar otra cosa. De hecho, toda la ciudad va allí, incluidos los propietarios de bares y restaurantes que cierran todos sus puertas. Así que para salir de fiesta tendréis que conformaros con el famoso Real.

A pesar de estas imperfecciones, la Feria de Abril es un acontecimiento imprescindible. Venid a bailar hasta la madrugada y a descubrir ese ambiente único que ilumina las ciudades durante las ferias. Admirad los trajes tradicionales de los sevillanos y sus magníficos caballos llenos de adornos. Pasead por los caminos del campo totalmente iluminados por luces rojas y blancas. Volved a la infancia gracias a la inmensa feria y sus múltiples atracciones. Y por último, cerrad esta semana de fiestas admirando los fabulosos fuegos artificiales a orillas del Guadalquivir; iluminan la ciudad una última vez e indican el fin de la feria, el fin de esta pintoresca fiesta llena de color.