Tradiciones Festivas Sevilla. O folklóricas o religiosas o yo que sé.
Hola a todos y todas, esta entrada va sobre Sevilla y por ello está ubicada en el blog, pero hoy no hablo sobre zonas importantes o edificios históricos, os voy a hacer una pequeña síntesis de las fiestas importantes sevillanas. Dos son las principales fiestas de Sevilla, y ambas tienen resonancia internacional: la Semana Santa y la Feria de Abril, visitadas cada año por centenares de miles de turistas que buscan en ellas conocer el alma de Sevilla.
Las procesiones de la Semana Santa de Sevilla son a la vez un acto religioso, de culto externo, es decir fuera de los templos, y una exhibición de todas las artes que se relacionan con la liturgia.
Puede afirmarse que Sevilla se convierte en los días de la Semana Santa en el museo más rico del mundo, en el que se puede admirar la escultura de las imágenes, la talla menor en los relieves de los pasos, la orfebrería en los objetos de culto como medallas, varales de plata cincelada que sostienen los palios o techos de los pasos, ricos bordados en los mantos de las vírgenes, mallas de oro y de plata en los colgantes o bambalinas de los palios, en los faldones y respiraderos de los pasos, arte de la cera en las velas y cirios que alumbran a las Vírgenes, arte de la floristería en la variedad de formas en que se coloca el adorno floral al pie de las imágenes. Personalmente me parece una ostentación y un acto completamente hipócrita, si fuera solo arte de acuerdo, pero desde el punto de vista religioso no se tiene en pie, he estado un par de años, he profundizado sobre el tema y no volveré a ir nunca más.
No se sabe ante un paso si observar más la escultura barroca del siglo XVII, o las delicadas pinturas y bordados en seda, o las cabecillas de ángeles de marfil, o el pesado terciopelo bordado en oro del manto. Durante una semana entera las calles están materialmente ocupadas por las procesiones. Algunas salen a la una del mediodía y regresan a sus templos a as tres de la madrugada siguiente. El olor a incienso es agresivo en todas sus calles. En Sevilla existen en el momento actual aproximadamente unas 60 Cofradías o Hermandades, cada una con un millar de hermanos o brous que se visten de nazarenos con capirote. túnica y capa. La indumentaria de las brous tiene una significación simbólica en sus colores, el cinturón de la túnica es de cuero o de cáñamo, y el escudo bordado en la capa muestra también su significación, expresada con una heráldica eclesiástica, que nos indica si la hermanad tiene el título de Pontificia, o de Real, o si fue fundada al amparo de la Orden del Carmen, o de la de San Francisco, o si procede de alguna Orden Militar como la de los Caballeros de Malta, o del Santo Sepulcro. Las hermandades llevan en su procesión general dos pasos uno con un Cristo, y otro con Virgen. El paso del Cristo no lleva palio, el de la Virgen sí lo lleva. Quienes ocupan los cargos directivos de la Hermandad, llevan en la mano una vara de plata, indicativa de su rango, y los hermanos restantes llevan cirios de cera. Los penitentes, sean o no hermanos, llevan una o varias cruces al hombro, generalmente como cumplimiento de alguna promesa hecha al cielo en un momento difícil, en una enfermedad de un ser querido, o como penitencia en expiación de algún pecado. El paso es llevado por los ”brous” costaleros que lo cargan sobre sus espaldas, apoyando los travesaños de madera llamados trabajaderas en la parte posterior del cuello. Cada uno de estos costaleros lleva aproximadamente un peso de ochenta kilos. Algunas hermandades llevan el llamado paso de misterio que es un grupo escultórico formado por varias imágenes. Así el paso de la Sentencia, nos muestra la imagen de Cristo, las figuras de Poncio Pilato lavándose las manos con el agua de un jarro que le presenta un esclavo negro, en presencia de los escribas y sanedritas judíos, y custodiado por la guardia de soldados romanos. Es toda una escena del evangelio, con las figuras de tamaño natural, de una gran belleza y plasticidad.
Pasos de misterio hay muchos, entre ellos la Sagrada Cena con los doce apóstoles y Jesús, el Prendimiento, la Exaltación de la Cruz, el Descendimiento, etc. Cuyas obras realizaron desde el siglo XV hasta hoy, los más ilustres artistas de la escultura religiosa.
Como ya habré comentado alguna vez, no soy religioso, y esta fiesta no me apasiona especialmente. No voy más bien ya, pero de todas maneras os aconsejo al menos un año de empaparos con el tema. A los fervientes religiosos y a los entendidos en arte os apasionará.
Y ahora cambiamos de tercio, nos vamos a la:
Dos semanas después de terminar la Semana Santa, en los últimos días de abril, se celebra la Feria de Sevilla. Creada en 1847 como mercado de ganados, muy pronto los vendedores y compradores instalaron junto al ferial las casetas o tiendas de campaña de lona, para guarecerse a la sombra y festejar los negocios realizados, bebiendo y comiendo. Tras esto comenzó a animarse la feria con alegría de música y baile, y muy pronto tuvo más importancia el regocijo que el propio mercado ganadero. La caseta de feria es una prolongación del domicilio habitual, y se llevan a ella muebles, espejos, adornos, siempre dándoles un carácter folklórico y alegre. El suelo de la caseta es de madera para que se puedan bailar las «sevillanas» baile típico que se realiza por parejas, y en grupo de parejas. El espectáculo más llamativo es a mediodía el desfile de caballistas, con el traje andaluz, y las mujeres en traje de amazonas si van solas, o vestidas de gitanas si van a la grupa en el caballo de un jinete. El desfile reúne a miles de monturas en el recinto del ferial, y centenares de coches de caballos de todas clases, con tiros de uno, dos, tres, cuatro y cinco caballos, a la larga, en tresillo, a la potencia. Coches de campo, de camino, de ciudad, desde la jardinera hasta el landeau, el cabriolé, el tono, y el sociable.
A esta hora del paseo de caballistas y coches, empieza el copeo en las casetas, bebiéndose el fino de Jerez y la manzanilla de Sanlucar, los dos vinos más clásicos de la feria.
Por la tarde la feria se traslada a la plaza de la Maestranza, para ver la corrida de toros. La corrida de toros son famosas, las corridas de la feria de Sevilla en las que el éxito del torero significa su consagración profesional, y un prestigio que le proporcionará contratos en todas las plazas de España, Francia e Hispanoamérica. La Plaza de la Maestranza presenta una luminosidad y un colorido que ni un estadio de fútbol, con las mujeres vestidas de flamencas, los mantones bordados sobre las barandillas de los palcos, y el traje de luces de los toreros, de seda roja, verde, o celeste, con los bordados de oro. Después de la corrida, tras un breve descanso, se vuelve a la Feria, iluminada con millares de luces, y se reanuda el copeo de vino, el baile de sevillanas y el cante, que se prolongan toda la noche hasta el amanecer.
De nuevo mi opinión sobre la feria de abril tiene importantes claro-oscuros, la feria en si es entretenida y agradable, una de las más grandes que podréis encontrar, el toreo en cambio es una celebración horrenda de maltrato animal que merece mi más potente CENSURA, lo explico para que sepáis un poco el tema pero el toreo es algo que debe ser erradicado, por cruel y por apología de la tortura. Ciertamente es la lucha de gladiadores llevado a la actualidad.
Y entre las fiestas para mi más cansadas del universo y disculparme los que la amáis tenemos:
La tercera de las grandes fiestas de Sevilla es la Romería del Rocío que se celebra en... la leche...no lo sé, pero las carretas dais un por culo brutal. En realidad no es una fiesta exclusivamente sevillana puesto que participan en ella Hermandades del Rocío de toda España, e incluso algunas que vienen del extranjero. Pero sin duda que la participación más importante es la de Sevilla, por la proximidad de Sevilla a la aldea del Rocío. De Sevilla salen dos hermandades, una del Salvador y otra de Triana. Estas hermandades hacen el camino desde Sevilla al Rocío a caballo, cada una con maldita sea, varios centenares de jinetes, y unas decenas de carretas, tiradas por parejas de bueyes, sobre las que van sentadas la gente poniéndose bien a tono. El camino hasta el Rocío dura tres días teóricamente durante los cuales no se para de andar, cantar, bailar, y beber. Sin embargo no quiere esto decir que la parte hipocondriaca religosa esté en segundo lugar, puesto que detrás de todo esto subyace un cierto sabor religioso. Se duerme en el campo, en las carretas acondicionadas o en el suelo sobre una manta. Al amanecer los tamboriles y flautas rocieras tocan diana y se celebra la misa bajo un árbol, y a continuación se reanuda la caminata por senderos de arena, hasta llegar a la marisma o llanura del Rocío, en el pueblo de Almonte. Allí se reúnen todas las hermandades, más de un centenar, llegadas por los campos desde los distintos pueblos y ciudades. Cada Hermandad tiene en la explanada del Rocío su casa de descanso. Por turno van haciendo cada hermandad su misa en el Santuario del Rocío, y durante dos días con sus noches es incesante, en el templo, los actos religiosos, y en el campo la fiesta, el baile y el cante. El lunes por la madrugada sale la Virgen del Rocío procesionalmente por la marisma, y regresa a mediodía a su templo, y entonces las Hermandades emprenden el regreso a sus ciudades de origen. Se tarda otros tres días en regresar, por los mismos caminos de arena o carretera provocando innumerables atascos o las personas que tienen que hacer vida normal. La romería es una reunión multitudinario en los dos días que dura en la explanada de Almonte. Sin embargo lo más fastidioso para los demás es el camino de ida y regreso, una peregrinación y a la vez un festejo folklórico.
Espero que os sirva como guía, un saludo gente.
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