La vuelta al mundo en 59 días. Sexta parte: Más sobre Sevilla

La vuelta al mundo en 59 días. Sexta parte: Más sobre Sevilla

¡Hola a todas y a todos! ¿Están listas y listos para seguir descubriendo la maravillosa ciudad de Sevilla conmigo? No me canso de decir que Sevilla es una de las ciudades más bonitas que he visitado y uno de los lugares donde más he disfrutado al viajar. Mucha gente me dijo que mejor visitara Granada, y claro que me hubiera gustado hacerlo si hubiera tenido tiempo, pero mi prioridad era Sevilla. Y aunque seguramente Granada es muy bonito, mi sueño me dijo que fuera Sevilla y estoy infinitamente agradecida con la vida porque pude visitar esta joya andaluza. Y es de este lugar del que me encantará seguirles hablando por un buen rato.

Ya les conté en la entrada pasada que mi llegada a Sevilla fue uno de los momentos más mágicos de todo mi viaje y una de las oportunidades más mágicas que me ha dado la vida. En este viaje a Sevilla pude hacer realidad mi sueño de hace tantos años de visitar la magnífica Plaza de España. Pero eso no fue lo único que me hizo enamorarme profundamente de esta ciudad andaluza, también hubo tantos otros lugares que visité y que me fascinaron, y que hoy quiero compartir con ustedes.

 Ya les platiqué un poco sobre la Plaza de España y ahora les platicaré sobre lo que vino después.

Comencemos.

Los jardines de María Luisa

Como ya les indiqué anteriormente, la plaza de España se encuentra dentro de un jardines, o un parque más bien, llamado Jardines de María Luisa, ubicados prácticamente frente al río de la ciudad, que es el río Guadalquivir, y muy cerca de la catedral y toda esta zona del centro. Son preciosísimos y es un destino obligado, como tantos otros, en esta bella ciudad. Les dejo una primera foto para que se vayan dando una idea de lo bonito que es este lugar:

En toda la zona dentro de los jardines y alrededor de ellos hay varias casas y edificios muy bonitos que están dedicados a algún país de latinoamérica: está la casa de México, la de Perú, la de Uruguay, etcétera, etcétera. Además de esto hay un Museo de Historia Natural, una cascada artificial y muchos lugares reservados para que animales como patos y gansos naden.

Cuando yo fui, hacía un calor extremo y no pude disfrutar de los jardines tanto como hubiera querido, porque tenía que permanecer en la sombra y tomar agua constantemente. Sin embargo, si ustedes van en un momento en el que el calor no los agote o las agote, yo les recomendaría que recorrieran todo lo que puedan de los jardines. Les advierto que eso le llevará un buen rato, pues son enormes, y para ir de un punto a otro se requiere caminar mucho.

Es un gran lugar para pasear, para correr o para hacer un picnic incluso. Ahora les quiero dar este dato útil: dentro del jardín hay baños públicos en los que cobran, pero también hay unos donde no cobran; así que si tienen necesidad de ir al baño yo les recomendaría que buscaran los que son gratuitos, que están no muy lejos de la plaza de España. Otro dato útil es que también hay varias fuentes localizadas en diferentes puntos de los jardines donde hay agua potable, pero pongan atención, que no cualquier fuente tiene agua potable. Se lo digo por experiencia.

En fin, no dejen de dar un paseo por estos magníficos jardines, recorran sus calles y avenidas internas, sus pequeñas plazas con fuentes de estilo árabe, sus construcciones de arquitectura impresionante, sus estanques con aves nadadoras, sus rincones llenos de maleza exuberante y palmeras que te hacen sentir como si estuvieras en la playa. Es tan grande la variedad de lo que pueden encontrar ahí, que yo les recomiendo que se dediquen a pasear estos jardines al menos una hora, pero ya ustedes decidirán si se quieren quedar más o menos tiempo.

La casa de las Dueñas

El siguiente lugar al que fui, una vez que me di cuenta de que a pesar del calor yo no podía darme por vencida en disfrutar al máximo y sacarle todo el jugo a esta ciudad, fue la casa de las dueñas. A este lugar fui un poco por curiosidad, un poco porque lo recomendaban los blogs de internet y un poco por petición de un amigo mío, el más grande fan del poeta Antonio Machado. ¿Pero qué tiene que ver este lugar con Antonio Machado? Se lo explicaré: resulta que este famoso poeta, el autor de poemas que empiezan con versos tan célebres como “Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla” o “Caminante no hay camino, se hace camino al andar”, nació en Sevilla y vivió ahí sus primeros años, como indica uno de los versos que les acabo de mencionar. Y el lugar donde nació es una casa que recibe el nombre de Casa de las dueñas.

Aunque me pareció bastante caro el costo de la entrada, decidí darle y darme una oportunidad, y entré a conocer esta bellísima casa, que hoy en día pertenece, según recuerdo, a los Duques de Alba, quienes aceptaron abrirla al público convirtiéndola en un museo. Puedo decir que valió mucho la pena entrar a conocer esta bellísima casa cuya arquitectura fue algo totalmente nuevo y fascinante para mí.

Uno o una puede pasear  por sus huertos, y uno de ellos es el famoso “huerto donde madura el limonero” que aparece en el poema Retrato de Antonio Machado. Para quienes no tengan idea de qué estoy hablando, baste decir que son huertos con limoneros donde, si no hace tanto calor, es muy agradable sentarse a estar en paz y tranquilidad total.

Además de los huertos y patios hay acceso a las salas de la planta baja, sumamente (a veces excesivamente) decoradas, pero de todas maneras muy bonitas. Lo que más valió para mí fue la arquitectura de la casa, y especialmente de sus patios, cuyos arcos de estilo árabe son los más bonitos que vi en España. Parte de lo que me fascinó tanto de esta ciudad es precisamente esto: que sus construcciones conservan mucho de la cultura árabe que la habitó hace tanto tiempo, y eso lo convierte en una mezcla única e insuperable.

Si no saben a qué me refiero exactamente con esto de “cultura árabe”, solo vean esta belleza de patio:

Caminar en Sevilla

Caminando por los alrededores de La casa de las Dueñas, sin seguir mapa alguno y únicamente deambulando por donde me llevara la vida, encontré la iglesia de la Magdalena, un lugar muy bonito, y creo que la única iglesia a la que entré. Después pasé por la Alameda de Hércules y terminé en un lugar bastante feo para mis gustos, aunque célebre entre las atracciones de Sevilla, denominado las setas. Es una construcción medio rara en forma de Champiñones, a cuya terraza se puede subir si se pagan no sé cuántos euros, la verdad no presté atención. La parte media de la construcción está llena de skaters haciendo lo suyo. No me quedé mucho tiempo, pero al menos puedo decir que tengo motivos para no estar interesada por esta extraña construcción. Como sea, por si a ustedes les interesa, les dejo esta fotografía que tomé:

Pues bien, eso será todo por esta entrada, y si les ha parecido bonito lo que les he mostrado de Sevilla, lo mejor aún está por venir. Les dejaré una pequeña pista sobre lo que incluiré en mi próxima entrada: les hablaré sobre el palacio más bonito que he visitado en mi vida, cuya tradición es totalmente ajena a la occidental y por eso es tan único y especial. ¿Tienen idea de qué estoy hablando? Pues lo descubrirán muy pronto si se quedan al pendiente de la próxima entrada.

¡Gracias por su atención y hasta la próxima!

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