Calle Calatrava y Paseo de la Alameda de Hércules.
Hola gente, vamos hoy con la calle Calatrava que tiene cierta intríngulis y el Paseo de la Alameda de Hércules. La calle Calatrava y haciendo referencia a las entradas anteriores, rodeando el convento de San Clemente, nos encontramos pues con esta calle. El edificio de la iglesia que se encuentra en esta calle y se llama Nuestra Señora de Belén conserva los restos de su antigua dedicación a la Orden Militar, de la que se quedan dos escudos en la piedra en lo alto del muro Este. La leyenda dice que de este convento robó Don Juan a la novicia doña Ines de Ulloa.
En la misma calle, más abajo, a mano derecha encontramos otra ermita, dedicada a la Virgen del Carmen, obra de arquitectura popular del siglo XVII. Aquí no es la leyenda sino la historia documentada lo que nos indica que tal capilla fue construida por los marqueses de Tarifa, para que se digan perpetuamente misas en sufragio del alma de su hijo don Pedro Ribera el Mozo, que murió en este mismo lugar, llamado entonces plaza de la Cruz del Rodeo, acuchillado por los parientes de una mujer a la que quiso llevarse. Parece que este suceso, real, influyó de algún modo en la leyenda, aportando el rapto de una mujer a lo que antes era solamente la leyenda del Convidado de piedra.
Pasemos al Paseo de la Alameda de Hércules. Esta Alameda en tiempos antiguos pasaba por aquí el río Guadalquivir, que el rey Leovigildo hizo desviar en el siglo VII. Quedó una pequeña laguna que se llenaba de agua con las lluvias cada invierno y que infestaba la ciudad de mosquitos cada verano. Por ello se hizo rellenar la laguna y plantar cientos de Álamos, con lo que el lugar se convirtió en Paseo de la Alameda. En él se ousieron tres artísticas fuentes, y para mayor adorno se trajeron dos digantescas columnas romanas que estaban en la calle mármoles, restos de un antiguo templo romano. El transporte fue, como dice una lapida de mármol que hay al pie de una de ellas que dice lo siguiente: "un trabajo tan arduo como los trabajos del propio Hércules".
Sobre las dos columnas se pusieron las estatuas de Hércules y de Julio César, labrados por el escultor Diego de Pesquera, pero cuyos rostros retratan a Carlos I en Hércules, y a Felipe II en César. El paseo de la Alameda, desde su construcción en 1574 fue uno de los lugares más elegantes de Europa. En el siglo XVIII se completó con otras dos columnas en el extremo Norte, cada una de las cuales sustenta un león con un escudo de las armas Reales, y del Ayuntamiento de Sevilla. El paseo de la Alameda se degradó mucho en el siglo XIX, pasando a ser lugar de reunión de la gente del bronce trasladándose el paseo elegante al entonces creado Paseo de las Delicias, y Salón de Cristina, al otro extremo de la ciudad. Hasta aquí lo de hoy, jarl y acondemorl para todos.
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Comentarios (1 comentarios)
Antonio Vargas Martín hace 10 años
Que consten que las columnas de la Alameda viniendo por la Calle Amor de Dios, vienen de Écija.