Primera vez en Chile

Santiago

Después de vivir un año en Argentina, la oportunidad de visitar Chile, el país vecino, llegó como un rayo de esperanza. Mi novio tiene unos buenos amigos allí y, como podíamos permitirnos una semana libre y tuvimos la suerte de encontrar buenos billetes, decidimos ir. Era la primera vez que iba a Chile, así que no estaba seguro de qué esperar, y para ser sincera, pensé que sería muy similar a Argentina. En Chile hablan español, pero con un acento y dialecto muy diferentes al de Argentina, por lo que me resultaba muy difícil comunicarme. Incluso mi novio, que es hablante nativo de español, tuvo algunas dificultades para entender el español chileno. Como es el caso de Argentina, en Chile la gente generalmente no habla inglés. Por suerte para nosotros, nuestros amigos hablan inglés, así que no hubo ninguna barrera idiomática.

Era noviembre, aquí en el hemisferio sur, lo que significa primavera. Los días son bastante calurosos, pero por la noche la temperatura baja bastante. Nuestro viaje comenzó el jueves y terminó el jueves siguiente. Volamos de Buenos Aires a Santiago, la capital de Chile, y el vuelo duró sólo 2 horas. Al llegar al aeropuerto de Santiago, nuestros dos amigos, Branislav y Sergio, nos recogieron. Llegamos bastante tarde, así que nos cambiamos rápidamente y salimos a explorar Santiago por la noche. La ciudad estaba llena de vida, con restaurantes y bares llenos de gente. Fuimos al barrio que se llama Bella Vista, popular especialmente por su animada vida nocturna. Nos sentamos en uno de los bares locales y pedimos un aperitivo rápido y una bebida. Probamos las papas fritas cargadas con salami, pepinillos y queso crema, la combinación de estos ingredientes me pareció un poco rara al principio, pero una vez que lo probé me encantó. La bebida que tomamos era muy típica chilena y me dio dolor de cabeza al día siguiente. Se llamaba Terremoto, se sirve en un vaso de plástico y se parecía bastante a una bebida de una de las que se sirven en una fiesta infantil. Era increíblemente dulce y aparentemente inofensiva, de color rosa, dulce y con helado encima. Sin embargo, tras acabar la primera copa, ya iba contentilla. Luego me enteré de que Terremoto está hecho de Pipeño, que es un tipo de vino dulce fermentado, y helado de piña. ¡Interesante combinación!

Terremoto.

Al día siguiente, después de levantarnos y desayunar, decidimos disfrutar de un cálido día soleado paseando por Vitacura, visitando el parque Bicentenario y el mercado al aire libre con productos artesanales locales, ropa, maquillaje natural y productos para el hogar. Vitacura es el nombre de la zona donde nos alojábamos. Es muy moderna y de moda, una de las zonas más caras de Santiago, y está llena de parques y zonas verdes, fuentes, estatuas y monumentos.

Vitacura.

Mercado al aire libre.

Después de pasar la tarde en Vitacura fuimos al Costanera Center, que es un recinto que incluye un centro comercial de seis pisos, el más grande de Sudamérica, el rascacielos Gran Torre Santiago y otros tres rascacielos.

El tercer día, el sábado, nos embarcamos en un viaje a Puerto Velero, una zona costera en el norte de Chile, popular por sus playas y centros vacacionales. Tardamos unas 5 horas en llegar en coche desde Santiago. Chile tiene una gran red de carreteras, todas las ciudades están bien conectadas por lo que fue un viaje cómodo y agradable.

En el camino, nos detuvimos en un pequeño pueblo llamado Huentelauquen para tomar un aperitivo rápido. Tomamos el néctar de papaya y la especialidad de la región que eran las empanadas de queso fresco. Las empanadas son muy populares en Chile y Argentina, básicamente en toda Sudamérica. Es una especie de pasta rellena frita o al horno. Una empanada chilena tradicional sería la empanada de pino. «Pino» es el nombre de un relleno hecho de carne picada cocida con cebolla, pimentón y otras especias. Las empanadas que probamos en Huentelauquen fueron, sin embargo, muy únicas ya que estaban hechas con el queso fresco local, cosa que no he visto en ningún otro lugar. ¡Una absoluta delicia!

Empanadas de queso fresco.

Nos quedamos en Puerto Velero tres días y todo lo que hicimos fue descansar en la playa y disfrutar de la cocina chilena. Mi plato favorito era el ceviche, que parecía una ensalada de pescado y marisco con una base de mayonesa y que se servía con pan tostado. Nuestros amigos me dijeron que el ceviche es muy popular en todas las zonas costeras de América Latina y, por lo general, se compone de pescado crudo fresco, lima, sal, pimienta, chile, cilantro y cebollas picadas, ¡una deliciosa combinación de ingredientes frescos! Comimos ceviche como entrante y pisco sour como aperitivo. El pisco sour es un cóctel tradicional hecho de pisco, que es un brandy con un 35 % de alcohol hecho de zumo de uva, muy típico en Chile y Perú, zumo de limón, hielo, sirope (agua y azúcar), clara de huevo y Angostura Bitters.

Después tomamos una caldereta caliente de marisco con una mezcla de diferentes tipos de pescado, como salmón, pez espada, tilapia, cangrejo azul, camarones, ostras, verduras (calabacín, pimiento, zanahorias), patatas horneadas con crema agria y hierbas, acompañadas de pan de ajo caliente. De postre comimos tarta de queso de mango fresco. Esta cena y el tiempo compartido con nuestros amigos ¡fueron una experiencia inolvidable!

Ceviche.

Caldereta caliente de marisco.

El lunes por la tarde regresamos a Santiago y aprovechamos el resto de nuestra visita para explorar la ciudad y reencontrarnos con amigos. Tan pronto como nos levantamos a la mañana siguiente caminamos hacia el monte San Cristóbal, uno de los lugares más visitados de Santiago. Para llegar a la cima utilizamos el «teleférico», que es un tipo de transporte por cable con pequeñas cabinas para cuatro o seis personas (no estoy muy seguro, supongo que también depende del tamaño de la persona). Esto nos brindó una vista fantástica de la ciudad y un poco de descanso del calor del día. En la cima hay una gran estatua de la Virgen María, una pequeña iglesia y una tienda de regalos que vende principalmente artículos religiosos. El lugar tenía una atmósfera muy agradable y sonaba una música religiosa sutil, lo cual era muy agradable y no sonaba en absoluto como la típica música de iglesia. Este Santuario de la Inmaculada Concepción es probablemente uno de los lugares más emblemáticos de Santiago.

Monte San Cristóbal.

Pasamos la mañana del miércoles en la piscina, tomando el sol y disfrutando del tiempo con los hijos de nuestros amigos. Por la tarde visitamos el centro de la ciudad. Llegamos en metro, que estaba lleno de gente, pero a diferencia del metro de Buenos Aires, tenía aire acondicionado. Hacía mucho calor en el centro de la ciudad, la gente corría de aquí para allá, había mucho tráfico y las calles estaban llenas de artistas callejeros, pequeños puestos con artículos baratos y refrescos. El puesto más popular fue el que vendía «Mote con Huesillo», podrías encontrar al menos tres en cada calle. El Mote con Huesillo es una bebida tradicional chilena no alcohólica elaborada a base de duraznos y trigo. En realidad, es un néctar dulce hecho de duraznos secos cocidos en azúcar, agua y canela que luego se enfría y se mezcla con trigo cocido. Lo probamos, por supuesto, con la esperanza de entender por qué es tan popular. Sin embargo, como suele ser el caso, popular no significa necesariamente bueno. Tengo que decir que era demasiado dulce para mi gusto y no me gustaba la consistencia del néctar, que era bastante espeso. La combinación de sabores también era bastante única y ni siquiera consiguió refrescarnos contra el calor.

Después de un paseo por el centro de la ciudad nos sentamos a tomar una cerveza en un bar de la zona. Tenían una selección de 15 salsas y condimentos diferentes en cada mesa. Lo que más me sorprendió fue una sal líquida en spray. Nunca había visto algo así antes, así que en vez de espolvorear sal en nuestras patatas fritas, la rociamos.

Sal líquida.

Por la noche fuimos con unos amigos al Festival de Artes y Sabores. Fue un evento al aire libre muy bonito, con bebida, comida y artistas que mostraban su arte. También fue una gran oportunidad para ver a nuestro amigo Sergio, un cantante impresionante, cantando en directo.

Festival de Artes y Sabores.

Este fue nuestro viaje de siete días descubriendo la cultura chilena, pasando tiempo con nuestros queridos amigos y ampliando nuestros horizontes.