Deportes acuáticos en Playa Grande, Taganga

Ayer fue in día memorable. Después de despertarme temprano y levantarme cuando el calor se apoderó de mí, me di una ducha y fui a hacer algunas cosas por el centro. Mi idea era apuntarme al gimnasio, ir a la playa de al lado de casa y estudiar por la tarde. Las dos primeras cosas las hice...

Aunque la playa no fue precisamente la de al lado de mi casa. A las 10 de la mañana recibí un mensaje de la hermana de mi tutora, aquí en Santa Marta. De muy buena fe la joven profesora (que es más joven que yo) me puso en contacto con su hermana para que me apuntara en sus planes con sus amigas. Así que la chica me llamó ayer sobre las 10 para ofrecerme ir a Taganga con ellas. Inmediatamente hice cambio de planes y dije: "SI!"

Para ir a Taganga hay varias opciones, bus o taxi. Nosotras al ser 4 optamos por el taxi, más cómodo y de precio no nos salió mal. Una de las amigas al ser costeña, de aquí de Santa Marta, pues sabe regatear y llegar a buenos acuerdos antes de hacer la carrera. Al final, 2500 cada uno de Santa Marta a Taganga.

Una vez allí paseamos un poco por la costa escuchando las ofertas, porque ahí es como un punto de salida para ir a las buenas playas en lancha. Al final, por 6000 pesos nos llevaron a las cuatro a Playa Grande y quedamos en que nos recogerían a las cuatro de la tarde.

La playa era pequeña, pero muy chula. El agua estaba limpia y no había excesiva gente. En esta playa ofrecen muchas actividades, que valen según de donde seas, ya que a mí y a otra de las amigas al ser "cachanca" (de Bogotá) nos querían cobrar más caro. No sé, por ser de fuera tienes que pagar un plus por todo, curioso.

Al final optamos por la dona, donut, o como se llame. Un inflable redondo y grande al que se suben 2 personas. Lo atan a una lancha y aquello empieza a acelerar... Cuando el de la lancha hace la curva y levanta la mano, la persona que vaya en la derecha debe caerse. Esa fue mi primera posición y cuando caí sólo pensé: "Oh, mi madre, voy a salir de aquí sin la parte de abajo del bikini", porque nada más caer al agua se te baja como hasta las rodillas...

Luego, la lancha sigue haciendo una curva y en el colchón queda la persona de la izquierda resistiendo hasta que no puede más por la velocidad y cae o se tira. Cuando me toco ser a mi resistencia, la lancha casi hizo una circunferencia completa, normalmente se tiran antes, pero estuve ahí aguantando, porque la verdad impresiona poco. Este lanzamiento es más violento y tu cuerpo hace como las piedrecitas cuando las lanzas al estanque, vas botando doso o tres veces antes de parar definitivamente.

Acepté hacer la actividad con un poco de reparo, pero me lo pasé estupendamente.

Luego tomamos un pequeño refrigerio de papas y agua que habíamos llevado y al final una de las chicas me convenció para montar en moto acuática. Fueron 15 minutos de paseos por el agua a gran velocidad muy divertidos, aunque pasé algo de miedo.

A las cuatro de la tarde y después de un par de cervecitas nos fuimos en la lancha de nuevo a Taganga. Una vez allí comimos. Yo me pedí pescado en salsa de coco con camarones o algo así. La variedad de pescados allí es impresionante y el que tomé (jurel o cojicanca) estaba muy bueno.

Ya a las seis de la tarde cogimos el bus y de vuelta a casa.

No puedo más que agradecer la invitación de May y sus amigas para pasar este día con ellas, tan divertido.

Hoy creo que iré al gimnasio y estudiaré... pero nunca se sabe, quizás haya cambio de planes...

Os lo contaré, seguro. Hasta pronto!

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