El Pital

La meta era llegar, sabíamos que lo conseguiríamos, pero lo que no sospechábamos eran bajo qué condiciones llegaríamos al lugar y lo que encontraríamos en él. Nos habíamos programado para pasar un fin de semana interesante y divertido. Está vez, nuestra aventura apuntaba a escalar El Pital, la montaña más alta de El Salvador, con una altura de 2, 730 msnm.

El Pital, se encuentra en el departamento de Chalatenango, por ser la elevación más alta del país es muy llamativo para hacer ecoturismo, camping, caminatas, paseos de flora y fauna entre otras actividades de montaña. Muchas personas turistas lo prefieren por su clima fresco que ronda siempre los 10 grados centígrados, por la tranquilidad, la naturaleza, el descanso y para mi grupo de amigos ¡la aventura!

Así fue como nos embarcamos en nuestro plan de viaje, que consistía en salir de lo común, no hacer el recorrido con ninguna agencia de turismo, sino con nuestros propios esfuerzos. Empezamos el viaje desde San Salvador en vehículo hasta La Palma y San Ignacio municipio de Chalatenango. En el primer lugar nos detuvimos a ver la variedad de artesanía de El Salvador, demostrado en telares, bordados coloridos en camisas y blusas de manta, sobre todo de color blanco. Este pueblo tiene un especial colorido, debido a las pinturas del artista Fernando Llort, pintor, creador y referente de la cultura salvadoreña, plasmada en sus dibujos llenos de alegría y de miles de colores. En cualquier pared de las casas del pueblo puedes apreciar el arte de Llort, ya sea en un mural, una pintura, un dibujo, una camisa etc. Y también a nivel nacional en todos lados se encuentra un arte hecha por el famoso pintor.

Luego nos detuvimos a desayunar en San Ignacio, un pueblo muy acogedor e interesante. Desayunamos tranquilamente entre el frío de finales de diciembre, unas deliciosas pupusas que es la comida típica del país y que en nahuat significa: Masa revuelta y en efecto, es una masa de maíz (las hay también de arroz) revuelta ya sea con queso, frijoles, chicharron, tu puedes pedir la combinación que deseas e incluir otros ingredientes. El lugar se llama Restaurante Las Tilapias, es muy amplio, cuenta alrededor con 10 manzanas de terreno, también brinda habitaciones para hospedarte y disfrutar con tranquilidad del ambiente. Este restaurante es llamativo porque posee estanques de tilapias que es un tipo de pescado sabroso para acompañarlo con cualquier tipo de comida, además el lugar tiene piscina y muchos senderos para recorrer.

Retornamos el camino a las 11:00 de la mañana, donde llegamos al desvío para subir al Pital, así que dejamos el carro parqueado en un lugar seguro. (Hay muchos hoteles en la zona de San Ignacio, que brindan este servicio).

Comenzamos la caminata a las 11:15 de mañana, nos esperaban aproximadamente 13 kilómetros de viaje andando. Se vislumbraba una calle de cemento muy delgada, rodeada a ambos extremos de un bosque húmedo, lleno de pinos, almendros, ciprés cedros, robles, entre otros árboles. El canto de los pájaros se hacía notar en cada paso que dábamos. Seguíamos recorriendo y entre más subíamos, la vista que nos regalaba la montaña era asombrosa, se lograba ver unos paisajes sorprendentes, los árboles de diversidad de tonalidades verdes, amarillentos, floridos, los pueblos cercanos, montañas pequeñas dejadas atrás, algunos volcanes del país y los rayos del sol anunciando su puesta.

En el camino, se encuentran algunas viviendas, una escuela, los buses que suben y bajan, microbuses de las empresas turísticas y lo que más nos gustó fueron los caballos que algunas personas del lugar utilizan como medio de trasporte. Seguíamos caminando, pero calculamos mal el tiempo, y la verdad que la belleza del lugar te hipnotiza y nos quedábamos buen rato admirando la variedad de paisajes desde cada altura que íbamos conquistando. Así que alrededor de las 4:00 de la tarde, algunos lugareños nos dijeron que ya no podíamos seguir caminando, pues oscurecería pronto y no llegaríamos a la cumbre de la montaña para acampar. Nos recomendaban tomar un vehículo que por $4. 00 nos terminaría de subir. Realmente nos faltaban sólo 5 kilómetros, pero preferimos hacer caso a las recomendaciones y así lo hicimos. Tipo 4:30 estábamos ya en el Pital solo para presenciar un crepúsculo emocionante como premio por haber llegado a la meta.

Acampamos con mucha neblina, entre los dos picos de la montaña, que es lo ideal para hacer este tipo de actividad y rodeados de muchas flores entre ellas los famosos cartuchos blancos, las hortensias de colores blancos, rosadas y celestes. En cuestión de un abrir y cerrar de ojos todo estaba oscuro, las estrellas iluminaban el lugar.

Otras personas que acamparon alrededor nuestro hicieron fogatas, nos unimos a ellos para cantar, quemar malvaviscos, tomar ron o whisky y comer mucho chocolate para aclimatarnos al frío que estaba haciendo. Por la noche la temperatura descendió a 7 grados y en la madrugada llegó a 5 grados…para nosotros que estamos acostumbrados a un clima tropical, esto era mucho frío.

A la mañana siguiente, caminamos por todos los senderos que hay entre sembradíos de hortalizas, fresas, repollo, otros de flores de muchos estilos y colores, llegamos al nacimiento del río Sumpul, que recorre todo el departamento de Chalatenango y por último descubrimos el Mojón, que es la parte fronteriza con el vecino país de Honduras y la Piedra Rajada, que es una roca gigante partida en dos con una profundidad de hasta 50 metros que se puede atravesar de extremos a extremo con ayuda de un árbol caído que las separa y con un alambre sujetado entre la vegetación desde la parte de arriba, pero este cruce es un poco peligroso y aventurero, te llenas de mucha emoción. Al cruzar al otro lado, te encuentras con un mirador magnifico de toda la zona.

No nos preocupamos por la comida, ya que se puede encontrar comida casera dentro de la montaña.

Terminamos la aventura con el corazón contento y las piernas bien cansadas de tanto caminar, sin embargo, valió la pena todo el esfuerzo.

La entrada al Pital, cuesta 2 dólares para adultos, un dólar para niñez. Por acampar pagas 4 dólares. Si no deseas acampar, puedes quedarte en cabañas que se encuentran cerca del lugar para muchas personas a precios razonables o ir solo de visita por un día y por la noche volver a San Salvador u hospedarte en La Palma o San Ignacio. ¡Vive la experiencia, vívela desde América Latina!