Picnic en Yosemite
Estábamos en el Centro de Visitantes del Yosemite Village para comprar provisiones alimenticias. Allí realmente había de todo, pero los precios eran abusivos. Así que nos decidimos por los básicos de supervivencia. Que vienen a ser: refrescos, pan de molde (en abundancia) y fiambre variado para no aburrirse y tener donde elegir.
Esto es así vayáis donde vayáis. Lo más barato, cómo y rápido es comprar pan de molde y "chicha" o "sustancia" para ponerle. ¿Por qué? Bueno porque es un producto que por malo que sea sacia. Sí, a base de hidratos de carbono y estabilicantes y vaya usted a saber qué otras atrocidades para el organismo, estamos de acuerdo. pero precio-saciedad no hay nada mejor que la molla del pan de molde. Si queréis sentiros un poco más saludables, compradlo integral, que es la misma shit pero con cereales jajaja.
Bueno, y ya ajustando un poco más la puntería y hablando de California, en cuanto a refrescos lo que más destaca por su bajo precio es la coca-cola. Parece extraño, pero no encontré demasiados sucedáneos de la coca cola con los que mereciera la pena arriesgarse porque la propia coca cola era barata. Y soy mucho de romper eso de "más vale malo conocido que bueno por conocer", pero en este caso parecía cierto.
Así que a base de coca cola, pan de molde y sandwiches improvisados en medio de cuatro árboles rotos mal dejados caer allí mismo, nos pusimos a comer-merendar en medio de uno de los parques naturales más visitados del mundo. Ahí es nada.
Eso sí, ojo con el fiambre. Porque a veces vamos a comprar por ahí fiambre y se nos olvida que no estamos en España. El queso allí por ejemplo era especialmente caro. Del jamón ni hablamos. Que era de importación, y eso se paga. Vamos que por tres lonchitas de jamón pagabas casi como por un jamón de pata negra aquí (bueno, exagerando un poco, you know...).
El caso es que tirad de mortadela (y no se os ocurra mirar en Internet qué lleva la mortadela jajaja, ¡es una trampa! Como cuando se puso de moda aquel video que explicaba de dónde venían y cómo se hacían los kebabs y muchos pobres ignorantes no tuvieron otra maravillosa idea que compartir el video por facebook... creo que la clientela de los kebabs entre mis amigos al menos bajó un treinta por ciento seguro jaja, como siempre digo, hay cosas que es mejor que el hombre no sepa).
Volviendo al pic-nic improvisado. No hay ninguna norma sobre eso en Yosemite. De hecho te ponen allí el supermercado (no recuerdo la marca ni tenemos fotos en la puerta, qué rabia) para que compres y te dejan mesas y zonas habilitadas en rollo muy rústico guay para que comas en condiciones. Pero por suerte o por desgracia (por suerte por la gracia de estar ahí tirados y por desgracia porque era un tanto incómodo para los que no tienen el espíritu aventurero tan arraigado) no lo sabíamos en aquel momento. Lo descubriríamos después.
El caso es que puedes hacer un pic-nic improvisado en casi cualquier zona del parque. Obviamente no en los miradores, porque hay mucha gente y molestarías todo el tiempo, creando incómodas y violentas situaciones con los turistas menos pacientes. Ni tampoco puedes hacerlo en plan "hoguerita" para calentar las salchichas. Aunque los peligros de eso ya lo expliqué con lo de los tropemil incendios que os comenté en los posts anteriores. [NOTA: El vocablo "tropemil" es una palabra inventada que deribé en su día de la palabra "tropel" con un significado similar. Vengo a usarla cuando quiero decir que la cantidad es mucha pero desordenada; aunque cuantificable, pero no tengo el tiempo o las ganas de especificar la cifra exacta. Por ejemplo... "¡Te lo he dicho "tropemil" veces tía! ¡Baja la tapa cuando acabes!", como siempre le digo a mi compañera de piso. Vendría a significar realmente "Te lo he dicho doce veces esta semana." Pero así se le da un aire más dramático y notable a la cifra. Además en muchos casos ni se conoce realmente la misma.]
Aclarado lo cual. Nosotros estábamos allí tranquilos con nuestros sandwiches con mucho pan y poca sustancia, cuando de repente recibimos el asalto de un ser tan pillo como carismático. Una simpática ardilla se acercó a robarnos la comida. Maldita sea. No era sólo una. Eran muchas (o puede que una que se movía endiabladamente rápido). Eran muchas, nos atacaban por todos los flancos.
Me acordé de esa genial escena del inicio de "Malditos Bastardos", peliculón de Quentin Tarantino que recomiendo fervientemente. Esa escena del enorme Christoph Waltz haciendo de mandamás Nazi discutiendo sobre las diferencias con el campesino sobre qué pasaría si entrara una rata a su casa en comparación a qué pasaría si entrara una ardilla:
-Todos son roedores, y salvo por la cola incluso se parecen ¿no?
-Una reflexión interesante coronel...
-[...] Pero si una rata entrara aquí ahora mismo mientras charlamos, ¿le ofrecería un delicioso plato de leche?
-Seguramente no.
-Lo imaginaba. No le gustan. Aunque no sabe por qué no le gustan... sólo sabe que le repugnan...
Y no le faltaba razón al tipo. Las ardillas pueden morder, igual que las ratas. Pueden transmitir enfermedades, igual que las ratas. Sin embargo nos parecen simpáticas y juguetonas. Pero buscan comida, igual que las ratas. Creo que nuestra educación social arcaica en cuanto a que "lo bonito es bueno y lo feo es malo" es algo demasiado arraigado a nuestra naturaleza.
Y sin embargo, sabiendo eso, no puedes evitar hacerle una foto al dichoso roedor mientras roba tu comida. Bueno en este caso justo no tenía bocadillo entre sus pequeñajas garras. Pero lo tuvo más tarde, de eso podéis estar seguros.
Otra cosa a tener en cuenta cuando hagáis mini pic-nic por allí es no dejar comida dentro del coche. Esto no era una coña del guardia de turno. Había carteles por todo el Parque. ¡Cuidado con los osos! Ponía claramente que no se dejara comida dentro de los vehículos para evitar accidentes con los osos. Y mira que por más que buscamos no nos encontramos al dich-oso (dichoso oso ba dum tss) animalillo.
Pero nos quedamos con la ardilla que también era harto graciosa. No daba tanto miedo como un oso pero la comida se la comía igual. Bueno igual no, supongo que más lenta y civilizadamente que un osaco que llegue, te reviente la ventana y engulla todo lo que pille. A tí mismo como te pille dentro jaja.
Y bueno, salvo por el ataque de las ardillas, la comida-merienda, o lo que nos gustaba llamar comienda, o merienida, para los más puritanos, fue sin mayores accidentes. Repusimos fuerzas y pusimos rumbo a uno de los famosos miradores del Parque Nacional de Yosemite: Glacier Point.
Seguiremos informando,
Keep in touch bro's!
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Comentarios (8 comentarios)
Silvia Verástegui hace 10 años
¿Cuánto vale la coca cola?
Emma Novoa hace 10 años
comiendo ahí en el aparcamiento, qué cutres, haber ido a las mesas
Carles Najasamed hace 10 años
me encanta el rollo aquí mismo... ¿y por qué no?¿mesas? ¿para qué?
Euge Lennon hace 10 años
las ardillas venden y lo sabes deberias poner mas en los articulos
Javi Olivares hace 10 años
los perros y los gatos tambien, son tan "monosssssssss"
David Esteve Martí hace 10 años
La ardilla fue una más en el picnic.
Javi Olivares hace 10 años
Iba cogiendo las sobras la pobre
Toni Martínez hace 10 años
y la cesta de picnic de toda la vida?