Hostal por la Cara, o Casi
La visita al Lago Tahoe había terminado tras un maravilloso y revitalizante baño como Dios nos trajo al mundo. Se iba el astro madre y había que ir buscando cobijo para pasar la noche. Como ya sabéis por lo que os conté en capítulos anteriores, me uní al Road Trip a Yosemite, en la frontera entre California y Nevada, a última hora y los chicos ya tenían todo preparado, así que había que improvisar.
Esta es una palabra que debería ser guía durante vuestras aventuras viajeras, sea de Erasmus, sea de viaje de fin de semana, escapada romántica, beca de cualquier tipo (aunque últimamente cada vez esto es más difícil), o incluso paseo suficientemente lejos del hogar patrio. El caso es que hay que improvisar. Las experiencias buenas, las que se quedan, las que les cuentas a tus nietos (o a los nietos de otro si eres un anciano triste y solo) son las que tienes cuando improvisas. El día que menos piensa que va a ocurrir algo interesante y de pronto...¡BANG! Plan improvisado.
Mantened esa palabra siempre en mente durante vuestro Erasmus. Improvisación es bien.
El caso es que eso es lo que había decidido, y seguía adelante con la idea. Hasta el momento había ido bien el tema de escapada improvisada a Yosemite. Hasta ahora habíamos cogido un coche más grande para el alquiler, repartido gastos y sin problema (aunque me hubiera tocado el peor asiento, como es justo y necesario si eres el último en unirte a un plan ya montado).
Pero ahora llegaba, amigos, la parte peliaguda. El tema del hotel-hostal-albergue-whatever. Era una habitación específicamente diseñada para cuatro personas, o eso les habían dicho. Y éramos cinco. Five. ¿Qué plan se le ocurrió a mi perversa y maquiavélica mente de malhechor encubierto? Llegar y analizar el asunto in situ (para los de la LOGSE, allí mismo, en el propio lugar).
Así que llegamos a lo que parecía cualquier típico albergue americano, que me recordaba al camping de la en ocasiones tronchante serie televisiva "Me llamo Earl". Podéis ver a qué me refiero en la foto que encabeza el post y está hecha desde la puerta de la que fue nuestra habitación por una noche.
El ambiente era totalmente peliculesco. Faltaba la máquina de hielos en el pasillo con la mano de alguien cortada por algún mafioso dentro, pero por el resto de detalles, clavada. Así que nada, llegamos, yo me escondí en el coche agachado cual ilegal pasando la aduana y ellos hicieron el "check in" con total normalidad. Recuerdo que hubo un momento incómodo cuando le preguntaron a mi colega:
-¿Cuántas toallas?
-Five
-Five? ¿Pero no sois cuatro? (bueno, la mezcla de español e inglés es para que entréis en materia, ellos en realidad estaban hablando íntegramente en inglés, of course)
-Ah... Eh... Sí, sí. Pero ya sabes cómo son las chicas con el tema de las toallas...
-No, no lo sé. ¿Cómo son? -preguntó la encargada con aires de pocos amigos
-Bueno... en fin... es para el gato.
-¿Qué gato? No se admiten animales en este albergue... no habrán venido con un gato. El gato tendrá que dormir en la calle. ¿Han venido con un gato?
-Eh... no, no. Pero algo parecido.
-Señor, no le entiendo. Deberíamos revisar su coche, no podemos permitir que entren animales extraños al albergue, podrían asustar a los demás huéspedes.
-¡NO, NO! No es necesario. Verás es que... hay un cadáver en el maletero y no me gustaría que lo abrieran, emite un hedor muy desagradable...
-Smith, llame a seguridad. Tenemos un dos catorce en el parking.
-¡NO, NO! Era broma mujer haha (allí se ríen con haches, reirse con jotas está visto raro) Cómo sois las americanas... os lo tomáis todo al pie de la letra. ¿Quieres que tomemos un té inglés mañana?
-Soy americana, no británica.
-Ah, cierto... Bueno un té americano entonces. ¿Qué me dices, pe-que-ña? -mi colega dijo esto último con cierto aire de ex-policía corrupto de miami beach, según me contó.
-Le digo que se vaya a su maldita habitación y no meta nada raro dentro. Por la mañana enviaré a Smith a revisarla. Tenga un buen día, si puede.
Y esta fue más o menos la conversacion según me contó más tarde mi colega. Así que por poco me pillan por culpa del gato, o del no gato, o del cadáver. Un lío de pelotas. Pero al final resulta que teníamos la llave, la plaza de parking delante de la puerta y cinco toallas. Better than expected. Cuando llevaba un rato en el coche ya pensaba que me tocaría dormir ahí de extranjis. Pero hubo suerte esta vez.
La habitación era típica de este tipo de hostales de carretera americano, con sus dos camas dobles, mesitas de noche con la luz, la televisión del año en que inventaron el tecnicolor y una antena chumirriada, la biblia en el cajón de la mesita y una pistola con una bala. Lo imprescindible para pasar la noche.
Así que tomamos la decisión más apta, comprar unas cervezas budweiser de las que la chapa-tapón se abre a rosca (super americano bro!) y planificar la tarde-noche y la mañana siguiente, cuando ya llegaríamos al Parque Natural de Yosemite.
Yo invité a las birras por lo bien que había salido el tema del Hostal de carretera (de momento) ya que tocamos a dividir entre cinco en lugar de cuatro y no tuvimos que pedir supletoria y que nos cobraran más ni ninguna movida. Lo que no puedo recordar es el nombre del Hostal, tengo que revisar si tengo alguna foto con el cartelito o algo, cosa que solía hacer, o al menos después de ese viaje empece a hacerlo jaja. Ni tampoco el precio, pero creo que al dividir entre cinco en lugar cuatro salíamos como a unos veinte dolares o menos la noche. Tengo que confirmarlo en el foro. Eso sí, los machos dormimos bien calientes (no porque en la cama adyacente hubiera tres mujeres durmiendo juntas), con eso quiero decir pegaditos uno a otro jajaja.
Aunque hubo algo en mitad de la noche que nos heló el alma a todos. El ambiente americano invitaba a contar historias de terror con una hoguera en la puerta y las cervezas decorando nuestras manos, pero el asunto de la hoguera quedó descartado por esa minucia de que la habitación era de madera y tal. Así que decidimos hacer solo la parte de las historias para no dormir esa noche y las cervezas. Y de alguna extraña manera invocamos algo misterioso esa noche. Tal vez a lnombrarlo, cual Voldemort...
Ya veis en la foto el estilo de albergue guay que era, con sus furgonas con esa suerte de remolque incorporado... La noche trae consigo seres curiosos y de lo más variopintos. Ruidos extraños y... en fin. No digo más.
To be continued...
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Comentarios (12 comentarios)
Carles Najasamed hace 10 años
mola el estilo improvisar! pero de cara a un viaje largo y en el que te gastas mucho dinero... veo mejor planificar!
Alejandro Lopez hace 10 años
Joder pues yo el rollito motel de carretera... increíble! no son tan baratos como cabe pensar pero tipo "Confort Inn" o similares.
Naiara Spain hace 10 años
Estos moteles me recuerdan a las pelis americanas donde se alojan drogadictos o ex-convictos jaja"
Emma Novoa hace 10 años
la conversación en el hostal me ha recordado a una conversación de película de Tarantino, cómo se nota que te gusta xd
Carles Najasamed hace 10 años
drogadictos, ex-convictos, prostifrutas y por supuesto llueve, caen rayos y alguien muere durante la noche
Euge Lennon hace 10 años
lo de las toallas un poco surrealista pero bien
Javi Olivares hace 10 años
"hostal por la cara y otros consejos erasmus" qué grande
David Esteve Martí hace 10 años
Todo lo que sea por la cara siempre viene guay.
Imanol Morales hace 10 años
El mundo es caro!... quien sepa ahorrar (ya sea por lo que sea, por tener cara o lo que sea) que lo aproveche...(sin hacer males mayores ojo)... pero que lo aproveche, ¿que es eso de el mundo es de los ricos?.. el mundo es de los ahorradores de los que saben como cuando y donde ahorrar
Raquel VG hace 10 años
Imanol, estas escuchando los anuncios de la cuenta naranja otra vez?
Raúl Rubio hace 10 años
Mucha cara la tuya..
Toni Martínez hace 10 años
sin hacer males mayores está difícil imanol..