Esto es... ¡Chinatown!
CAPÍTULO OCTAVO
Del buen suceso que el valeroso don Miguel tuvo en la espantable y jamás imaginada aventura de los farolillos chinos, con otros sucesos dignos de felice recordación
En esto, descubrí que faltaba un área básica por visitar de la ciudad. Había oído hablar de ella miles de veces a cientos de personas (exagerando un poquito). Tenía la sensación de conocerla por películas o historias. Pero en absoluto. No sabes lo que es Chinatown hasta que paseas por Chinatown.
Ese día toda la gente de clase habíamos ido a comer juntos a un local que había cerca de la escuela, por el distrito de Tenderloin. Es una zona que nos dijeron que por la noche no era nada recomendable. Una de las noches que tuve que volver a la parada del bus en Market Street supe a qué se referían.
Es acojonante y peliculero ir caminando por la calle y ver cómo el humo sale de las alcantarillas, se escuchan gritos, disparos, gente corriendo y pasos como si te fueran siguiendo (aunque tal vez la mitad de estas cosas sea producto de tu imaginación). En toda mi vida no había visto nada igual con los homeless... había muchos por esa zona. Muchos. Las típicas escenas de películas en que se refugian debajo de un puente con cartones se quedaban bastante cortas. Recuerdo una de las veces tener que bajarme de la acera y caminar por la carretera para no pisarlos. Se dormían (quería pensar que estaban dormidos) en mitad de la acera, en la calle.
Esa noche no paraba de pensar, mirando el humo de las alcantarillas, que si me pasaba algo saldría corriendo hacia ellas, entraría del tirón y empezaría a llamar a las Tortuga Ninja hasta que acudieran a mi rescate. Era poco probable, pero en fin, por probar no pierdes nada ¿no?
Bueno el caso es que fuimos a ese restaurante que he preguntado en el foro pero que nadie recuerda el nombre jajaja. De todas formas no era tampoco muy reseñable. Lo que sí que me llamó la atención más fue que el agua corría por cuenta de la casa. Esto se lleva mucho en los restaurantes californianos. Si pides agua en algunos te traen jarrita con hielo o te sirven ellos y no se paga. En este en concreto te servías tú y podías elegir entre agua normal, agua con un toque de limón o agua con un toque de naranja.
Me chocó por el hecho de que aquí pides agua en un restaurante y te traen una botellita de veinte centilitros que no te da ni para mojarte los labios casi y cuesta dos euros casi. El caso es que allí te servías y eran una especie de depóstios de agua con grifo y rodajas de naranja o limón según la que eligieras.
El menú estuvo bien, yo comí una especie de Lasagna "de la casa". Pero vaya que allí lo más parecido a comida "de la casa" que hay son los perritos calientes. Estaba buena. Dejamos una buena propina (recordad hacer esto siempre que estéis en América), sobre el diez por ciento es lo convenido socialmente. Las camareras (porque suelen ser más chicas que chicos) son súper simpáticas, y con motivos, su sueldo depende en grandísima parte de las propinas así que...
Y aprovechando que estábamos cerca de Lower Nob Hill (que pilla de camino a Chinatown), dimos una vuelta de reconocimiento y entramos a hacer el gamba en algunas tiendas de artículos variados y con aires asiáticos o simplemente del Este, dejémoslo ahí.
Y cuando nos cansamos de hacer el tonto y las dependientas de las tiendas se cansaron de dar vueltas detrás de nosotros mientras mirábamos despreocupadamente para acabar no comprando nada, pusimos rumbo a Chinatown.
¿No es genial cuando vas a un bazar chino o a una tienda de estas y no paran de perseguirte como dando por hecho que algo vas a robar tarde o temprano? Yo una vez hice la prueba. Di una vuelta mientras veía de reojo a la dependienta seguirme. Pero al final de una estantería en la sección de libretas y diarios infantiles para niñas hice un habilidoso gesto con el que giré de manera acróbata mientras ganaba unos metros en la sección de sartenes y utensilios de cocina. Aquello confundió a la dependienta, pero se confundió aún más cuando aparecí detrás de ella y le seguía.
Era como jugar a la serpiente. Ella intentaba seguirme a mí, pero no podía porque era yo el que le seguía a ella. Al final el dueño vino y me dijo que a qué cojones estaba jugando (bueno no sé si me dijo eso exactamente, pero me gritó algo en chino que no llegué a entender con cara de pocos amgios; seguro que fue algo parecido).
El caso es que allí estás en Estados Unidos. Y ya sabes cómo va el tema. No se puede andar con tonterías con los dependientes. Y menos en Chinatown. Allí tienen pistolas como el que tiene una Game Boy. Allí por probarte un gorro sin permiso te puedes llevar un tiro. Es más, como mires mal a un dependiente te puedes llevar un tiro. Una vez intenté regatear y me dijo: -O pagas lo que vale o te pego un tiro (bueno no sé, me dijo algo en chino y negaba con la cabeza, pero seguro que fue eso). El caso es que acojona.
Una vez entras en el barrio en sí, en Chinatown, hay un ambiente genial. Todo es colorido. Hay muchísima gente, muchas frutas y verduras por la calle y montones y montones de tiendas-trampa para turistas.
Pero lo que más me llamó la atención fue una especie de espectáculo especial que había por la calle. Era una especie de exhibición de Kung Fu. El tema parecía ser el culto oriental hacia el dragón chino. Como sabéis el dragón es un ser mitológico de China y otras culturas asiáticas y lo veneran y respetan como tal. El dragón típico que forman para los desfiles con un montón de gente coordinada debajo tiene partes de distintos animales: ojos de langosta, cuernos de unicornio, boca de buey, nariz y bigotes de perro, melena de león, cola de serpiente, escamas de pez y las garras de águila. Y tiene colores muy llamativos, en los que suele predominar el amarillo y el rojo. Además los alumnos de la escuela o lo que fuera que organizaba esto se lo tomaban muy en serio.
Hicieron un par de combates de exhibición... aunque no sé muy bien qué concepto de exhibición tienen en la cultura oriental. Vamos que se repartían unos palos importantes. Y no usaban ningún tipo de protección. O era un teatro con movimientos muy bien coordinados (como el timo ese del pressing-catch) o verdaderamente los que salían a exhibirse en combate estaban hechos de una pasta más dura de lo normal.
Partían tablas de madera sólidas con la mano, con el pie, con la rodilla e incluso con la cabeza. Uno de los maestros (o eso me pareció por el cinturón y las maneras que tenía), partió un bloque de madera sólido con la punta de los dedos. Con la mano estirada atravesó el panel de madera de unos dos centímetros pasando la mano en línea recta... me dolieron los dedos hasta a mí que sólo lo estaba viendo.
Después trató de explicar mediante gestos a uno de sus alumnos el movimiento de "látigo" que había hecho girando la mano para dar como más potencia al golpe. El alumno parecía muy concentrado, pero trató de hacerlo con un tablón más fino y no pudo romperlo. No sé si formaba parte del show y todo era un poco de exhibición y humor o no. Pero a la gente le gustó mucho, desde luego. Después pasaron una especie de cesta artesanal muy chula para donativos. Supuse que para mantener la escuela o no lo sé. No entendía mucho de lo que decían. Aunque hablaban en inglés tenian un acento muy fuerte.
Es muy espectacular ver cómo ese montón de gente se junta y se coordina para un espectáculo visual de ese calibre. La verdad es que pasear por las calles de Chinatown viendo todo aquello fue un auténtico placer.
Sabías que estabas en San Francisco porque con llegar al final de la calle aparecías en el Financial District o en Jackson Square. Pero por momentos parecía realmente que estabas en una ciudad totalmente distinta. Una vez más la manera que tiene San Francisco de integrar todas las culturas y ambientes es mágica.
Cuando crucas las calles Grant Avenue y Bush Street y accedes a esta exótica parte de la ciudad es como abrir las puertas de un parque de atracciones oriental. Los restaurantes, los mercados, algunos museos y templos... todos con ese montón de luces y con los tejados con sus peculiares formas y las farolas, farolillos y banderas que cuelgan de las ventanas todos los días del año...
Además el Chinatown de San Francisco es el barrio chino más grande de toda América del Norte, por lo que tienes sitio para perderte, encontrarte y descubrir peculiares maravillas y exóticos olores y sabores.
Así que recomiendo el paseo por sus calles (y recomendaría perderse, aunque suene poco ético jajaja) Yo me perdí, pero era de noche y no tenía tanta gracia. Eso sí, precioso. Pero mejor sabiendo dónde estás o yendo con alguien que lo sepa si puede ser.
Pronto más y mejor, Powodzenia!
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Comentarios (18 comentarios)
Silvia Verástegui hace 10 años
jajaja a las Tortuga Ninja!
Naiara Spain hace 10 años
Es curioso que haya tantos 'Chinatowns' por el mundo, ¿verdad? :P
Alejandro Lopez hace 10 años
Mendigos en la calle. Fue lo que más me sorprendió de EEUU. A priori puedes pensar que ir por New York, por sus estaciones de tren o de metro puede ser como ir por el Metro de Madrid o Barcelona, pero nada más lejos de la realidad. Está sucio, encuentras personajes entrañables o peligrosillos, y mil bagabundos que lamentablemente no tienen otro lugar donde pasar el día. También me recuerda mucho a lo que sentí cuando vi que a pesar de que todo es caro, las jarras de agua no faltan, antes de pedir nada, mientras decides lo que vas a beber y comer, te van trayendo agua (a veces con limon) lo cual es un detalle que en España no se ve
Félix Feligrés hace 10 años
@Silvia sí, todo muy auténtico... más de una noche pensé en bajar con una pizza por una de esas... pero me acojoné pensando en las ratas del tamaño de perros que se veían por la noche de vez en cuando jajaja
Félix Feligrés hace 10 años
@Naiara True story! Pero bien es cierto que este es uno de los barrios chinos más grandes... (supongo que en China habrá barrios chinos más grandes... claro... ba dum tss! )
Félix Feligrés hace 10 años
@Alex por New York no lo sé aún (aunque quiero comprobarlo), pero desde luego en San Francisco había muchísimos... y sí, el metro no es como aquí. Da bastante yuyu a determinadas horas. Lo del agua en los restaurantes debería ser igual around the world... pero bueno... aquí tenemos una cultura hostelera buena en cuanto calidad de los productos pero en cuanto al servicio... depende y mucho de dónde vayas... El sur gana!!
Carles Najasamed hace 10 años
hay tantos chinos... a mi no me extraña que monten sus "ciudades"
Agustín Moreno hace 10 años
Pasaste por Rusia? jaja
Javier Rosello Fuster hace 10 años
Tienen en todos los países
Emma Novoa hace 10 años
Me encantan los barrios chinos, hay de todo... en Valencia también hay uno pero mucho más pequeño que el que describes desde luego
Euge Lennon hace 10 años
primo ese gorro chino chino no es ¬¬
Javi Olivares hace 10 años
yo apoyo a Agustín, parece típico ruso
Miriam Pericas hace 10 años
lo mismo está en Rusia que en China...
David Esteve Martí hace 10 años
Chinatown hay hasta en mi pueblo.
Toni Martínez hace 10 años
me han dado ganas de comelme un lollito de plimavela
Naiara Vidal hace 10 años
jajajaja viste a una Espe Polaca?
Raquel VG hace 10 años
Ningún pueblo es pueblo sin su parte china, NINGUNO, he dicho.
Raúl Rubio hace 10 años
Espero que no vieses a ninguna Espe polaca.