Clipper Card Brother!

CAPÍTULO DÉCIMO

De lo que más le avino a don Valera con la Clipper Card y del peligro en que se vio en Lombard Street.

Ya en este tiempo se había levantado nuestro joven hidalgo, algo maltratado por el colchón cuando quiso emprender el nuevo día.

El camino a la escuela fue un poco diferente. Ya era el cuarto día en San Francisco y teníamos nuestro primer examen, como cada jueves (porque los viernes tocaban "Workshops", que eran como juegos en grupo o actividades especiales con muchos alumnos implicados, os contaré uno que hicimos sobre The Beatles muy interesante). 

Ese día tocaba examen. Pero vamos, hace años, casi siglos, que no recuerdo tener nervios por un examen. Creo que la última vez que tuve de eso fue en algún examen de primero o segundo de la ESO. Llegué a un estado de lucidez al respecto cuando tenía la tierna edad de trece o catorce años. Por aquel entonces ya comprendí que lo importante no era tanto el resultado del examen en sí, como lo que sentías haber aprendido estudiando o durante el curso (porque a veces apenas era necesario estudiar si habías acudido a clase y habiás hecho los ejercicios día a día, cosa que rara vez ocurría).

Pero gracias a nuestro genial sistema educativo, en el que son premiados los resultados de un papel y no el progreso continuo y elaborado del alumno, como debería ser. Ocurre que las becas y los beneficios se los suelen llevar loros-repetidores con poca habilidad para retener la información más de los dos días que tardan en vomitarla en el examen. Este tipo de gente que estudia una semana antes, se sabe el temario de memoria sin entender nada, lo vomita en el examen y dos días después sigue sabiendo lo mismo de la matería que el primer día (nada) con la diferencia de que ahora tiene un notable en el examen y no recuerda un carajo. El perfil de persona con un alto grado de ansiedad en época de exámenes, que se mete ciclos de once horas de biblioteca (totalmente innecesarios para sacar buenas notas, os lo aseguro), y deja de lado toda su vida social por subir una décima la media. 

Así nos va. Aquí va un consejo de ex-estudiante a estudiantes:

CONSEJO DE LICENCIADO:

Más tarde llegará un momento en tu vida en que entiendas que la época de estudiante ha sido la mejor época que has vivido. Y si te la pasaste agobiado en mayo por los exámenes de junio, en verano por los de septiembre y en noviembre (e incluso durante las navidaades) por los de enero, déjame decirte que la has cagado. Así que no te estreses. Don't worry be happy!

Estudia cuando tengas que estudiar. Trabaja en el día a día, que es como realmente se aprende. Sobre todo si estamos hablando de aprender un idioma. Trabajarlo día a día y practicarlo.

Pero no dejes totalmente de lado tu vida social durante semanas por sacar una décima más en un examen que al final es lo único que es, un examen. Elige siempre una experiencia vital que marcará tu vida (como un viaje con los colegas) antes que los exámenes (siempre siendo responsable, por supuesto. Pero sé de gente que no hizo viajes espectaculares o no fue a fiestas de cumpleaños de amigos sólo por sacar un poco más de nota en un examen y ahora se arrepienten muchísimo). 

El caso es que yo dejé esa época muy atrás en mi vida. Así que para mí desde entonces los exámenes han sido puro trámite. He estudiado cuando he tenido que estudiar, pero nunca pegándome palizas de biblioteca ni dejando de lado mi vida socal. Y no me arrepiento en absoluto. Tengo una media decente de notable alto que tamopco me sirve para encontrar trabajo. Pero tengo amigas que sí han pasado cinco años agobiándose y no disfrutando de su tiempo como estudiantes. ¿Qué tienen ahora? Algo más de media (no mucho), muchas menos experiencias y posibilidades laborales cero. Las mismas que yo. Las mismas que la mayoría de licenciados y graduados hoy en día en España.

Pero bueno, por eso estaba yo en California. Para aprender inglés y preparar un futuro mejor. Hice el examen con total tranquilidad y me informé sobre la Clipper Card. Básica si vais a pasar un mes en San Francisco. Se trata de una tarjeta que se usa para pagar los buses, tranvías, metros, etc. Dependiendo de la tarifa que escojas.

Salió el verano de 2010 y ahora ya es de uso común por allí. Puedes obtenerla en cualquier supermercado dando un email y no recuerdo si había que dar también el número del pasaporte. Yo elegí la tarifa que incluía el transporte MUNI (tranvías, buses y cable car) pero sin BART (el metro). No me salía a cuenta porque no necesitaba coger metros así que...

Me costó 62$ y tenía valor de un mes. Creo que ahora cuesta algo más... pero si os vais a mover mucho por la ciudad desde luego sale a cuenta en lugar de pagar las tarifas individuales por viaje. Además de que os sirve incluso para el típico viaje en el cable-car de las películas americanas bajando las colinas hasta el Pier 39. Aunque eso sí, de la cola de hora y pico no os libráis jajaja

El caso es que tú la pides por ejemplo mientras compras el pan y la pagas en el supermercado. Luego hay máquinas para recargarlas hasta un importe máximo de 300$. 

Acabo de revisar las tarifas actuales y están así:

• SÓLO MUNI (buses, tranvías, cable-car) : 66$ Adulto, 23$ jóvenes (5 a 17), mayores (+65) o discapacitados. Gratis para menores de cuatro años.
• MUNI + SF BART (buses, tranvías, cable-car y metro también incluído): 76$ todo el mundo.

*Un dato importante es que la validez es mensual por mes de calendario. Esto quiere decir que si la compras el 15 de enero, te servirá hasta el 31 de enero, no hasta el 15 de febrero. Recordad eso, la Clipper Card es válida por mes de calendario.

También otra recomendación es que no la vayáis sacando de la cartera cada vez que tengáis que pasarla por el detector. Por ejemplo al subir al bus, yo pasaba la cartera por el detector y al funcionar con chip electrónico la detecta, da el pitido y ya está. Así os ahorráis tener que estar abriendo la cartera en público o llevarla suelta y que se os acabe perdiendo (o peor aun, que os la acaben quitando). 

Para los transbordos simplemente hay que volver a pasar la tarjeta como si fuera el primer transporte que coges. Ella sola hará luego el descuento si es un transbordo (qué tecnologías inteligentes ¿verdad?).

*Otro dato importante. Si tú has pagado una Clipper Card puedes usarla únicamente tú (bueno, o dejársela a alguien, pero si tú no vas). Quiero decir, que si vais dos personas cada una debe llevar su propia Clipper Card. No es como la tarjeta del metro de Valencia por ejemplo, que funciona por viajes y puedes gastarlos para que suba un amigo. La Clipper es personal. Transferible, pero sólo utilizable una vez por pasajero.

*Último dato que creo que es de interés. Cuando dejes el país, regálale la Clipper a alguien que se quede. Yo se la dejé a algún alumno de la escuela. Porque recargarla es más barato y porque no te devuelven el dinero que te queda en la Clipper. Te lo pueden devolver, pero hay que hacer un procedimiento y pagar cinco dólares y esperar no sé cuánto tiempo, así que no renta por diez dólares hacer todo eso.

Hace poco, según reveló el SF Examiner, por un error de oficina se revelaron las cuentas de email de 1764 usuarios de la Clipper Card. Por esto, y en viendo que a mí no me llegó nada al email. Si os piden un email os sugiero que déis uno que no useis mucho o en el que no tengáis información delicada. 

Y llegamos al primer uso que le di a mi recién obtenida Clipper Card. Decidí estrenarla cogiendo uno de los Cable Car típicos de las películas para bajar (o subir más bien) a la archiconocida y portada de mayoría de postales, Lombard Street.

Para llegar a Lombard Street, que está en North Beach, hay que coger la línea Powell-Hyde. La calle en sí, la que veis en la foto, está situada entre Hyde St. y Leavenworth St. 

Es conocida como la calle más empinada de San Francisco. Pero no lo es. Curiosidades viajeras jajaja. 

Así que allí que fui. Y no contento con hacerme la foto de postureo (muy mala por cierto porque no se ve la calle... pero bueno). Bajé por el caminito que sesea entre las florecillas. Porque no os penséis que esa calle es postureo. Son garajes de casas particulares, y está hecha así por la pendiente, que es de cuarenta grados de inclinación. Ya me diréis.

Yo bajé entre andando y corriendo (iba yo andando tan tranquilo pensando que por allí no bajarían muchos coches, por qué iban a elegir precisamente esa calle...) bueno pues me equivocaba. Y es que cada día cientos de turistas van a ver la famosa calle de San Francisco. Pero el tema es un poco más jodido que eso. Hay algunos que alquilan coches o van en coches de alquiler haciendo una ruta por la costa californiana y buscan a propósito esa calle para bajar por ella en coche jajaja

Así que pasan más coches de los que la lógica te diría que pasan. En fin, que para no molestar mucho a los coches a mitad de camino hice un poco de carrera en pendiente mientras algún desesperado todavía me pitaba (y eso que seguramente podía bajar yo más rápido corriendo que él con el coche si no quería golpearle los bajos), el caso es que al bajar y ver los coches me quedé yo mismo con las ganas de bajar en coche, tiene que estar bien con semejante pendiente. Como una atracción de feria gratis casi casi.

Y así fue el primer uso que le di a la Clipper Card... pero desde luego no el último... uno de tantos simplemente muahahaha...

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