Visitando los siete lagos de Rila
Hay muchos sitios en Bulgaria de los que te enamorarás y los siete lagos de Rila es uno de ellos. Estos lagos están a 2000 metros por encima del nivel del mar en la montaña Rila y son uno de los lugares emblemáticos más visitados de mi país. No sólo eso, sino que es uno de esos sitios impresionantes en los que te quieres quedar para siempre.
Cada uno de los lagos recibe el nombre que se corresponde con sus características. El Lago de Abajo es el que se encuentra a menos altitud de todos y está situado justo al lado de la cabaña de los lagos de Rila. Después está el Lago de los Peces, uno de los menos profundos de todos. A continuación está el lago Trébol, que tiene forma de trébol. El lago Gemelo es el siguiente y está formado por dos lagos que están unidos por una canal de agua. El lago Riñón es uno de los más conocidos, ya que es el más grande y tiene la forma exacta de un riñón, lo cual es fascinante. Más adelante está el lago Ojo, uno de los más bonitos. Por último está el lago Lágrima, el cual tiene el agua tan cristalina que incluso puedes ver el fondo.
¿Cómo llegar a los siete lagos de Rila?
No es tan difícil llegar a los siete lagos de Rila, sobre todo si puedes ir en coche. El viaje desde Sofía hasta la cabaña Pionerska dura unas dos horas. Una vez ahí tendrás que aparcar el coche en algún lugar y subir en telesilla o ascender por el sendero hasta los lagos.
La otra manera de llegar es cogiendo un autobús en Sofía hasta la ciudad de Sapareva Banya. El billete de autobús hacia Sapareva Banya se compra en la estación de autobuses en Ocvha Kupel. El billete cuesta 10 leva o 5 euros y el autobús sale todos los días a las 14h. En Sapareva Banya puedes coger un minibús que lleva a los lagos y que pasa cada dos horas. Sin embargo, se tarda mucho en ir a los lagos en autobús y no es muy seguro, así que te recomendaría alquilar un coche o ir con un amigo que tenga uno para tener tiempo de sobra para visitar los lagos.
¿Cómo es el tiempo en una de las montañas más altas de Bulgaria y qué llevarte?
El tiempo en la montaña de Rila es bastante impredecible, por eso todo el que suba debería estar bien preparado. Normalmente cuando voy siempre llevo ropa abrigada en la mochila para no tener frío ya que, aunque haga sol, puede hacer bastante frío y haber bastante viento. Siempre me pongo protector solar porque tengo la piel pálida y me quemo con facilidad ahí arriba. También me pongo una gorra para estar aún más protegida. Nunca se me olvida llevar, al menos, un litro de agua y comida para los descansos durante la caminata.
Mi viaje a los siete lagos de Rila
Mi viaje a los siete lagos de Rila empezó pronto por la mañana, cuando mis dos amigas y yo decidimos visitar este bonito sitio de Bulgaria. Viajamos durante unas dos horas por tranquilos bosques hasta que llegamos a la cabaña Pionerska, dónde decidimos subir en telesilla hasta la cabaña de los lagos de Rila. El precio del billete es de 18 leva, unos 9 euros, y es un billete de ida y vuelta. Éste se compra en una caseta de madera que está unos metros antes que el telesilla. Después tuvimos que esperar en la cola para poder subirnos.
Cuando llegó nuestro turno tuvimos que saltar literalmente a los asientos del telesilla para poder proseguir con el trayecto hacia la cabaña de los lagos de Rila. Mi recomendación es tener mucho cuidado al hacerlo, ya que es posible que te caigas.
A lo que iba, el telesilla nos iba subiendo lentamente por la montaña y pudimos ver todo lo que nos rodeaba, incluso la ruta de senderismo que pasaba casi justo debajo del telesilla. Finalmente vimos la cabaña de los lagos de Rila, que está construida sobre una pequeña meseta justo antes de los senderos hacia los lagos de Rila. Nos bajamos y necesitamos un momento para decidir qué ruta de senderismo escoger, ya que hay dos opciones. Una de las opciones es tomar el sendero más empinado que te lleva a una cima desde la cuál se puede ver el Lago de Abajo y el Lago de los Peces desde arriba. La otra opción es tomar el sendero normal que se acerca más a esos dos lagos. Decidimos tomar el sendero más empinado por el que había que ascender más, pero cada gota de sudor del camino mereció la pena.
Finalmente llegamos a la cima de la colina desde dónde tuvimos que caminar un poco antes de ver las preciosas vistas de los lagos que se encontraban debajo, el Lago de Abajo y el Lago de los Peces. Desde ese punto también podíamos ver el resto de la ruta que se expandía por todas partes llevando a otros sitios bonitos, así como muchas cimas de montañas.
Después continuamos hacia delante hasta que llegamos al lago Riñón, dónde decidimos hacer un descanso tras casi dos horas de senderismo. Así que nos tumbamos en la hierba de alrededor del lago y disfrutamos la tranquilidad que ofrecía ese sitio. Desde ese punto podíamos ver el lago Gemelo, que se encontraba lejos de nosotras pero parecía bastante grande y tranquilo, ya que no había demasiada gente andando a su alrededor. Después de un rato hicimos un pícnic con toda la comida que teníamos y, tras descansar un poco, continuamos nuestro camino.
Sinceramente, tomarnos un descanso antes de ir al siguiente lago, el Ojo, fue la mejor decisión que pudimos tomar, ya que había que subir mucho para llegar hasta él. Mientras subíamos por las colinas que se encontraban delante de nosotras vimos muchas cascadas resultantes de la nieve que se estaba derritiendo debido al verano. Sin embargo, tuvimos que ser extremadamente cuidadosas, ya que ascender por el estrecho camino no era una tarea fácil y requería mucha atención, sobre todo habiendo tanta gente pasando por él.
Finalmente, llegamos al lago Ojo, dónde hicimos otro descanso y paseamos para poder verlo mejor. El Ojo es el lago más bonito de todos los del Parque Nacional de Rila. Tenía el agua cristalina e, incluso durante el verano, tenía nieve a su alrededor. Además de eso, no había mucha gente, por lo que era uno de los menos abarrotados y más apacibles del parque nacional.
Por último, ascendimos hasta el último lago, el lago Lágrima, conocido por sus aguas tan cristalinas que se puede ver el fondo. ¡Totalmente cautivador! Sin embargo, no nos quedamos durante mucho tiempo, ya que el tiempo empezó a cambiar y había muchas nubes que cubrían el lugar impidiendo que la luz del sol llegara a la superficie. Así que, como empezó a hacer bastante frío, decidimos proseguir nuestra lenta marcha hacia el telesilla. Esta vez escogimos el camino que no tenía subidas y que pasaba más cerca de los lagos. De esa manera, cuando llegamos la meseta situada después del lago Ojo nos dirigimos hacia la izquierda y continuamos por el sendero que llevaba el lago Gemelo. Desde ahí continuamos recto, dónde nos encontramos una pequeña casa con muchas pequeñas flores moradas que la rodeaban. Parecía una antigua cabaña que no se utilizaba desde hacía muchos años, ya que en ese momento no estaba habitada.
Bajando un poco más llegamos al lago Trébol y al Lago de Abajo, que quedaban de camino a la cabaña de los lagos de Rila. Nos subimos al telesilla casi al atardecer y nos llevó hasta la cabaña Pionerska, donde nos subimos al coche y nos fuimos a casa.
He ido a los siete lagos de Rila unas cuantas veces y todas ellas han sido experiencias increíbles. Sinceramente, esta es una de las gemas vírgenes de Bulgaria que te dejará sin aliento y te hará sentir revitalizado y feliz. Por ese motivo te recomiendo que vayas a visitar ese mágico paraje natural en la parte sur de Bulgaria. ¡No te arrepentirás, te lo prometo!
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