Regensburg, mi segunda casa

Estuve de erasmus durante el curso 2017-2018, y puedo decir que ha sido, sin duda alguna, el mejor año de mi vida. 

Llegué a Regensburg el 3 de septiembre, sola y muy asustada, ya que nunca antes había viajado sola, pero me fui el 27 de julio de 2018 con el móvil lleno de contactos y una experiencia que jamás olvidaré.

Al principio todo parece muy complicado, cómo llegar a la universidad, el idioma, la comida... Pero en menos de dos semanas te sientes como en casa. Yo hice un curso de alemán antes de empezar el semestre, lo que me vino genial para hacer amigos. Organizaban actividades todos los días de la semana, y los sábados hubo excursiones para conocer los alrededores de la ciudad (fuimos a ciudades como Bamberg y Passau, que son hermosas). En ese mes hice amigos de todos sitios, con los que sigo hablando a día de hoy. 

Sin embargo, cuando el resto de alumnos (erasmus y alemanes) llega en octubre, no nos relacionamos con ellos, pues dejan de organizar estas actividades para que nos conozcamos todos, lo que me parece un poco tonto. El punto es que tratemos con cuanta más gente, mejor. Afortunadamente, yo conocí a gente muy especial gracias a una amiga mía que vino en octubre y tuvo la genial idea de que nos apuntásemos al gimnasio de la universidad, que por cierto, es muy barato. Estas personas lo son todo para mí a día de hoy, y son de diferentes partes del mundo, desde China hasta Brasil pasando por Finlandia y la Reública Checa.

Aunque no lo parezca, los alemanes saben organizar fiestas muy buenas. A diferencia de en España, la entrada a las discotecas son gratis, y si hay que pagar, es muy barato si enseñas el carné de estudiante. Lo máximo que he pagado por entrar han sido 7€ con dos consumiciones. Además, la mayoría de las residencias organizan una especie de fiesta una vez a la semana, a la que llaman Bar Abend. No os podéis perder las de los miércoles en Hiltnerheim, que son las mejores. A veces hacen que sea una noche temática, y hay que ir en pijama, de deporte, o muy arreglado. La cerveza y los chupitos están genial.

La comida alemana no es lo mejor del mundo si te toca cocinar y no tienes mucha experiencia, pero siempre puedes cocinar pasta, filetes y tortilla e ir al mensa, que es la cafetería de la universidad, donde ponen cada día 3 o 4 platos distintos, y siempre hay uno vegetariano. Están muy bien de precio y está bastante bueno. Yo comía allí siempre, eso sí en horario alemán, lo que significa comer entre las 11 y las 13. También puedes disfrutar de una buenísima hamburguesa en Hans in Gluck o de una de las mejores pizzas en L'Osteria.

Las clases son de 1h 30 min, aunque en el horario ponga que son dos horas. Casi siempre dejan 15 min de descanso entre clase y clase, para que te de tiempo de llegar a su hora o de comer algo. Así que digamos que si pone que tienes clase de 14-16 y de 16-18, tendrás clase de 14:15-15:45 y de 16:15-17:45. Yo solía comer algo en esa media hora de descanso.

Regensburg está lleno de parques y cosas por hacer aunque parezca muy pequeño. Tiene unos paisajes muy bonitos en mi opinión. Los árboles se vuelven rojos, naranjas y amarillos en otoño, cosa que nunca había visto en el sur de España. Luego es verdad que en octubre llueve tanto que es difícil ver el sol, pero luego bajan las temperaturas y llega la nieve, que hace que la ciudad tenga un encanto distinto al resto. Finalmente, se acerca el deseado calor, que puede llegas a los 30 grados en junio y julio.

Yo no paraba de hacer cosas. En Arcaden, el centro comercial, vas a encontrar de todo. Si no, puedes ir a galería Kaufhof, que es como un Corte Inglés, pero un poco más caro. También está el cine, donde hay películas en versión original. Además, hay bares, muchos bares, donde puedes beber cerveza de todo tipos, jugar al futbolín, y al billar solo en sitios concretos, pero con muy buenas mesas. En mi opinión, los mejores bares con el mejor ambiente son los que están escondidos, ya que muestran la verdadera Baviera. Y si quieres aún más cerveza, puedes ir al Oktoberfesten Múnich o al Dult en Regensburg, que suele ser en septiembre y mayo. Eso sí, prepara la cartera, porque es muy caro, pero merece la pena. 

Yo no me perdí ni una fiesta, estudié bastante, viajé por precios muy baratos (10€ a Polonia en avión) e hice muchos amigos. Ha sido, sin duda alguna, la mejor experiencia de mi vida, y volvería a repetirla un millón de veces más si pudiera. Gracias a Regensburg encontré el amor, a mis verdaderos amigos e incluso a mí misma. A lo mejor te puede pasar a ti también si vas, ¿quién sabe?