Milford Sound

El título ya lo dice todo, pero, solo por si acaso, voy a aclarar que en este post seguiré alabando la belleza natural de Nueva Zelanda. Durante este viaje por la Isla Sur de Nueva Zelanda, acampamos en las afueras de la ciudad de Queenstown, como ya os conté en el post anterior donde hablaba del pequeño asentamiento de Glenorchy. Todo el mundo nos había aconsejado que debíamos visitar Milford Sound y pasar allí el día.

Así que, seguimos sus consejos y decidimos hacer una excursión por Milford Sound durante nuestro último día en Queenstown, antes de dirigirnos hacia Auckland. Como el estudiante que da consejos a otros estudiantes que soy, os advierto que, si os vais de vacaciones, deberíais haceros a la idea de que vais a gastar más dinero del que tenéis pensado gastar. Por ejemplo, Milford Sound fue el viaje donde más dinero gastamos de todos los viajes que hicimos por Nueva Zelanda. Pero os aseguro que valió la pena. Hay muchas manera de desplazarse hasta esta zona, pero nosotros optamos por el autobús. Tardaréis en llegar entre tres y cuatro horas, y el mismo tiempo en el trayecto de vuelta. El autobús es la opción más barata, y, en mi opinión, también es la mejor alternativa si contáis con mucho tiempo. Puede que os parezca que un trayecto en bus es muy largo y pesado, pero hay mucho que ver a lo largo del camino. El precio de los billetes puede variar dependiendo de cuándo y dónde los compréis, así que es mejor preguntar primero, y puede que gracias a esto ahorréis algo de dinero.

Nos levantamos temprano, muy temprano. El autobús nos recogió en la puerta de nuestro hotel en Queenstown, ya que era un plus que venía en el paquete del viaje. Fuimos los primeros en montarnos, ¡así que pudimos escoger los mejores asientos! Salimos de Queenstown alrededor de la 6 de la mañana, después de haber recogido a los demás pasajeros que harían el tour con nosotros.

Después de dos horas en la carretera, llegamos a un pequeño pueblo. No recuerdo el nombre del pueblo, pero solo fue una pequeña parada para estirar las piernas y comer algo. Era muy temprano todavía, así muchas de las tiendas y de los restaurantes aun estaban cerrados. La mayoría del grupo optó por comerse un sándwich que compraron en un supermercado cercano, pero nosotros decidimos ser más aventureros y recorrimos el pueblo hasta encontrar una tienda donde vendían empanadas. Teníamos mucha hambre y el olor de las empanadas era delicioso. Comimos rápidamente, nos compramos un café y corrimos de vuelta al autobús. ¡Pero os aseguro que aquellas empanadas estaban riquísimas!

Durante nuestro viaje por carretera, comprobamos que el paisaje era sin duda alguna digno de ser fotografiado. En muchas ocasiones nos quedamos boquiabiertos, sin dar crédito a lo que veían nuestros ojos. Se me ha olvidado mencionar que el conductor del autobús nos entretuvo mucho durante toda la ruta. Se había criado en la zona y había estado disfrutando de las maravillas de Milford Sound durante toda su vida. Sabía mucho a cerca del lugar, muchos datos interesantes y muchos detalles, y nos transmitió todos sus conocimientos. Fue genial escuchar estás historias de boca de un autóctono.

Milford Sound es un lugar digno de admirar. Cuenta con una historia muy rica que se remonta a cientos de años atrás, pero todo está tan bien conservado que parece que el tiempo se ha detenido. Dimos un paseo en lancha y navegamos hasta la desembocadura del fiordo, donde nos encontramos rodeados de agua hasta donde alcanza la vista. El paseo en lancha duró solo una hora, pero disfrutamos cada minuto. También pudimos explorar los parajes naturales de la zona y ver muchas criaturas marinas. Si todavía no os sentís atraídos por este lugar, dejadme contaros en detalle todo lo que vimos. En primer lugar, oteamos un grupo de focas tomando el sol en una pequeña playa situada justo al lado de una enorme formación rocosa. Pudimos acercarnos mucho con la lancha, pero nos quedamos a una distancia segura, no os preocupéis. Aun así, llegamos a verlas desde muy cerca, y pudimos apreciar su hábitat natural. Estas focas son muy simpáticas y no extrañan el contacto humano. Algunas de ellas eran tan juguetonas que incluso nadaron hasta nuestro bote. ¡Eran preciosas! Además, llegamos a ver a otro mamífero marino en plena naturaleza (mucho mejor que verlos en el zoo o el acuario). Se trata de ¡delfines! Si, no estoy bromeando, estaban por todas partes. Cuando nos alejamos un poco más de la costa, un grupo de delfines comenzó a jugar alrededor de nuestra lancha y ¡nos saludaron con las aletas! ¡Qué monada! Al principio, pensé que había perdido la oportunidad de capturar ese momento tan especial porque no llevaba el móvil conmigo, pero hicieron este truco tantas veces que quedó grabado en mi retina. Imaginad a un grupo de delfines saltando alegremente rodeados de kilómetros y kilómetros de mar abierto, en su hábitat natural. Esto es algo que jamás podréis ver en un acuario o un parque acuático. Sin mencionar que la brisa, el mar, la vegetación y las montañas que nos rodeaban son algo que no tienen precio. Sentimos mucha envidia de la gente que vive en esta zona, ellos pueden disfrutar de estas maravillas todos los días.

Como me pasó con Glenorchy, realmente no soy capaz de expresar con palabras lo bonito que es este lugar, así que será mejor que os deje algunas fotos por aquí y lo comprobéis vosotros por vuestra cuenta. Los paisajes de Milford Sound y las fotos que podréis conseguir gracias a ellos simplemente no tienen precedente. Os recomiendo que llevéis vuestras cámaras y vuestros móviles con las baterías bien cargadas. Como el viaje en autobús es muy largo, puede que os apetezca escuchar algo de música, jugar a algún juego o simplemente ver algún vídeo en vuestro móvil. Pero, hagáis lo que hagáis, aseguraos de tener suficiente batería cuando lleguéis a vuestro destino. Hablando del viaje en bus, antes de contratar cualquier paquete, preguntad en la recepción de vuestro hotel, investigad un poco las opciones que se os ofrecen y aseguraos de elegir rápido, ¡si no os quedaréis sin viaje! Pero, en definitiva, estos parajes os dejarán sin respiración. Todo lo que puedo decir es que Milford Sound es un lugar mágico.

Por último, os aconsejo que llevéis vuestra propia comida y cosas para picotear. A pesar de que se hacen varias paradas donde podréis comprar comida, no hay mucho donde elegir. Como pasaréis el día entero en Milford Sound, abasteceos bien, lo necesitaréis después. Hay pequeños supermercados por todo Queenstown donde podréis comprar víveres el día anterior, os lo recomiendo. Y, si queréis terminar el día disfrutando de una buena cena cuando regreséis al hotel, echad un vistazo al post que escribí sobre un bar excelente de la ciudad.

Si os ha gustado el contenido de este post, o simplemente os gustaría ver algunas de las fotos que hice durante mis aventuras en Nueva Zelanda, no dudéis en echar un vistazo a mi Instagram: oat93. ¡Hasta pronto!