3 lugares que no te puedes perder de los alrededores de Pula

¡Hola a tod@s!

Sé que ya os he hablado bastante sobre Pula, mi ciudad Erasmus, pero todavía me queda hablaros de otros dos lugares situados más a las afueras de la ciudad pero a los que se puede acceder perfectamente en coche o autobús. He querido hablaros también de un tercero que se trata de una isla muy cercana a la ciudad que, aunque lo incluyo como "lugar que no os podéis perder", lo cierto es que mi experiencia no fue del todo buena, ahora mismo os cuento porqué.

Aunque no suelen aparecer en las guías ni blogs de viajes (de hecho los he descubierto casi por casualidad) son lugares imprescindibles si visitáis Pula.

Fort Punta Christo

Para llegar a Fort Punta Christo hay que coger un autobús hacia Stinjan y desde allí ir andando durante unos 20-30 minutos. También se puede ir en coche y aparcar no muy lejos, a unos 10 minutos andando más  o menos.

Esta fortaleza, situada en una pequeña península, fue construida al final del siglo XIX por la monarquía austro-húngara para defender la ciudad de Pula, su principal puerto naval. Es además, una de las mejor conservadas ya que ha sido mantenida y limpiada durante años. De hecho en la actualidad es aquí donde tienen lugar diferentes espectáculos, concierto, exhibiciones, etc. Pero por si algo es conocido este lugar es por la celebración del festival Seasplash, entre otros, que atrae a miles de jóvenes de diferentes países.

Cuando yo fui a visitar esta fortaleza no era posible entrar, ya que está totalmente rodeada por un agujero que impide la entrada. Además habían varias vallas impidiendo el paso. De todas formas no hay nada interesante que ver en su interior, por lo tanto creo que solo se puede acceder cuando se celebra algo allí.

Pero esto no es lo mejor que visitar en esta zona, porque muy cerca de esta fortaleza se encuentra un lugar muy especial. Es una especie de bar decorado de manera muy “hippie” lleno de colores y todo construido con materiales reciclados.

Pero lo mejor llega al seguir el camino y llegar hasta un puente de color azul. Justo al lado hay un tobogán bastante grande desde donde está permitido tirarse, aunque hay al lado un señal que recuerda que cada uno es responsable de utilizarlo o no. Nosotros decidimos no hacerlo pues no parecía haber mucha profundidad en esa zona del mar y parecía algo peligroso.

Aún así disfrutamos del lugar dándonos un chapuzón, saltando del puente y pasando de un lado al otro del mismo. No es tan fácil como parece, ya que se balanceaba bastante y algunas tablas estaban bastante separadas las unas de las otras por lo que no era muy difícil meter el pie entre ellas si no se andaba con ojo. Eso sí, cuando nos acostumbramos a ir ya todos le pillamos el truco y era pan comido.

Este es un sitio perfecto también para admirar la puesta de sol.

Parque natural de Kamenjak

Este espacio natural en el cabo de Kamenjak se trata de una reserva protegida en la que se encuentran playas paradisiacas. Es una zona totalmente virgen en la que no encontramos ningún tipo de construcción, solo un bar llamado Safari Bar del que os hablaré ahora. Así mismo no hay contenedores en toda la reserva, por lo que tenemos que llevarnos con nosotros todos los residuos que generemos.

Su acceso está restringido y solo se puede entrar en el Parque desde las 7 de la mañana a las 21 horas, aunque durante los meses de verano se amplía el horario hasta la medianoche, si no recuerdo mal. También está prohibido acampar en el Parque así como coger plantar o animales.

Para llegar a este maravillosa reserva natural desde Pula, simplemente hay que dirigirse hacia la localidad de Premantura que se encuentra a unos 11 kilómetros al sur de Pula. Una vez llegado a la entrada del parque, incluso un poco antes creo, las carreteras no están asfaltadas por lo tanto aunque la distancia sea corta, el camino lleva unos 20-30 minutos perfectamente en coche. Se recomienda controlar la velocidad en esta zona ya que hay bastantes personas por el sendero caminando o en bicicleta, pero es prácticamente imposible ir a más de 30 kilómetros por aquí ya que el camino está lleno de curvas y piedras y gravilla que no lo impiden.

Si optáis por esta opción y vais al Parque en coche, se debe pagar en la entrada alrededor de unas 30 kunas por coche para entrar.

Si por lo contrario decidís disfrutar a pie de la zona o en bicicleta, entonces la entrada es gratuita. Eso sí, el parque es bastante grande, tiene una extensión de seis kilómetros así que es necesario dedicarle todo el día o incluso un par si se quiere ver el parque en profundidad.

Es cierto que este lugar no suele incluirse en la guías turísticas por Croacia, pero vale la pena infinitas veces. Yo lo descubrí gracias a uno de nuestros profesores croatas de la universidad. Era un profesor bastante enrollado y quería enseñarnos este sitio ya que era uno de sus preferidos y aprovechar para dar allí mismo una clase. Así que nos fuimos con él de excursión. Nos enseñó primero una playa de la que no recuerdo el nombre pero era preciosa, de aguas cristalinas. Pero no os preocupéis porque el parque está lleno de playas como estas, algunas de ellas con poca afluencia de turistas.

Justo después nos llevó al Safari Bar del que os quería hablar. Al llegar hay un parking de tierra bastante extenso donde dejar el coche. En cuanto empezamos a descubrir este bar alucinamos. Estaba construido  con mesas de madera y sombrillas hechas de hojas secas de bambú y la decoración estaba hecha exclusivamente con materiales reciclados.

En definitiva, no se me podría haber ocurrido una idea mejor de completar este parque ya que en lugar de estropearlo y quitarle esencia construyendo allí un bar normal y corriente, se conserva la virginidad de esta zona pero pudiendo disfrutar de una cerveza o incluso comer algo sintiendo que te encuentras en una especie de selva.

Resulta que nuestro profesor era amigo del creador y actual dueño de este bar, así que aprovechó para presentárnoslo y que nos contase un poco cómo surgió esta idea. El señor era bastante mayor, debía rondar los 70 años y tenía el pelo largo y totalmente blanco. Nos explicó que cuando era joven, un día se cansó de vivir rodeado de gente y en una ciudad, entonces decidió marcharse a un lugar, por aquel entonces inexplorado, y quedarse allí a vivir.

Así lo hizo durante años hasta que decidió montar este bar, su idea era conservar la esencia del lugar pero permitiendo a la gente disfrutar de un lugar para descansar y tomar algo. Además, pretendía también con esto obtener el dinero necesario para su subsistencia. Lo cierto es que con el tiempo el bar se ha ido convirtiendo en un lugar cada vez más famoso, y en esta zona en especial del Parque, la afluencia de turistas en verano es bastante importante.

De este modo, nos explicó, ahora simplemente utiliza parte del dinero para vivir, y el resto lo destina al mantenimiento del parque. Era un señor muy entrañable, no paraba de repetirnos que a él no le interesaba hacer negocio con esto en absoluto, que simplemente le interesaba disfrutar de la compañía y sobre todo de este lugar.

Si pasáis el Safari Bar, llegaréis a los acantilados del Parque más visitados. En especial, uno desde el que solía saltar bastante gente. Era altísimo, mucho más que el de Galebove Stijene del que os hablé un post anterior que podéis leer aquí: https://erasmusu.com/es/erasmus-pula/blog-erasmus/que-visitar-en-pula-y-sus-alrededores-811755. La mayoría de nosotros preferíamos tirarnos desde otros más pequeños y disfrutar de las aguas. 

Sin embargo solíamos ir nadando  hasta la cueva que se encontraba justo debajo de este acantilado y entrábamos en ella. Era bastante menos profunda que la de Galebove Stijene, de hecho no era necesaria ninguna linterna ni nada parecido pues a pocos pasos ya se llegaba a su fondo. Cuando pegaba el sol dentro de la cueva, a primeras horas del día, el agua adquiría un color todavía más increíble que el que ya suelen tener las aguas en Croacia. Lo recuerdo como uno de los momentos más mágicos cuando descubrimos esta cueva y entramos en su interior, estuvimos todos un buen rato asimilado la belleza del lugar.

Como véis, este no es uno de los lugares más conocidos de Croacia, ni siquiera de Istria o Pula, pero es de lo mejor que podéis encontrar. No lo incluí en el post sobre lugares que visitar de Pula porque se encuentra un poco a sus afueras, pero vale la pena dedicar un día entero de nuestro viaje a explorarlo.

Parque Nacional de Brijuni

Este Parque Nacional es un archipiélago formado por 14 islas en total.

Fue declarado Parque Nacional en 1983 y en el pasado fue el lugar en el que aristócratas romanos descansaban. Además de ser conocido por su riqueza natural, cuenta con monumentos culturales.

Para llegar a este Parque se puede coger un barco desde Fazana, no muy lejos de Pula, y llegar en solo 15 minutos en barco. O bien, coger el barco directamente desde el puerto de Pula, aunque de esta manera el viaje dura unos 40 minutos.

En el mismo puerto cantidad de compañías ofrecen excursiones a la isla en las que suelen incluir una visita guiada por ella y un paseo en tren además del viaje de ida y vuelta en barco. Una vez llegado a la isla, se desembarca en el Hotel Istra-Neptun, bastante grande la verdad. No me gustó demasiado ver ese hotel nada más desembarcar ya que mi idea de la visita a la isla era mucho más natural y salvaje, y ese gran edificio en medio de ella me desencantó bastante. Una vez allí nos dividieron en grupos según nuestro idioma para iniciar la ruta guiada. Luego desde allí se coge un pequeño tren turístico para llevar a cabo una visita de tres horas por toda la isla.

El primer lugar que visitamos fue una especie de zoo al aire libre donde se podían observar cebras, jirafas, etc. Cuando contratamos la excursión nos lo vendieron como una especie de safari ya que en la isla se encuentran muchas especies de animales habitando, de hecho cada vez que promocionan la isla lo llaman safari cuando en realidad no tiene nada que ver. Es cierto que no es el mítico zoo donde los animales están en jaulas con apenas espacio, pero aún así seguían estando encerrados, aunque fuese en parcelas algo más grandes (a veces ni eso). Aquí es cuando mi vista a este parque empezó a ir cuesta abajo.

Con el tren también paramos en una casa de campo romana, en un museo arqueológico y una pequeña iglesia, la Iglesia de San Germán, donde en la actualidad se exhiben copias de frescos medievales.

Para concluir el tour, visitamos la exposición sobre Tito, un antiguo dictador. He de decir que yo no la visité ya que se encontraba en la primera planta y primero, en la planta baja, pasamos por una colección de animales disecados. En cuanto entré y lo vi, me fui de allí. Según tengo entendido, la mayor parte de estos animales fueron cazados por este dictador.

En toda la isla hay varios bares y restaurantes donde parar a comer, y eso hicimos antes de finalizar nuestra visita.

En definitiva, como podéis ver mi visita fue bastante decepcionante. Me fui a la isla con la idea de encontrarme con un lugar salvaje, apenas modificado por el hombre  y me encontré con un falso safari, un museo de animales disecados y una zona bastante edificada con hoteles enormes y lujosos nada más llegar a la isla.

Por supuesto, como siempre digo, para gustos colores y en cambio fui con una amiga croata que era de Zagreb y ella se fue encantadísima de la isla. La verdad es que mucha gente recomienda visitarla. Yo os he contado mi experiencia, y lo que sin duda os recomiendo es ir mejor a vuestro aire en lugar de contratar una excursión.

Es cierto que todas las compañías del puerto ofrecen excursiones, sin posibilidad de simplemente contratar el viaje de ida y vuelta, pero probablemente si buscáis sea probable hacerlo de esta manera y quizás así se pueda descubrir la parte más bella de esta isla, que estoy segura de que la tiene.

Además sinceramente en estas excursiones te timan bastante para lo que en verdad ofrecen, fueron sobre unos casi 30€. Recuerdo que cuando les conté a unos amigos croatas que había ido allí y les dije el precio se quedaron alucinados y me dijeron que podría haber ido por mucho menos dinero. Por eso a veces es bueno hablar con la gente local e informarnos bien.

¡Esto ha sido todo por hoy! Espero que os haya gustado y que tengáis algún día la posibilidad de conocer estos increíbles lugares.

¡Gracias por leerme un día más!

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