Las islas Galápagos de Ecuador son un auténtico paraíso que respira naturaleza, abunda en animales exóticos y está bañada por aguas prístinas. Aunque la verdadera estrella de la isla sigue siendo la tortuga de los Galápagos. Este impresionante reptil puede llegar a pesar hasta 250kg y superar los cien años de edad. Tan solo lo podemos encontrar en dos lugares en el mundo: las islas Galápagos y en Aldabara en el océano Índico.
La tortuga gigante de los Galápagos es una especie protegida. En el pueblo de Puerto Ayora, en las islas Galápagos, encontraréis el centro para la protección y conservación de la tortuga de los Galápagos: la Fundación Charles Darwin.
La fundación está abierta al público todos los días de manera gratuita. Simplemente entráis y podéis ver a las tortugas aquí dentro junto con otros reptiles con los que trabajan. No solo protegen a los animales, también los utilizan con fines científicos para llevar a cabo investigaciones sobre estos fascinantes seres vivos. El centro también tiene la misión de educar de la importancia de la preservación del ecosistema de las islas y su habitantes.
Hasta 2012, la Fundación Charles Darwin fue el hogar del famoso Jorge el Solitario, una tortuga de la isla de Pinta, una subespecie de las tortugas de los Galápagos. Gorge fue el último sobreviviente de su especie antes de su extinción. Desafortunadamente Gorge murió sin descendencia en 2012.
Otro buen lugar para visitar a las tortugas en su hábitat natural es a las afueras de Santa Cruz. Podéis ir en taxi o reservar un tour por el parque nacional donde las tortugas gigantes viven a sus anchas. ¡Pero tened cuidado! Al ser una especie protegida, está prohibido acercarse de ellas a menos de dos metros de distancia. Aunque a dos metros de distancia ya son lo suficientemente imponentes como para tenerles respeto. ¡Os preguntaréis cómo pueden llegar a ser tan enormes! En este parque podréis ver bastantes tortugas. Echadas en la hierba, bañándose en los charcos o paseándose (quizás decir paseándose sea algo exagerado, ¡apenas pueden moverse! ).
Sea en su hábitat natural o en la Fundación Charles Darwin, uno no tiene la oportunidad de ver a unas tortugas semejantes todos los días. Verlas os recordará lo importante que es protegerlas a ellas y a su hábitat. Si tenéis la suerte de visitar las Galápagos, ¡id a buscarlas!
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