Teatrillo en polaco

Recuerdo que al día siguiente de llegar a Poznan, tuvimos una reunión de la que ya nos habían avisado con mucha antelación. Lo que no nos habían dicho es que esa reunión sería a las ocho y media de la mañana, pero bueno...

Nos juntamos los 30 alumnos del curso de polaco en la entrada de la residencia, los sureños (españoles e italiana, básicamente) íbamos más abrigados de lo que esperábamos estar en una mañana de finales de agosto, pero la verdad es que se agradecía, al menos yo estaba bien, porque después del calor que hace en Córdoba, ponerte una rebeca y foulard en agosto es un puntazo...

Pues bien, nos dirigimos todos juntos al centro de la ciudad, con una monitora que nos acompañó sólo ese primer día, para que no nos perdiéramos y para explicarnos, por ejemplo, cómo iba el transporte y qué teníamos que hacer... Paramos en un kiosko que había al lado de la residencia y todos compramos en un principio un ticket de ida por 2 zloty, lo que vienen siendo unos 50 céntimos aproximadamente. Algunos compraron el ticket de ida pero con descuento, porque si eres estudiante polaco o tienes el carnet ISIC te hacen el 50% de descuento. Otros, los más atrevidos, también compraron el de descuento a pesar de que aún no contaban con ningún carnet que le diera el descuento, pero bueno, si les pillaban con hacerse los tontos, ¿no? Nie rozumie, nie rozumien, jestem hispanski...

Pues bien, cuando llegamos al centro, nos llevó a una de las facultades de la universidad, la de medicina y filología (no entiendo por qué están juntas, pero bueno, ese es otro tema...). Allí nos dieron un desayuno (que todos pensamos que era gratis y luego resultó que teníamos que pagarlo... :S) y luego nos explicaron varias cosas y nos dieron la bienvenida.

Entre esas cosas nos explicaron que durante el curso de EILC se harían muchas actividades, entre ellas un teatro (además de visitas guiadas, ponencias sobre Polonia, visionado de películas, etc).

Este teatro empezó a prepararse el primer jueves del curso, pero no tuvieron en cuenta que la mitad del grupo de alumnos no teníamos ni idea de polaco y que en 4 días poco habíamos aprendido, por mucho que el curso fuese intensivo... Pretendían que el teatro lo preparásemos entre todos, escribiendo en polaco y hablando en polaco... Obviamente no tenía razón de ser. Lo intentamos, pusimos de nuestra parte, pero al final los que lo llevaron a cabo fueron los del grupo avanzado, aunque cogieron algunas ideas que habíamos dado los del grupo de principiantes en el primer día de preparación del teatro.

El teatro fue totalmente surrealista, mezclando personajes como caperucita roja (interpretada por un chico) con Mario Bross. Ya os podéis imaginar lo divertido que fue, porque además intentaron disfrazarse de la mejor manera posible y les salió muy bien. Nos reímos muchísimo. Además el teatro se representó al final del curso, con lo cual ya sí podíamos entender algo de polaco y comprender lo que estaban diciendo, aunque no hacía falta porque sólo con verlos era suficiente...

Después de este teatro se hizo un aperitivo, con bebidas, dulces, tostaditas, etc. El final del curso fue genial, aunque por otro lado fue algo triste, porque suponía que nos teníamos que separar. Algunos se iban a otras ciudades polacas a estudiar, como Wroclaw, Katowice, Varsovia, Gdansk o Cracovia. La mayoría se dispersarían por distintas residencias de Poznan y los menos tendríamos que buscarnos un piso porque nuestra universidad era privada y no podíamos optar a residencia a no ser que sobrasen plazas, algo prácticamente imposible en Poznan... La verdad es que esa noche la pasamos todos juntos, entre risas y tristezas.

Al día siguiente, acompañamos a la estación de tren a los que se iban y los despedimos con algunas lágrimas... Hay que tener en cuenta que habíamos estado 4 semanas juntos casi 24 horas, incluso se habían formado algunas parejas (una de ellas, una malagueña con un estonio, aún perdura y todos siempre les decimos que a ver cuando se casan...).

Cuando volvimos a la residencia fue día de recogerlo todo, porque ese era el último día que pasaríamos allí. Maletas, fotos, recuerdos, mantas, etc. Todo por medio. Y el día siguiente fue el caos absoluto. Teníamos que dejarlo todo limpio y recogido, así que nos pusimos manos a la obra, sin saber que vendría una señora a inspeccionar si lo habíamos limpiado bien y si no, teníamos que volver a limpiarlo. Se dieron situaciones surrealistas, corriendo por los pasillos huyendo de la señora etc, pero fue divertido. Nos ayudamos unos a otros a mudarnos, y al final esa noche cada uno durmió en su nueva cama.