Primeras despedidas

A diez días de comenzar nuestra experiencia Erasmus, los nervios están a flor de piel.

Las cosas se precipitan, porque, para variar, he dejado todo para el último momento. Preparar todas las cosas que necesito llevarme, dejar mi casa como una paterna (que no como una patera... ), arreglar un sinfin de papeleos y conseguir tanto la tarjeta sanitaria internacional como el carnet ISIC y el de alberguista, la matrícula, la solicitud de beca... y todo ello sacando tiempo para ver a todo el mundo por última vez antes de marcharme.

Como ya queda poco, comenzamos a pasar los últimos momentos con nuestros allegados, y la sensación de tener que atesorar estos momentos crece.

Las primeras despedidas se suceden poco a poco, y tras cada una de ellas soy más consciente de lo que pasa, me voy un año a vivir a más de 3000 km de casa! Y los nervios, las dudas y los temores se apoderan de mi durante un instante. Pero es sólo eso, un instante. Las expectativas de esta experiencia superan con creces estos pequeños, pero inquietantes, sentimientos que aparecen tras la despedida. Echaré de menos a mi novio, a mis amigos, a mis compañeros, a mi familia, al Abakus, a ese señor que me cruzo todas las mañanas en el autobús, a la cajera del supermercado, a la bedel de mi facultad que con tanta eficacia trabaja, a mis profesores, a mi perra, a la telegaita, al licor-café... Pero volver, es sólo cuestión de tiempo.

La primera de estas despedidas sucedió el jueves pasado, el 1 de Septiembre. Mis dos compañeros de Erasmus nos reunimos con nuestras compañeras de clase para pasar el día juntos. Comimos juntos, y tras tomar algo en una terraza (y de paso presenciar un hurto... ) nos fuimos al puerto de Ferrol a pasear un rato. Al llegar allí vimos el barco que realiza la ruta Ferrol-Mugardos y decidimos pasar la tarde en esa aldea costera y marisquera. Fue el momento de los batidos y como se hacia tarde, cogimos el barco de vuelta al puerto de Ferrol y tras un último café nos despedimos. Durante todo este día, nos sacamos fotos, hicimos videos, hablamos y reímos un montón, nuestras compañeras nos firmaron la bandera de Galicia que compré para tal fin, y también planeamos un viaje para nuestra vuelta...

Ha sido un gran día.