Época de exámenes, trabajo y viajecito a Londres
Se acercaba el final.
Tocaba exprimir el tiempo al máximo, todo lo posible.
Más o menos sobre el 20 de abril comenzaron a volver todos nuestros compañeros Erasmus de vacaciones de Semana Santa. Así que en nada volvimos a estar todos juntos. Los días se concentraban cada vez más en el estudio, eran malas fechas ya que el mes de mayo como sabéis es época de exámenes y alguno de nosotros tenía más de dos. En mi caso por ejemplo, así como en el caso de Meriem solamente tuvimos tres exámenes a lo largo del curso. Francés, Introducción a la Interpretación y Comunicación y Cultura pero este último fue en el primer cuatri, así ya nos la habíamos quitado de encima). El caso es que nosotras no teníamos mucho lío, en cuanto al resto de asignaturas simplemente teníamos que entregar trabajos escritos, no muy difíciles a decir verdad así que estábamos bastante aliviadas este año.
En el caso de Sara por ejemplo, ella tenía que presentar un trabajo de fin de grado que se lo convalidaban en España por dos asignaturas, fue complicado para ella ya que era mucha información que traducir y que entender, menos mal que le echamos una mano. Por otro lado también tenía exámenes y algún que otro trabajo más que entregar. La pobre estaba hasta arriba, así que después de las vacaciones se encerró en clausura en la biblio. En el caso de Álvaro le pasaba un poco lo mismo, tenía bastantes exámenes y trabajos que entregar, se iba acercando la fecha y el agobio aumentaba para ellos. En su caso tenía que diseñar unas cuantas cosillas bastante complejas y que estudiarse temarios nada fáciles que se diga. Cuando me ponía a ver lo que él estudiaba me daba vueltas la cabeza, a mí se me hubiera hecho imposible aprobar semejantes exámenes, bueno no os lo he dicho, el estudia Ingeniería informática. La verdad que el pobre estaba acostumbrado a pegarse palizas similares de horas y horas de estudio y trabajo. Sara estudia psicología que tampoco lo dije antes.Por lo tanto, como ellos dos se pasaban ratos largos en la biblioteca los demás les hacíamos compañía haciendo nuestras tareas y echando una mano en lo que fuera posible.
Sí que es cierto que en abril, aun estando cerquita de los exámenes (aun no era zona de peligro), no podían faltar los sábados en la discoteca Astoria ni los kebabs o patatas o incluso pizza en casa de Sara de después. No podíamos perder la esencia Erasmus, iba en contra de nuestra religión de estudiantes.
Esta es una de las fotos tomadas en casa de Sara, unos cuantos de nosotros haciendo los pre-drinkings, antes de salir de fiesta. Siempre solíamos poner música para animar un poco el ambiente y calentar motores para lo que vendría después. Es cierto que se notaba mucho el horario inglés respecto a las horas de quedada, apertura de discotecas, cierre, etc. Nosotros quedábamos sobre las 7 y media o las 8 para juntarnos todos en los pre-drinkings y luego a las 10-11 salir de casa para ir a la disco hasta las 3 como tarde ya que allí lo de abrir más horas no existía. El horario era poco flexible pero bueno, como ya os digo siempre a la vuelta nos solíamos quedar más tiempo, ya fuera en casa de Sara tomando pizza o yendo al turco a por comida para ir después a casa de Sara lo cual se convirtió en rutina.
Abril fue un mes muy bueno, fue un mes intenso la verdad. Recuerdo haber hecho un montón de cosas divertidas. Entre ellas el viaje que planeamos a Londres. Meriem se iba a ir a España definitivamente el 24 de mayo y quedaba un mes escaso para pasar días con ella. Decidimos que estaría genial hacer un pequeño viaje a Londres toda la familia (Miguel, Álvaro, Sara, Meriem y yo). La idea salió de Meriem, ya que quería hacer una especie de viaje para pasar unos días todos juntos. Lo habló primero con Sara y ya después nos lo comentaron a todos. Resulta que Sara tenía unos amigos en Londres los cuales nos podían dejar pasar una noche en su casa. Ellos estaban trabajando allí así que se podía decir que se conocían Londres bastante bien. El problema era que todos no cabíamos en la casa de su amigo por lo que Álvaro y Miguel se tendrían que buscar otra cosa...
Como ya os conté en otra de mis entradas, Javi, uno de nuestros miembros de la familia erasmus se fue a buscar trabajo a Londres en noviembre ya que en Portsmouth no encontró nada después de estar desde septiembre como nosotros. Por lo tanto el tenía una casa alquilada allí, entonces Álvaro podría dormir sin problema con él. Fuimos hablando todo con semanas de antelación y pusimos rumbo a Londres el 27 de abril. Sara era la que mejor se conocía la ciudad de nosotros y como la primera vez esta segunda también hizo un poco de guía junto con Javi. Ella fue la que sacó los billetes y habló todo con sus amigos para que la casa estuviese disponible.
Londres:
Por fín llegó el día. Teníamos muchas ganas de volver a Londres y vivir otra aventura esta vez todos juntos. Fue un viaje bastante chulo. En principio también iba a venir Miguel pero al final se fue un poco por su cuenta ya que él quería ver museos, nada de salir de fiesta. Cogimos el bus temprano por la mañana y pusimos rumbo a Londres en National Express, la mejor forma de ir a London Victoria Coach Station ya que va directo, sin embargo en el tren vas haciendo paradas y se tarda más. Una vez llegados allí Miguel puso rumbo directo al British Museum mientras que nosotros fuimos directos al Buckingham Palace. Tuvimos la suerte de poder ver a la reina de Inglaterra, sí sí, la mismísima Queen Elisabeth II. Estábamos en el Palacio y había un montón de gente a nuestro alrededor, la gente estaba con sus móviles preparados para grabar lo que sucedería a continuación. Meriem y Sara se sentaron y mientras Álvaro y yo fuimos a ver qué sucedía. Fue justo en ese momento al acercarnos a la puerta cuando empezaron a salir tres coches oficiales, en el segundo de ellos se encontraba ella. Fue un momento para recordar ya que no se ve a la mismísima Reina de Inglaterra todos los días. Hicimos unas cuantas fotos y algún vídeo (lo que dio tiempo) y después nos sentamos un rato para esperar a Javi y a su novia a que viniesen al Buckingham y se encontrasen ahí con nosotros. Hacía que no le veíamos desde que vino a vernos a Portsmouth en febrero.
No tardaron mucho en venir así que no se hizo larga la espera. Después pusimos rumbo a hacer turismo por Londres. Fuimos caminando hacia Hyde Park y Picadilly Circus, tomamos algunas fotos y después más o menos a la hora de comer nos reunimos con dos amigos de Javi en una esplanada al lado de Oxford Circus y montamos allí el pic-nic. Si vais a Londres os aconsejo que os llevéis vuestra comida ya que comer allí es muy muy caro. A no ser que no te importe pagar tal dinero o quieras ir a un restaurante de comida rápida como puede ser Mc Donalds o Burguer, pero en el caso de decantarte por esto último te aconsejo que vayas con tiempo ya que suelen haber largas colas de espera. Tampoco te tiras esperando una hora pero sí que es cierto que no es llegar y besar el santo, sobre todo si te encuentras en pleno centro de la ciudad.
Bueno como ya os digo estuvimos comiendo en el cesped lo que cada uno nos habíamos traído de casa (bocadillos, sandwiches, embasados etc). Los amigos de Javi eran super majos sobre todo uno de ellos que se llamaba Jesus y era gallego. No podíamos dejar de reirnos con él, era un chico súper simpático y gracioso. Tras estar un buen rato ahí sentados charlando y bebiendo cervezas decidimos a empezar a andar un rato para dar una vuelta y ver cosas. Fuimos dirección Picadilly de nuevo y después bajamos al Big Ben y al London Eye. Tras andar y andar durante un buen rato y ver lo principal fuimos a un bar a tomar algo, llovía un poco por lo tanto en vez de quedarnos en la terraza nos metimos dentro. La verdad que no estaba nada mal. Tras tomarnos algo ahí decidimos ir a otro bar que justamente tenían clases de baile esa misma tarde (a mí me encanta bailar) lo malo es que teníamos que llegar a la casa de los amigos de Sara en no mucho para dejar todo y cenar tranquilamente etc. Por esa razón no nos quedamos mucho más en este bar y pusimos rumbo a la casa. Estaba bastante retirada del centro.
Llegamos a su casa, dejamos todo y nos hicimos una pizza que habíamos comprado previamente en el indio de al lado. No se si lo sabréis pero en Londres y en Portsmouth (os hablo de las dos ciudades que conozco más de UK) no existen tiendas de Chinos, nada de eso. Allí las famosas tiendas de todo a cien de toda la vida o de chinos (típicas en España) son de indios. Así que allí habíamos cambiado la expresión "vamos al chino", por "vamos al indio". Bueno, como ya os digo nos hicimos una pizza y nos dejamos otras dos para luego ya que en ese momento no teníamos mucha hambre. Resulta que los amigos de Sara habían organizado una especie de fiesta en casa previa al salir de fiesta por la noche por lo tanto no estábamos solos, había más chicas y más chicos. La verdad que el ambiente era bastante agradable, estábamos muy a gusto y pudimos practicar también inglés ya que algunas invitadas lo hablaban. Bueno, la idea era salir de fiesta después de cenar y de hacer los pre-drinkings en casa de sus amigos. Yo me puse mala y no pude salir, pero Meriem y Sara sí que salieron finalmente pero salieron media hora ya que cambiaron de idea y prefirieron quedarse en casa. Por lo tanto nosotras al final no hicimos nada de fiesta, Javi y Álvaro sí que salieron con los amigos de Javi y se lo pasaron muy bien. Por otro lado estaba Miguel, que se había vuelto a Portsmouth en autobús por la tarde-noche, aunque no recuerdo bien del todo si se fue finalmente o si se pilló un hotel y se fue al día siguiente. Me decanto más por la primera opción.
A la mañana siguiente el plan era ir a Camden Town. Yo no había estado nunca antes, Meriem tampoco. Así que pusimos rumbo hacia esta zona de la ciudad y nos tiramos buena parte del día viéndolo y dando una vuelta por allí. A mi me gustó mucho, es un lugar bastante curioso de ver y donde puedes encontrar muchas cosas que no encontrarás en otros sitios. La decoración de esa parte de la ciudad es muy original, es muy artístico todo, de repente te puedes encontrar esculturas de zapatillas en las fachadas de los edificios, pinturas enormes en casas y decoración muy guay en general. Bueno, no se si lo sabréis pero en Camden hay un mercadillo enorme donde venden posters de series, pelis etc, ropa, comida, cosas curiosas... como ya os digo ahí puedes encontrar de todo. He de remarcar la decoración que tiene esta parte de la ciudad ya que aun en el mercado este del que os hablo hay una decoración preciosa, todo parece antiguo, parece que has retrocedido unos cuantos años en el tiempo. Os recomiendo que vayáis, os va a gustar seguro.
Después de haber estado en Camden habíamos quedado con Álvaro por el centro para volver a Portsmouth ya que volvíamos todos juntos. A la vuelta de Camden, cuando llegamos al Big Ben en bus resulta que había una carrera por la ciudad, supongo que sería algo así como la San Silvestre, pero no estoy muy segura. Solo recuerdo que había un montón de gente participando y mucho ambiente por las calles de alrededores. La gente iba con camisetas rojas. Dimos una última pequeña vuelta caminando rumbo a la estación y despidiéndonos de Londres hasta la próxima.
Álvaro finalmente nos esperó en la estación de autobuses Victoria Coach Station y allí ya juntos montamos en el bus de vuelta. No tuvimos que esperar mucho, pero mientras esperábamos nos sentamos un rato en las sillas de la estación. Victoria Coach Station está bastante bien, tiene tiendecillas donde puedes comprar algo de comer, baños, y puedes dar una vuelta por las tiendas mientras esperas al autobús. A mí no me pareció muy grande a decir verdad, es cierto que no me la recorrí por completo pero me dio la sensación de que al menos en la parte que estuvimos nosotros eran pasillos estrechos, no muy amplio. El autoús nos dejó justo donde lo cogimos, en la parada de la universidad, teníamos una tiradita a casa andando pero bueno, había merecido la pena el viaje y aunque podríamos haberlo organizado un poquito mejor lo habíamos pasado bien.
Los días siguientes en Portsmouth:
Las visitas a la playa de vez en cuando tampoco podían faltar y menos con lo que a mí personalmente me relaja el mar. Era una buena forma de respirar aire fresco y desconectar un poco de todo. Uno de los días que quedamos para dar un paseo rutinario Miguel, Sara, Álvaro y yo nos encontramos a una mujer, bueno más bien nos encontró ella a nosotros. Dio la casualidad que a la que fuimos a la playa no sin antes pasar al Coo-perative a comprar comida, Álvaro se dio cuenta de que se había dejado las gafas de sol en casa, por lo tanto tuvo que volver a por ellas (su casa estaba al lado). Esta mujer nos preguntó en primer lugar que si éramos españoles y que si vivíamos en Portsmouth. Llevaba un carrito de bebés con dos gemelos preciosos. Estaba buscando alguien para que hiciera de niñera. Nos preguntó que si alguno de nosotros estábamos interesados. Justo cinco minutos antes íbamos hablando acerca de trabajo y sobre dinero ya que el país es bastante caro. Yo creo que justo nos escuchó y vio la oportunidad de encontrar entre nosotros algún interesado para cuidar a sus bebés. Y efectivamente, esa fui yo. Acepté la propuesta, me dijo que seguiría buscando a alguien porque le convencía más una persona más mayor a ser posible mujer con experiencia en niños, pero bueno me dio su número y yo le di el mío a ver si había suerte. Yo le dije en ese momento que me vendría genial por el dinero sobre todo, pero experiencia con niños no había tenido ninguna en mi vida, como mucho cuidar a mi hermana pero eso no contaba ya que era mayor ya cuando me tocaba echarle un vistazo.
Así que nada, hablamos esos cinco minutos y en cuanto bajó Álvaro de su casa de coger las gafas seguimos el camino a la playa. Según íbamos andando iba comentando con ellos la idea de cuidar a los bebés. Es que era mucha responsabilidad, tenían sólamente nueve meses y me daba mucha cosa hacer algo mal, pero bueno, es cierto que la madre me dijo que en el caso de que trabajase cuidándolos ella estaría siempre cerquita para enseñarme lo que ténía que hacer y en el caso de tener algún problema podría recurrir siempre a ella. Bueno, finalmente me decidí a hacerle una llamada y decirle que si no encontraba a nadie que se ajustase a lo que ella buscaba que yo estaría disponible, ella me dijo que perfecto que en principio no había nadie a la espera así que ahí quedo la cosa, me dijo que empezaría el día 1 de mayo y serían 8 horas. Desde las 8 de la mañana hasta las 4 de la tarde haciendo un descanso a las dos pudiéndo irme a casa a comer.
Esta foto es una de las pocas fotos que tengo tomadas justo delante de la casa de los bebés. Vivían al lado de Cannoe Lake, muy cerquita de la playa pero bastante lejos de mi casa, pero bueno no pasaba mucho tiempo en ella así que tampoco estaba nada mal. El día 1 de mayo como os decía fue el día que comencé a trabajar. Llevaba sin madrugar tanto casi desde el instituto. El año erasmus tenía todas las clases a medio día o incluso a la hora de comer exceptuando una que tenía los viernes a las 9 de la mañana en el primer cuatrimestre pero en el segundo no tuve que madrugar ni si quiera un día así que para mí fue duro hacerme al horario de levantarme a las siete y media de la mañana para cuidar a dos renacuajos que no hacían nada más que llorar a ratos. Pero en nada les cogí muchísimo cariño, eran dos niños riquísimos uno más simpático que el otro, pero eran dos soles.
Bueno, os voy a contar cómo fueron esos días de niñera. Como ya os digo, me levanté el primer día temprano y llegué a la casa. La verdad que me costó un poquito encontrarla ya que nunca había pasado antes por esa calle. La noche de antes me había mirado en google maps dónde se encontraba la casa y la calle a la que esta pertenecía. Dí un poco de vuelta pero finalmente la encontré. Recuerdo que hacía bastante frío. Nada más llegar a la casa me recibió la mamá, los niños estaban en el sofá tranquilamente viendo los dibujos animados, parecían tranquilos y estaban bastante entretenidos. Ese primer día la madre dedicó a explicarme qué hacer y cómo durante prácticamente todo el día ya que me estaba supervisando todo el rato por si acaso no sabía salir de alguna situación. Me dijo que ella quería dormir un poquito más ya que desde que los había tenido las horas de sueño habían sido nulas. Por lo tanto, la idea era que yo viniese a las 8 y ella pudiese echarse a dormir un poquito mientras me hacía cargo de ellos. El papá antes de irse a trabajar iba a dejarme preparados los biberones y yo tenía que dárselos. Después de esto tenían que jugar un poquito o ver la tele hasta que les entrara el sueño (en el caso de que tuvieran).
Básicamente les di el biberón con ayuda de la madre. Ella le daba a uno y yo al otro. Por cierto, no os he dicho sus nombres. El más simpático y risueño se llama David y el que va más a su bola y es más tranquilito es Daniel. Ambos son muy guapos. Daniel era más gordito y grande que David. Eran mellizos ya que no se parecían en prácticamente nada. Se les diferenciaba a simple vista, sin ningún tipo de problema.
El primer día fue bastante duro, aunque no tuve que hacer mucho pero la paliza que me di fue bastante grande. A la hora de comer la madre me dio un descanso y pude ir a casa. El problema fue que me tumbé en la cama y… ¡me quede dormida! Supuestamente a las 3 tenía que estar ahí porque era la hora de darles el puré. Abrí los ojos miré el móvil y eran las 15:30, encima desde mi casa a la casa de la mamá se tardaba unos 20 minutos andando… me puse súper nerviosa y corrí como nunca antes había corrido. Encima vi que tenía una llamada perdida, y efectivamente era de la mamá. Qué vergüenza me dio que el primer día me ocurriese esto, no sabía dónde meterme. Llegué a su casa por fin, llamé al timbre y me recibió bastante simpática aunque no sin antes decirme que tendría que haber venido antes, los niños estaban hambrientos y también tenían un poco de sueño. La madre estaba intentando darles de comer a ambos a la vez, y como podéis imaginar es un auténtico caos ya que mientras le daba a uno el otro lloraba o gritaba, y así… una auténtica locura.
Nos pusimos manos a la obra, cogí uno de los platitos de puré y ella acabó de darle a uno y yo al otro. Después de esto tocaba dormirles, una con cada uno. Para que se durmiesen había que mecerles en el carrito con la luz apagada o al menos cuanta menos luz mejor. El problema es que en Inglaterra no hay persianas, sí como escucháis, no hay persianas en las casas. Solamente hay cortinas para cubrir las ventanas, pero entra la luz. La madre hizo un invento, el cual os puede ser útil a vosotros también si vais a vivir en Portsmouth o en cualquier otra casa de Inglaterra/ Reino Unido. Puso una especie de tela en las ventanas que cubría estas por completo y una especie de cinta negra por los bordes más las cortinas que tenían en la casa. La verdad que ella conseguía mantener la oscuridad en la habitación y que los niños estuviesen a gusto, cosas de madres.
Bueno como ya os he contado, supuestamente yo iba a estar yendo a la casa de los niños una temporada, hasta que me fuese a Amsterdam y luego al volver seguir con ellos hasta que volviese a España definitivamente. Resultó que después de ir unos días esta vez menos tiempo (decidí que iba a ser mejor ir cuatro horas ya que ocho iban a ser demasiadas) los niños se pusieron malitos. Les llevaron al Hospital Queen Alexandra de Portsmouth y les dijeron que no tenían nada, pero bueno como ya os he contado y según he comprobado la sanidad en Portsmouth dejaba mucho que desear. La decisión de la madre fue llevárselos a España uno días y que les mirasen allí a ver si tenían algo grave o no. Todo esto me lo comentó su madre por teléfono y me dijo que iban a estar una temporada fuera así que me llamarían cuando volviesen a Ports.
Galería de fotos
¿Quieres tener tu propio blog Erasmus?
Si estás viviendo una experiencia en el extranjero, eres un viajero empedernido o quieres dar a conocer la ciudad donde vives... ¡crea tu propio blog y cuenta tus aventuras!
¡Quiero crear mi blog Erasmus! →
Comentarios (0 comentarios)