(Suomen Eduskuntavaalit) Elecciones En Finlandia
Como supongo habréis leído en los periódicos hace una semana se celebraron las elecciones generales de Finlandia con un resultado cuanto menos sorprendente. Me he estado reservando esta semana, hablando con varios fineses y leyendo algunos análisis que se hacían en algunos medios de comunicación para, en la medida de lo posible, tratar de explicar en el blog el resultado y las causas de ello. Antes de nada decir que aunque el post verse de política intentare hacerlo lo más neutral posible, dejando de lado mi ideología política (porque sobre eso no va el post) y dando mi visión sobre lo ocurrido. Intentare dar una visión lo más global que pueda pero como entenderéis existen mil maneras de interpretar un resultado, hablar sobre el sentir de una comunidad o simplemente contar una noticia, yo os ofrezco la mía.
Para los que no se hayan enterado las elecciones las ha ganado el partido conservador aunque con escasa ventaja. Segundo ha quedado el partido socialdemócrata y tercero el partido ultraderechista, el gran triunfador. El partido de los verdaderos finlandeses (que así se llama) ha conseguido ocho veces más escaños que la pasada legislatura (5 a 39 escaños) el mayor avance de un partido en la historia finlandesa. El gran de derrotado de los comicios ha sido el partido de la actual presidenta, Mari Kiviniemi, el cual ha caído a la cuarta posición. La participación ha sido 70, 4% algo más bajo de la media finlandesa que se sitúa en el 78%.
Finlandia por su parte es el hermano mediano: necesita hacerse un camino propio y personal para evitar la sombra del hermano mayor y a su vez no recibe las atenciones del hermano pequeño. Así Finlandia, sin grandes acuerdos económicos como el de energía sueco-noruego (por el cual noruega le vende petróleo a Suecia), ha salido adelante conservando su ancestral idiosincrasia pero manteniendo a su vez un nivel socioeconómico alto y un estado moderno gracias en parte al desarrollo de nuevas tecnologías y a sus avanzadas empresas de telecomunicaciones, como Nokia. Sin embargo, el auge de empresas como Apple o Samsung están haciendo retroceder muchos enteros a este tipo de empresas (Nokia llegó a representar el 20% del PIB hace unos años) desviando el comercio de telecomunicaciones a otras lides y forzando a muchas empresas a fusionarse o directamente a verse absorbidas por grandes multinacionales. Pese a todo el diseño finés sigue en auge siendo, además de una de las especializaciones de los sectores tecnológicos, una industria que sostiene parte de la economía junto con la explotación maderera. Este sector industrial, el de la madera, sigue siendo de los más importantes de Europa gracias en parte a que Suecia se opuso firmemente a que no se hiciera política común en Europa al respecto. Tanto fue así, que fue uno de los requisitos que pusieron Suecia y Finlandia para entrar en la Unión Europea favoreciéndose mutuamente (cosa que no hizo España con la política agraria).
Otro factor importante, que resulta obvio, es que Finlandia tiene una población muy escasa, apenas cinco millones y medio de habitantes por lo que, cualquier cosa afecta más directamente a un ciudadano que en países grandes ya sea bienestar, crisis o el valor de un solo voto.
Euroskeptisiin Euroescepticismo
Después del rollo que os he dado para entender la coyuntura finesa, empiezo con los motivos de preocupación fineses. Uno de estos sin duda es la conveniencia de haberse incluido en el marco del euro o no. A diferencia de lo que pudiera parecer por el resultado de las elecciones anteriores lo cierto es que el país no tiene muy claro si el euro es bueno o malo para su economía. Pese a que en 1994 se ratificó por referéndum su voluntad de adhesión y su gobierno dijo sí al euro hoy, muchos partidos políticos se cuestionan si la incorporación del país a la zona euro fue una buena decisión. Si repasamos un poco la historia de Escandinavia lo veremos todo algo más claro.
Cuando la URSS entró en quiebra y se disolvió en multitud de países Finlandia y Suecia vieron como su economía comienza a tambalearse. Aunque pocos son los finlandeses que lo reconocen la unión soviética tenía acuerdos económicos de favor con toda Escandinavia que constituían una parte importante de la economía de estos países. Con el surgimiento de las nuevas repúblicas los acuerdos se recrudecieron (básicamente se hicieron más justos y a Finlandia le tocó competir en igualdad de condiciones que el resto de países) obligando a un reconversión industrial severa así como a la devaluación de la moneda para poder subsistir. Con la crisis aún por superar el gobierno pidió, espoleado por la petición sueca, su adhesión a la UE a la que veían como un motor de crecimiento económico y social (véase el ejemplo de España y Portugal). Con la moneda aún devaluada y la autoestima de haber salido reforzados de la crisis de 1991, se adhirieron a la moneda común en el 2000 pese a que los suecos lo rechazaron en las urnas.
Durante todos estos años de crecimiento del euro y la economía boyante europea los euroescépticos apenas alzaron la voz pero ahora que tras la crisis global empiezan a sufrir las responsabilidades del acuerdo todos se han lanzado a los pulpitos. Las proclamas mayoritarias recalcan que no quieren pagar por los desmanes y corrupción de la política y la banca de terceros países. Para ello utilizan dos argumentos fundamentales: por un lado Finlandia ha hecho los deberes para salir de la crisis sin corrupciones (es el segundo estado menos corrupto del mundo) y por otro lado apelan a que ningún ciudadano asocia Escandinavia al euro. Ellos son los únicos. En la ecuación no existe un Escandinavia = Euro, y eso en la mentalidad suomi es mucho decir.
Existen otros, mas demagogos, que sin embargo han conseguido hacerse oír entre la gente de mediana edad diciendo que durante la crisis de 1991 nadie les tendió la mano. Un argumento en contra pudiera ser que ningún país nórdico formaba parte de la UE en ese año pero parecen no recordarlo. Como me dijo un compañero de clase un día, el problema está en que los políticos finlandeses de la época vendieron a la UE como el salvavidas prometido ante la recesión, pero salieron de ella antes de que entraran en la unión con lo que quedó ese sentimiento de “ahora no me haces falta”.
Maahanmuutto Inmigración
De inmigración se ha hablado mucho durante esta campaña, más si cabe cuando el partido de extrema derecha incorporó entre sus filas cuatro políticos con fama de xenófobos. De hecho uno de ellos está imputado por contenido racista en uno de sus blogs. La inmigración si hacemos caso a las cifras oficiales no es un problema realmente serio en el país. Apenas el 3, 5% de la población es inmigrante y parte de ellos se debe a la libre movilidad dentro de la UE. Aún así, un punto importante a tener en cuenta es que hasta hace relativamente poco, unos diez años, ver inmigrantes por la calle no era algo habitual, tan sólo estaban acostumbrados a convivir con la minoría suecoparlante y la convivencia era buena pero tensa. Como el sueco también es oficial en todo el país, todos los fineses deben aprender la lengua y por consiguiente también los suecoparlantes tienen derecho a ser atendidos en sueco por el funcionariado y organismos estatales. Alguna vez en la prensa se pueden ver manifestaciones de los que “se oponen a tener que aprender un idioma que no les aporta nada” (palabras textuales extraídas de la web Yle donde se recogía una noticia) o también escándalos como el de unos policías que fueron denunciados por un grupo de jóvenes que fueron agredidos tras exigir que se les hablara en sueco durante su detención.
Bandera de los sueco parlantes
Además, como supongo muchos sabréis, Finlandia es un país con una elevada cantidad de prestaciones sociales sufragadas por su enorme fiscalidad de tasas e impuestos. Desde la escuela gratuita, material escolar, sanidad, ayudas al desempleo, a la maternidad, a la emancipación y un sinfín de ellas más. Todas estas prestaciones sociales de carácter universal también están siendo cuestionadas. Como me comentaba el martes un compañero en la universidad, una de las cosas que ve la juventud es que cada vez hay más extranjeros que viajan a Finlandia a cursar una carrera o un máster y después se marchan. Durante ese periodo no solo la matricula es gratuita sino que reciben un sueldo del estado (como cualquier estudiante) de unos 500 – 600 € más una ayuda económica para el alquiler de vivienda. En palabras de mi compañero: “vienen se quedan con nuestro dinero, con nuestra formación y después no se quedan a trabajar, se marchan”. Ni que decir tiene que el caso de la universidad es el que menos preocupa a la población pero aún así se están planteando recortar las ayudas a extranjeros o al menos cobrarles las tasas integras. En el caso sanitario suelen poner como ejemplo que muchos rusos viajan a Finlandia buscan cualquier trabajo y después acuden al hospital para que les diagnostiquen algo que ya saben que tienen.
Otro problema añadido con la inmigración, en un país que no está acostumbrado a tenerla es el idioma. No es difícil encontrarte gente que vive en Finlandia pero que no sabe finlandés o directamente que no lo usa. Por lo que he leído en la capital es donde más se produce. Y es que el extranjero que viaja a Finlandia se maneja mucho más cómodo en ingles que suomi, idioma muy complicado y que muchas veces no lo necesitas pues gran parte de la población domina el inglés. Esta situación provoca malestar entre los conservadores que ven como sólo los suecos y estonios (quizá por proximidad) intentan dominar el idioma desde el principio. Como conclusión podríamos decir que en general los finlandeses quieren (porque los necesitan) inmigrantes con estudios superiores que se interesan por el idioma y que pretenden quedarse tiempo en Finlandia, sin embargo inmigrantes de baja cualificación o como dicen ellos, los que reclaman servicios sociales continuamente, no.
Ostovoima (Poder adquisitivo)
La población finlandesa, como he dicho antes, esta bombardeada a impuestos. Es algo realmente espectacular. La comida por ejemplo está gravada con el 17% (en España es un 4%) y para el resto creo que el mínimo es un 22% y el alcohol y el juego, aunque no conozco los datos os aseguro que un porcentaje muy alto. Comprarse un coche puede costar casi el doble que en Alemania debido a los impuestos y la gasolina también está grabada de manera muy importante. Con todo, y sin profundizar en el tema (ya lo haré) Finlandia es un país con un poder adquisitivo no demasiado elevado. Por mucho que nos pueda parecer vivir en este país es tan caro que el ciudadano medio ahorra muy poco. Tanto que según un documento de la UE de hace tres años, el poder adquisitivo de los ciudadanos con estudios universitarios es el más bajo de los países comparados (Alemania, Inglaterra, Holanda, España, Bélgica y Finlandia).
Con esto si unimos que los impuestos cada vez son más altos, debido a las cada vez mayores demandas sociales, acaba de sufrir una crisis toda Europa y que la población es más bien escasa, pedir un esfuerzo económico al país significa prácticamente pedirle un esfuerzo a cada ciudadano que de por sí ya lleva tiempo haciéndolos. De esta forma con el rescate económico a Grecia e Irlanda se ha creado un sentimiento de “extorsión” a la población por parte de la unión europea. Queda pendiente saber si se apoyará el rescate a Portugal pero desde luego ningún fines con los que he hablado lo apoya.
Perussuomalaiset (Verdaderos Finlandeses)
Bueno pues con este plantel métase en una coctelera gente molesta por los esfuerzos económicos, población con escaso poder adquisitivo, recelos hacia el uso de los servicios sociales y perdida de sentimiento escandinavo-europeo agítese bien y sírvase sin hielo y con la labia y el carisma de un buen orador por líder: ya tenemos el partido de extrema derecha en el poder. ¿Los finlandeses son extremistas, racistas o ultraconservadores? No, al menos no lo que yo he visto. Sí que es verdad que he visto y oído cosas que me han asustado un poco (unos nazis atacaron a un compañero chino y le dieron una paliza a principios de curso y yo mismo sufrí el asalto de unos nazis hace un mes, ya os lo contaré) pero lo cierto es que este país acoge al extranjero como ya me gustaría a mí que fueran acogidos en el mío. Sin embargo en una sociedad donde los sentimientos no se muestran pero importan es bastante fácil encontrar la forma de atraerte público si este no está contento.
Así el partido de los verdaderos finlandeses (su traducción real es más cercana a finlandeses de pie, o dispuestos a trabajar pero desde el principio se les tradujo así en todos los medios incluidos anglosajones) en solo cuatro años han conseguido algo espectacular. Hacer de algo que no suponía un problema (la inmigración) algo a debatir, plantarle cara a toda Europa en un momento en el que la unión necesita todos los apoyos posibles y sobretodo ha conseguido que la gente crea que hay un político con dos… arrestos.
Si tuviera que hacer una valoración es sería la de miedo. Es increíble como el populismo y la amnesia parcial de ciertos líderes cala en la gente. A través de medias verdades y de acordarse de la parte de la historia que uno quiere a la gente se le da seguridad tranquilidad y esperanza por un medio… que nada tiene de otorgar tranquilidad. Y lo peor es que todo se contagia, países como Suecia, Bélgica, Francia, Noruega, Suiza o Polonia ya saben lo que es que la extrema derecha se haga un hueco en el parlamento. Espero que sepamos todos a que estamos jugando
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