Loma pohjoisnavalla (De vacaciones por el polo norte)

Publicado por flag- Asier — hace 13 años

Blog: El Apagadespertadores (Asier es)
Etiquetas: flag-fi Blog Erasmus Pori, Pori, Finlandia

La semana número ocho del calendario (los finlandeses cuentan el tiempo en semanas) es lo que para nosotros la semana blanca. La diferencia básica es que mientras para nosotros no es más que una excusa para dar una semana más de vacaciones para los profesores y tener a los niños en casa jodiendo, aquí es una fiesta generalizada. Como buenos fineses que son, lo que más les gusta es hacerse una escapadita al medio rural a sus;mökki; o casitas tipo cabañas de madera en mitad de la nada. Es muy curioso como a diferencia de nosotros para ellos las mejores mökki o al menos donde más disfrutan es en aquellos que son más inaccesibles, que están realmente en mitad de ningún sitio y que por no tener no tienen ni electricidad ni agua caliente. Sí, increíblemente ellos son felices así. Como todo en la vida estas costumbres están poco a poco desapareciendo y la juventud, acostumbrada a las comodidades de nuestro tiempo, no renuncia a estar una semana sin conectarse a facebook o sin jugar a la Play Station. Por todo ello, desde hace unos años la oferta turística en Laponia se organiza en torno a complejos turísticos donde los deportes de invierno son el eje central, eso sí, sin descuidar el alojamiento mökki pero con todas las comodidades de nuestro tiempo. Y claro, como buenos visitantes perfectamente adaptados que somos, nosotros nos fuimos también a Laponia a disfrutar de su nieve, sus auroras boreales y su intenso frío.

Para poder llegara a nuestro destino tuvimos que coger tres medios de trasporte: un tren desde Pori a Tampere, otro de Tampere a Rovaniemi y un autobús de Rovaniemi a Levi, nuestro destino. En total por unos cien euros ida y vuelta (precio de estudiante, sino el doble) nos pegamos unas exquisitas 10-11 horas viajando, sin contar los trasbordos. Viajamos sumergidos en un continuo un chiste: dos franceses, tres ibéricos y un coreano rodeados de finlandeses por todos lados. Así que, entre las locuras de un coreano que en su afán de aprender idiomas repetía todo cuanto oía (ya fuera suomi, castellano o armenio oriental) los franceses que son unos cracks y los finlandeses que hay que darles de comer a parte, se no hizo ameno. Quizá el momento más surrealista de todos ocurrió durante la noche viajando a Rovaniemi cuando una señora mayor de unos sesenta años, completamente borracha, nos confesó que le encantaba España y se empeñó en que fuéramos a su casa a ducharnos y dormir un poco antes de partir hacia Levi. Lo más extraño fue que, quizá por el sueño y el cansancio del viaje, me dio la sensación de que nos guiñaba el ojo a menudo… y no como gesto gracioso. Con lo que la diversión de levarle la contraria al principio casi se convierte en una película de terror ya que no había forma de que aceptara que declinábamos su oferta. En algún post próximo os tengo que contar la relación finesa con España y sobre todo la estrecha relación que tienen con el alcohol.

Como veis había poquita nieve por el circulo polar

En Levi nos esperaba una casita de madera preciosa y muy espaciosa donde supuestamente cabían solo diez personas pero podríamos haber entrado muchos más. Constaba de tres habitaciones dobles y un sobrado abuhardillado con colchones para un regimiento completo. La cocina estaba totalmente equipada y se compartía en un único espacio con un amplio salón-comedor con chimenea de leña y televisión por cable, plana y enorme (los fineses otra cosa no, pero sus teles son más grandes que la mesa de mi cocina en Bilbao). También tenía, por supuesto, una sauna y un baño con dos duchas. Tenía así mismo dos balconadas a cada lado de la casita con respectivos porches debajo que no disfrutamos, no por falta de ganas, pero a veinte bajo cero de media había que echarle un buen par para tomarse allí un cafecito plácidamente.

Durante la semana nos ajustamos a la oferta turística a la que se acogía todo el mundo: nos habíamos ido al Benidorm finlandés. Así que como buenos guiris que somos nos hicimos todas las chorradas que se podían hacer: vimos una granja de huskies, hicimos una ruta en trineo tirado por huskies, hicimos una ruta en moto de nieve hasta una granja de renos, hicimos snowboard, nos colamos en un Spa, recorrimos una ruta con raquetas de nieve y, cómo no, visitamos la casita de Santa Claus. En definitiva: un pastón. La ruta de los huskies con la granja nos salió por unos cien euros, igual que la excursión en moto de nieve. El forfait para hacer snowboard junto con el alquiler de todo el material (tabla, botas, enganches y gafas) unos setenta euros y el alquiler de las raquetas sobre los treinta. Con todo, e invadidos por un espíritu catalán inusitado, acabamos recortando dinero de todo cuanto se podía… menos en cervezas. Nos tiramos toda la semana con un menú variadísimo. Que un día comíamos arroz con tomate y salchichas, para cenar teníamos salchichas con arroz. Que nos cansábamos del arroz pues comíamos espaguetis con tomate y salchichas. Menos mal que ya al final de la semana, hartos de lo mismo decidimos liarnos la manta a la cabeza y nos hicimos un arroz a la cubana, épico.

Lo de las cervezas fue un caso curioso que ni en Poltergeist, ¡desaparecían! En realidad teníamos sospechas de que el jodido coreano, el cual todos teníamos como un chico introvertido, algo vulnerable la verdad y fácil de emborrachar, saqueaba la nevera. Asi que de vulnerable nada, creo que empiezo a temer el día que diga de salir por ahí de birras mano a mano… pobre de mi hígado. En cierto modo no nos importaba demasiado, resultó ser un fenómeno y cuando llevaba unas cervecillas extra en el cuerpo más aún. Si ya de por si los coreanos son graciosos solo con verlos hay que ver como mejoran cuando consigues entenderles lo que dicen. Por qué al principio, y aunque me llaméis cruel, yo me partía con él debido a que con su acento y forma de hablar el inglés (también por mi horrible nivel) era imposible entenderle, pero cuando ya consigues entenderle el tono y el acento… increíble. Creo que voy a dejar de hablar del coreano porque podría hacer un post solo de él y me centrare a lo que iba: el cerveceo. La cerveza creo que era nuestro único consuelo en un país que por el frío, la oscuridad y lo poca gente que son es difícil darse un festival. Así que entre unas cosas y otras no sabría calcular cuánto nos gastamos pero a ojo cayeron unas 100 o 150 en cosa de cuatro días y a veces cinco y otras seis personas.

Os presento al coreano esta vez en versión Matrix

La vuelta fue un tormento, para que negarlo. Entre transbordos y viajes necesitamos veinticuatro horas en llegar a casa. Entre medias no lo pasamos mal,, una de las españolas se cogió una bonita cogorza con las cervezas sobrantes, nos hicimos los sin techo en la estación de Tampere dejando casi sin sitio a todo finlandés que por allí esperaba y conocimos a un español en Rovaniemi que al ver que el termómetro supero momentáneamente la barrera de cero se puso pantalones cortos. Un autentico fuera de serie. No sólo le extrañaban las caras de espanto y frio de todo el que pasaba (fineses también) sino que, como el alcohol es caro y la cocacola también, se compró el vino blanco mas peleón que encontró y se lo bebía a palo seco. Nos dijo que gustarle no le gustaba pero que él no malgastaba dinero en mezclarlo que había crisis.

El resumen general es que nos gastamos un montón de dinero por la tontería de que somos unos guiris con ganas de hacer todo lo que los guiris hacen. Realmente el alojamiento no es tan caro, mil doscientos euros una semana entre diez personas, y los precios para esquiar eran bastante razonables unos setenta euros diarios si tenías que alquilar todo el equipo. Por todo ello os recomiendo el viaje porque fueron realmente increíbles todas las cosas que nos pasaron, desde que vimos auroras boreales hasta algún accidente que otro. Pero todo eso en el próximo post que esta ya está siendo bastante largo. Como siempre… podría haber sido peor.


Comentarios (0 comentarios)


¿Quieres tener tu propio blog Erasmus?

Si estás viviendo una experiencia en el extranjero, eres un viajero empedernido o quieres dar a conocer la ciudad donde vives... ¡crea tu propio blog y cuenta tus aventuras!

¡Quiero crear mi blog Erasmus! →

¿No tienes cuenta? Regístrate.

Espera un momento, por favor

¡Girando la manivela!