Baiona, Cabo Silleiro, Oia y A Guarda
Además de Monteferro, hay una ruta que no puede quedar desapercibida si visitas as Rías Baixas; hablo de la costa suroeste de Galicia, la que recorre el final de la Ría de Vigo hasta llegar a la costa Portuguesa: Baiona, Cabo Silleiro, Oia y A Guarda.
Para mí, esta costa es un lugar muy especial que destaca no solo por su naturaleza, sino por su ubicación y todo lo que ofrece. Por ello, os dejo aquí una pequeña ruta muy conocida en la cual no solo os hablaré de los tres sitios más destacados, sino también otros rincones en los que merece la pena pararse si estáis de camino.
Para esta ruta, creo que lo ideal sería empezar por Baiona y acabar en A Guarda, ya que así recorreríais la carretera PO-552 del lado de la costa, lo cual no os podéis perder, además de que podréis finalizarla mirando el atardecer desde el monte Santa Trega.
Baiona es una pequeña ciudad situada al sur de la provincia de Pontevedra que ofrece tanto paisajes de costa como de bosque, fácil de visitar andando y con más cosas para ver de lo que parece. A pesar de su tamaño, es una ciudad bastante conocida tanto fuera de Galicia debido a su historia relacionada con el descubrimiento de América, como fuera de España, ya que es una ciudad que está hermandada con otras ciudades internacionales como Palos de la Frontera, Santa Fe, Holguín, Vila do Bispo y Pornic.
Lo que más destaca de esta ciudad y lo primero que se divisa al entrar en ella es su parador, el cual constituye una antigua fortaleza que rodea la pequeña península de la ciudad y el monte que la conforma (Monte Boi) donde se albergaba el castillo de Monterreal (de ahí el nombre de esta pequeña península sobre la cual se forma la ciudad: península de Monterreal).
Para visitarla, podéis optar por recorrer el camino que rodea la fortaleza desde abajo, paseando por la costa, o podéis subir hasta arriba de la fortaleza y recorrerla desde la propia muralla. Si hacéis el recorrido por la costa, lo primero que veréis si empezáis este camino por el lado oeste es la Praia da Concheira, cuyo nombre se debe a la formación de la arena, compuesta mayoritariamente por conchas, y, del lado derecho, el Monumento Encontro entre os dous mundos.
Este monumento está formado por cinco esculturas que simbolizan Galicia, América, la emigración y el retorno, que se sitúan al rededor de la bola del mundo y representan el retorno a Baiona del famoso navegante y descubridor español Martín Alonso Pinzón, quien regresó a esta ciudad para anunciar la noticia de su descubrimiento del Nuevo Mundoen su viaje a las Américas.
Este hecho hizo que esta ciudad se convirtiera en la primera ciudad europea en saber esta noticia. Siguiendo esta historia, en Baiona se encuentra atracada en su puerto una réplica de la carabela Pinta, hoy convertida en museo, que constituye la embarcación capitaneada por este mismo descubridor español que atracó en este puerto el día del retorno. Basándose en este hecho histórico, en marzo de cada año se celebra en esta ciudad la fiesta de la Arribada, en la cua lse conmemora la llegada de esta carabela al puerto de Baiona anunciando este descubrimiento.
Pasando el Hórreo y el Cruceiro de Monte Boi, a la izquierda del paseo os encontraréis con un mirador desde el cual tendréis muy buenas vistas de la Praia da Concheira, A Virxe da Rocha y parte de la carretera a Cabo Silleiro.
A continuación se encuentra A Praia dos Frades, personalmente mi playa favorita de Baiona, no por su belleza natural sino por su pequeño tamaño y porque no suele estar tan abarrotada de gente, además de que el agua suele estar muy limpia.
Si seguimos por el paseo, llegaremos a la punta de la península de Monterreal, desde la cual pueden observarse desde bastante cerca las islas Cíes y donde se encuentra A Cetárea de Serápio, un antiguo criadero de langostas y, justo encima, una especie de torre de piedra que se construyó como réplica de la Torre del Príncipe de la muralla.
Unos pasos más adelante, veréis unas pequeñas escaleras de piedra a vuestra derecha, construidas para llegar hasta los pequeños altares adornados con conchas. Si las subís hasta arriba, hay un pequeño mirador desde el cual se ve tanto el paseo hasta las cetáreas de piedra como Monteferro.
Después de pasar por el área de descanso da Figueira, nos encontraremos con otra de la cetárea de Baiona: A Cetárea Vella, construida en piedra y hoy en día reformada en piscina natural, normalmente llena de agua de mar. Justo después se encuentra el Espigón de Baiona, donde, cuando hay marea baja, hay una pequeña playa a la cual podéis recurrir si no os apetece toparos con mucha gente. El siguiente y último punto por el que pasaréis antes de acabar este paseo por la Puerta de Felipe IV es la Praia da Barbeira, la cual no es muy grande pero suele llenarse de gente, además de ser bastante sombría, ya que a partir de las 5 o 6 de la tarde no le da el sol.
Si por el contrario decidís hacer el paseo por la parte alta de la muralla, tenéis que tener en cuenta que solo durante la temporada alta (verano) tendréis que pagar un euro para subir andando, el cual se os descontará si después os tomáis algo en el café del parador (el cual os recomiendo ya que tiene unas vistas muy bonitas). Todo el paseo en sí por esta muralla merece la pena, pero además, esta consta de cuatro torres principales a las cuales también podéis acceder: a Torre do Reloxo, a Torre do Príncipe, a Torre da Tenaza y a Casa de Pedro Madruga. Esta última hace referencia a Pedro Álvarez de Soutomaior, una de las figuras más representativas en la Galicia feudal y en las batallas Irmandiñas, apodado con el nombre de Pedro Madruga ya que en la época era habitual para los caballeros feudales combatir de madrugada.
Otro paseo que podéis hacer estando en Baiona es el que recorre todo el puerto y la costa de la ciudad hasta llegar hasta la Playa de Santa Marta y la punta de la misma, donde se encuentra la Hermita de Santa Marta.
Como ya he dicho antes, Baiona es una ciudad que ofrece tanto escenarios de costa como de bosque, por lo tanto, si queréis hacer una pequeña andaina por un entorno más verde, os recomiendo que hagáis la ruta del paseo fluvial do Río Baíña, la cual empieza en Santa Marta y acaba cerca de la Igrexa de Santa Mariña de Baíña Senda o la senda Fluvial Muíños de Baredo, de 760 metros de longitud y en la cual recorre los 8 molinos del lugar. Podéis empezarla al lado del restaurante Rocamar, donde encontraréis un letrero que indica tanto su duración como el recorrido de la misma.
Otra de las cosas que podéis hacer estando en Baiona es pasear por su zona vieja, la cual es muy pequeña y podréis recorrer en escasos minutos, pero tiene su encanto. Podéis acceder a ella entrando por la calle Ventura Misa, donde está el Convento de Madres Dominicas y recorrer toda esta calle hasta el final o girar hasta la pequeña plaza del Concello de Baiona y seguir hasta la Iglesia de Santa María de Baiona.
Ya saliendo de Baiona por la carretera de la costa, veremos el último punto de Baiona: A Virxe da Rocha. Este monumento es una gran escultura de la virgen esculpida en piedra que consta de un mirador desde el cual se puede ver todo Baiona, Monteferro e incluso las islas Cíes. Para subir hasta la cabeza de la escultura hay que pagar, lo cual creo que no es tan necesario ya que desde la parte baja de la escultura pueden obtenerse las mismas vistas. Si hacéis este recorrido andando, podéis optar por seguir a Senda da Virxe da Rocha, que empieza en el Parque da Mancomunidade Santa María da Afora y acaba en la carretera de la costa.
Como ya he dicho, la carretera que va paralela a la costa, la PO-552 merece mucho la pena, y si continuáis por la misma después de subir a la Virxe da Rocha llegaréis hasta Cabo Silleiro, la punta sur de la Ría de Vigo.
Justo antes de coger la carretera que sube al faro, en la parte de la costa está la Praia dos cristais de Silleiro, conocida porque, como su nombre indica, su arena está formada por pequeños cristales de colores erosionados por el agua y además, desde ahí hacia arriba hay unas bonitas vistas del faro. Si subimos la carretera Estrada a Cabo Silleiro, veremos el faro de este mismo cabo y más adelante la batería costera de Cabo Silleiro, el punto más alto de esta zona.
Esta batería fue construida al final de la Guerra Civil con el objetivo de proteger la zona de una invasión por mar que nunca ocurrió. Dentro de la misma, existe una red de túneles por los cuales se transportaba la munición para los cañones, construidos por los vecinos de la zona obligados y con trabajos forzados. Hoy en día, solo quedan ruinas y restos de esta batería en mal estado debido al abandono y, aunque se puede visitar tanto la batería, sus instalaciones y los túneles, es bastante inseguro ya que la infraestructura está muy deteriorada. No obstante, podéis pasear por sus alrededores y contemplar sus vistas, que son increíbles, tanto del lado norte a Baiona, el lado oeste a la punta del cabo o el lado sur hacia el faro de cabo Silleiro.
Si seguimos por la misma carretera, la PO-552, nos encontraremos cn la primera agrupación de casas del municipio de Oia. Si queréis hacer una pequeña caminata y tener unas vistas diferentes del Cabo Silleiro, podéis dejar el coche en alguna de las calles de esta zona y subir por el Camiño da Portela hasta llegar hasta donde se cruza este camino con el Camiño das Serras. Allí os encontraréis con una señal del camino de Santiago Portugués y, si la seguís para la derecha, encontraréis una agrupación de piedras desde la cual tendréis muy buenas vistasde esta parte de la costa y de Cabo Silleiro.
Pasando la parroquia de Pedras Rubias, podréis tener unas vistas similares de la costa desde el Castro da Cabeciña, en el cual también podéis ver los castros y petroglifos del lugar.
El municipio de Oia será la siguiente parada si seguimos por la carretera de la costa. Oia es un pueblo muy pequeño que destaca principalmente por su monasterio: el Monasterio de Santa María de Oia, de estilo románico, gótico y barroco, y el único monasterio de la Orden del Císter que se ubica a orillas del Atlántico.
También podéis pasear por las pequeñas calles empedradas del pueblo, empezando por la calle Vicente López.
Además, si queréis tomar algo durante la visita, os recomiendo que vayáis a la tapería A Camboa, la cual tiene una amplia terraza al aire libre con vistas a la costa y al monasterio.
Otro de los numerosos miradores de esta zona que destacaría es el Miradoiro de San Vicente, situado en el Alto da Portela, en el Monte Torroso, un poco más adelante después de pasar Oia. Aquí obtendréis unas vistas increíbles de la costa hacia A Guardia y, entre las piedras del mirador, podréis ver algunas esculturas talladas hace poco (15 años) por Pepe Antúnez Pousa, Félix Fidalgo y Alejandro Durán en las mismas piedras de cabezas humanas y diversos animalescomo una tortuga, un águila o un dragón.
(Fotografía de Ismael Rodríguez)
Finalmente, llegamos al último punto de esta ruta en coche: A Guarda. A Guarda es una ciudad más grande que Oia y algo más pequeña que Baiona en habitantes. En el centro de la ciudad no hay mucho que ver; lo que más destacaría es su pequeño puerto y las fachadas de las casas de los pescadores, las cuales se pueden ver mejor desde la punta del espigón que en Google Maps aparece como “A Guardia escrita nas estrelas”.
Sin embargo, por lo que realmente es conocida A Guardia es por su monte de Santa Trega (o Santa Tecla), uno de los enclaves turísticos más destacados en Galicia.Aquí se encuentran uno de los restos arqueológicos de poblaciones castrexas más importantes del noroeste peninsular, la cual destaca tanto por su ubicación con vistas increíbles a la costa como por su buena conservación y extensión.
Si seguís subiendo por la carretera del Monte de Santa Trega, os encontraréis con el primer mirador del monte: o Miradoiro do Monte, con vistas al puerto de A Guardia. Creo que lo mejor es aparcar el coche en el aparcamiento que está en el curva justo después de este mirador, para poder subir andando por la cuesta empedrada de Viacruis do Monte Santa Trega; un camino en el cual hay una serie de cruceiros dispuestos uno al lado del otro, el cual se recorre como tradición cada segundo domingo de agosto como Romería, que acaba en una misa en la Ermida de Santa Trega.
Esta romería coincide con las Festas do Monte, celebradas en este mismo sitio y declaradas fiesta de interés turístico. La tradición de estas fiestas es subir todo el monte a pie desde A Guardia acompañados por las bandas de diversas agrupaciones vecinales que tocan los bombos, hasta llegar a la cima del mismo, donde es común tirarse vino y, como no, beberlo.
Los puntos más altos del monte son el Miradoiro de Santa Trega al lado de la Ermida de Santa Trega, desde el cual se puede ver la desembocadura del río Miñojunto con la costa portuguesa de Caminha y la playa de Moledo, y el Miradoiro Constantino Cadeira, desde el cual se observa más bien el océano Atlántico, el puerto de A Guardia e incluso parte del Cabo Silleiro.
El último punto que destacaría de esta ruta y que está cerca de A Guardia es a Praia de Camposancos, la cual forma parte de la desembocadura del Río Miño en el Atlántico. La playa es muy extensa, tanto que si os acercáis a la parte que da contra la ciudad, el agua estará más caliente y dulce ya que está en la orilla del Río Miño, mientras que si os acercáis más hacia la parte de la desembocadura, el agua estará más fría y salada por la cercanía con el Océano Atlántico. Si os situáis en la punta de la playa, podréis ver en medio del mar la ínsua, en la cual se encuentra o Forte de Sao Joao.
Para visitarlo, podéis coger una de las pequeñas lanchas que salen desde la misma playa de Camposancos o desde la playa de Camiña a un precio asequible. Además, existe una leyenda que dice que cada 100 años puede accederse a él andando o con el agua por las rodillas. Una vez estéis en la playa, os recomiendo que os toméis algo en la cafetería-restaurante El Molino en la terraza con vistas a la desembocadura.
Además, si os apetece hacer una ruta a pie, os recomiendo que hagáis a Senda Litoral, la cual empieza justo en el aparcamiento del Hotel O Muíño y acaba en el puerto de A Guardia. Esta senda no tiene pérdida; está muy bien señalizada y simplemente tenéis que seguir el paseo de madera. Además es de 3600 metros de longitud y recorre toda la costa de A Guarda.
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