Tours

Publicado por flag-ar Delfina Leguizamón — hace 5 años

Blog: Argentina Abroad
Etiquetas: flag-fr Blog Erasmus París, París, Francia

En París, tuve la posibilidad de hacer dos tours, el Free Tour  y el tour del Barrio de Montmartre. El primero lo súper recomiendo como una introducción para la ciudad y, el segundo si bien no es necesario gastar dinero si sos viajero low cost; está muy bueno para entender este peculiar barrio.

El primer tour empieza en el Barrio Latino, llamado así por ser el barrio de los estudiantes, por si no conoces por qué antes, el idioma de las universidades era el latín y, la Sorbona la primera universidad pública en Europa, por lo que muchos jóvenes se mudaban a París para continuar sus estudios universitarios y se establecían acá, en este barrio a orillas de la Sorbona. Por esta razón, con el tiempo, se comenzó a conocer peyorativamente como Barrio Latino.

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Este barrio, es la viva representación del París de antaño, con sus calles pequeñas, estrechas y adoquinadas, pero… ¿Cómo pasó París de esas  estrechas calles a sus gigantes avenidas?

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Como bien se sabe, el deporte nacional del francés es uno y solamente uno: la revolución. Un barrio donde conviven todos los estudiantes con sus nuevas ideas y puntos de vista, donde se gestaron grandes revueltas como el Mayo Francés. Entonces cuando los estudiantes se manifestaban en contra de algo, lo único que necesitaban hacer sacar a la calle dos o tres muebles y ya cortaban todo el paso. Frente a estos antecedentes, cuando Napoleón III asumió el mando, lo primero que mando a hacer para evitar esto, fue rehacer París. Así es como se transformó de esas calles estrechas a las grandes avenidas que conocemos en estos días.

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Entramos a la llamada isla de la ciudad o la Île de la Cité para ir a ver la catedral de Notre-Dame. El guía, no explicó las características que la convierten en una pieza del estilo gótico con sus gárgolas, los vitrales, entre otros. Pasando por en frente a ella, a algunos metros se encuentra el actual Palacio de la Justicia y, a su costado, una iglesia para nada renombrada y sin embargo de los mejores secretos guardados que tiene la capital francesa, la Sainte Chapelle.

El primero fue originalmente la residencia de reyes, incluso el único rey santo, San Luis o bien, Luis IX. Este es uno de los monarcas más conocidos de la Edad Media por la creación de esta particular iglesia sin paredes que mandó a edificar para guardar las reliquias santas. Su historia comienza con las cruzadas y su participación en las últimas dos. En la primera lo capturaron y Francia se vio obligada a pagar una cuantiosa suma de francos para su liberación; ya en la segunda, necesitaba traer algo consigo a su país, ya que se iba hasta el entonces “fin del mundo” a luchar por una causa la cual muchos franceses ignoraban. Para lograrlo se reunió con el emperador Balduino II en Constantinopla, allí este le entrego las supuestas reliquias sagradas la sangre, la corona de espinas, parte de la cruz, el hierro de la lanza y la esponja a cambio de lo que hoy serian dos años del PBI de Francia.

Bueno, encantado Luis volvió victorioso a París descalzo y llevando él mismo las reliquias. Pero tenía que depositarlas en un lugar especial, una capilla especial al lado de su palacio para así poder observarlas todos los días. Pero esta no iba a ser el típico templo gótico como los cuales había llenado París de ellos, no, iba a ser una capilla sin muros. Después de días de quemarse la cabeza los arquitectos, lo lograron, le hicieron al rey su templo sin paredes y es hasta nuestros días, verdaderamente imponente. Durante la ocupación nazi, el Palacio sirvió como la sede de las SS.

Pasamos por la Conciergerie que sirvió como cárcel durante la Revolución  Francesa, incluso para la Reina María Antonieta. Hoy es un museo, y en su pared externa sigue conteniendo el primer reloj público de la ciudad.  

Llegamos hasta la estatua de Enrique el Bueno,  del que se dice que fue el mejor rey que tuvo el país, que en sus días no faltaba el pan y los domingos siempre había un pollo en la mesa. También fue el primer monarca que sentó las bases del libre culto, al permitir a los protestantes ejercer su religión.

Pero esta medida no fue por tener una ideología moderna o por querer hacer la paz, sino porque él mismo lo era… ¿Pero, como llega un protestante a ser rey de la Francia una potencia históricamente católica?

Empieza por su casamiento con Margarita de Valois, princesa francesa. El novio, obligado por su hermano el Rey de Navarra tiene que hacerlo, pero se niega a pisar una iglesia católico, por lo que ni siquiera asiste a su propia boda y va su primo en representación. Pero con la muerte de los tres hermanos mayores de su esposa, todos ellos reyes, el trono quedó vacante y los nobles accedieron a colocar a Enrique, con la condición de que se convierta al catolicismo. Acá no tuvo ninguna objeción, y el poder le ganó a la fe. Luego de haber aceptado pronuncio la famosa frase: “París bien vale una misa”.

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También fue conocido por tener un gran número de amantes a las cuales llevaba a esa pequeña plaza que se sigue encontrando debajo de su estatua. En una de esas tantas salidas, fue asesinado...

Luego del asesinato de su padre, el ahora rey, vivía continuamente perseguido temiendo por su propia vida todos los días de su existencia; y con razón, ya que, su propia casa se encontraba en el medio de la ciudad, en donde cualquier persona podía entrar y salir como le plazca.

A su vez, también se dio cuenta que el verdadero peligro a su reinado no estaba afuera, en las demás potencias europeas, sino en su propio país, en la nobleza. Debido a esto comenzó a quitarle poder poco a poco, pero antes de lograr su objetivo murió dejando el trono a su hijo de tan solo cinco años.

En el pequeño rey, los nobles vieron su nuevo títere por lo que toda su infancia lo intentaron capturar para tenerlo ellos y encargarse personalmente de su educación, pero la reina madre no iba a permitirlo, por lo que se pasaron toda la infancia del niño siendo perseguidos y huyendo. Esto traumó al ahora rey Louis XIV y lo hizo odiar más a sus nobles. Decidió trasladar su casa hacia un antiguo pabellón de caza al que convirtió en un magnifico palacio en Versalles, a tan solo veinte minutos de París.

Allí convirtió su casa en una fiesta todas las noches, manteniendo a los nobles ocupados para no tenerlos en sus tierras complotando contra su reinado, además sus jardines eran un recuerdo constate de lo que su poder significaba. Fue el primer monarca absolutista que vio Europa, concentrando todo su poder en su persona.

Pero sus descendientes no fueron políticos tan hábiles y, mientras ellos seguían dando esas lujosas y costosas fiestas, el pueblo llano moría de hambre. Estos cansados del hambre y la pobreza, mientras unos pocos disfrutaban todo, se alzaron ante ellos y se dieron cuenta que, en realidad, el poder provenía de ellos.

Si bien le dieron una oportunidad a los entonces reyes Louis XVI y María Antonieta, estos decidieron huir a la Austria natal de ella, vestidos de campesinos… Pero dentro de un carruaje de oro y plata... Como era de esperarse los atraparon y los sentenciaron a muerte. Con la muerte de los reyes también llega un periodo de inestabilidad, disturbios, los cuatro pensadores originales de la revolución comenzaron a matarse entre ellos, entonces asume el poder un militar llamado Napoleón Bonaparte que, si bien tiene todos los poderes, no puede hacerse llamar rey, ya que, al último le habían cortado la cabeza. Se decide entonces, por emperador, el único problema es que estos últimos para ser tal tienen que ser coronados por un Papa. El de turno accede a realizar la ceremonia, pero en el medio de esta Napoleón toma la corona y se auto corona el mismo, mandando así el mensaje que él era el que tenía el poder. El pequeño arco en frente al Louvre conmemora a este emperador y a su victoria contra dos ejércitos mucho mayores que el francés, el ruso y el astro-húngaro, pero contra viento, marea y su habilidad como estratega los franceses salieron victoriosos.

Lo cruzamos y llegamos al Jardín de las Tullerias considerado la “practica” de Versalles,  ya que, el arquitecto del último fue ayudante del primer proyecto. Su padre era el encargado de hacer los grandes jardines contiguos al Louvre y él, sirvió de ayudante. Así en las escaleras con vistas al obelisco de la plaza de la Concordia y más allá, a lo lejos, el gran Arco del Triunfo, termina el tour.

 

 

 


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