Nuestro fin de semana en Paris

Publicado por flag-es Espe Dela Osa Piñero — hace 9 años

Blog: Miss Traveller
Etiquetas: flag-fr Blog Erasmus París, París, Francia

Cómo todos saben, Bélgica es el centro de Europa, algo que sin duda hay que aprovechar. ¿De qué manera? Pues viajando "a lo lowcost".

Durante el fin de semana del 17 al 18 de noviembre viajé junto con unos amigos a París. Cogimos un tren hasta Bruselas, ya que era allí donde cogeríamos el autobús hasta la ciudad francesa. Coste: unos 4€ por persona.

Una vez allí buscamos dicho autobús que llegó con tal solo cinco minutos de retraso. Venía desde Amsterdam, por lo que lo tuvimos difícil para sentarnos juntos, o al menos junto a la "ventana" (sitio donde siempre se duerme mejor). Para coger este autobús tuvimos que reservar los billetes por internet y ¿cuánto nos costó? Pues 6€ la ida y otros 6€ la vuelta, más el "coste de imprimir el billete". Sí, sí, ida y vuelta a París por 12€.

En total fueron 4 horas de viaje en autobús que, durmiendo en un buen sitio, se hacen llevaderas. El problema es que cómo me pasó a mí te toca a la inquieta que para buscar la postura adecuada te dé antes cuatro codazos, dos veces con los pies (que por cierto no recuerdo haberle dicho que no me importaba que se quitara los zapatos, pero bueno... ) y otras dos con la manga del chaquetón que usa de manta (en vez de ponérselo). Además olvidé decir que el autobús lo cogíamos sobre las dos de la mañana, de manera que íbamos a aprovechar todo el sábado.

Cuando ya estábamos allí no pudimos evitar necesitar un buen desayuno y tras un buen chocolate caliente, cómo tomaron algunos, o café, cómo decidieron otros. Buscamos la segunda cosa más importante en Paris después de un buen desayuno con croissants: il metro.

Si de verdad queremos visitar todo lo que París tiene para ofrecernos, no podemos olvidarnos de sacar un billete de metro que nos sirva para movernos por todas las líneas y hacer todas las combinaciones posible, así como un buen mapa de la ciudad y de las propias líneas del metro. El coste aquí siendo menor de 26 años es de 3€ y poco para todo un día, con plena libertad de movimiento. Además los billetes se compran en maquinas automáticas, las cuales no van a saber si en realidad tienes 27 o 28 años. Eso sí, cuida bien el billete porque si lo pierdes o lo estropeas, de manera que no se pueda leer, tendrás que sacarte uno nuevo.

Después de esto, la primera parada fue el hostal donde teníamos reservadas una cama por persona y que nos costó tan sólo 18€ por persona. ¿Qué decir del hostal? Limpio lo que era limpísimo no estaba pero era posible dormir en las camas, literas de tres y dos personas. Teníamos un baño para trece personas, también mantas, almohadas, una habitación donde guardar las maletas o bolsas, taquillas. La recepción era activa las veinticuatro horas. Pasable, para sólo dormir no estuvo demasiado mal...

¡Y es justo aquí donde empezó nuestra visita! La verdad es que como hace tanto tiempo ya no recuerdo que vimos cada día, pero comentaría varias cosas:

Torre Eiffel

La primera es que después de haber estado otras dos veces en Paris, sabía que esta vez no podría irme sin subir a la Torre Eiffel de noche. Vamos en invierno no es muy difícil, ya que a las cinco de la tarde empieza a irse el sol. Además, desde la última vez que fui han puesto algo nuevo que es que a cada hora en punto a partir de las nueve, es decir, a las nueve en punto, a las diez en punto... empieza a iluminarse todo el monumento como si de una lluvia de luces estuviera teniendo lugar dentro de la propia estructura. Verlo desde Les Champs de Mars es precioso, pero más impactante si cabe es verlo desde la segunda planta... mirar hacia arriba y ver como brillan toneladas y toneladas de hierros que tienes sobre tu cabeza...

Notre Dame

Digna de admirar desde fuera, desde ese rosetón frontal que enamora, rodearla admirando los arbotantes que nos recuerdan al mas majestuoso de los vertebrados, volver al frente y entrar admirando hasta el aire que allí se respira. Pero también digna de ser investigada y es que subir a sus torres ha sido durante este viaje algo nuevo para mí, algo que recomiendo a la vez que se me hace la boca agua recordando cómo haciendo cola para subir nos tomamos un delicioso crêpe parisino, cuyo sabor, como las vistas desde allí arriba parece imposible de describir.

Tan solo destacaría también el poder tener de cerca a las gárgolas. A la gente podrá darle miedo, pero a la generación que como yo, creció con el Jorobado de Notre Dame, seguro las verá como si de un amigo de la infancia se tratara.

Paseo por el Sena, Le Sacre Coeur y el Arco de Triunfo

Son tantas cosas que ver, que menos mal que a los menores de 26 años pertenecientes a la Unión Europea, la entrada nos resulta gratuita en museos como El Louvre o en Versalles.

Por lo demás, llevando buenos bocadillos, algo de fruta y bebida, no tenemos por qué gastar mucho.

La vuelta fue muy bien, ya que pudimos elegir los sitios de la manera que más nos convino y no nos despertamos en las cuatro horas de viaje. Llegados a Bruselas era aún pronto y la estación de trenes estaba cerrada, por lo que dimos un pequeño paseo por el centro que estaba totalmente dormido y pasada una hora pudimos entrar y coger nuestro tren de camino a casa.

Y este fue nuestro fin de semana.

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